viernes, abril 04, 2008

Efectos del movimiento magisterial en Oaxaca

Algunas notas sobre acontecimientos ocurridos en Oaxaca, recordemos que el conflicto social inició con las demandas del sindicato de maestros en el estado:

Cerca de 15 militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y de la otra campaña realizaron un ayuno de 12 horas en el atrio de la catedral, en solidaridad con los presos que se encuentran en huelga de hambre en demanda de su liberación en los penales chiapanecos de El Amate, San Cristóbal y Playas de Catazajá.

El Poder Judicial del estado impuso una multa de mil 500 pesos al activista de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) Emeterio Merino Cruz, quien fue golpeado por policías locales el 16 de julio del año pasado en las inmediaciones del auditorio Guelaguetza, por no haber comparecido a un careo con sus atacantes.

La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) denunció que la Comisión Investigadora del Caso Oaxaca de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en vez de indagar las violaciones a derechos humanos en 2006 y 2007 en la entidad, se ha sumado a la persecución del movimiento magisterial y popular, por haber requerido “información política policíaca” a las autoridades municipales de esta ciudad.

Un grupo de taxistas bloqueó las principales salidas de la ciudad para exigir al gobierno de Ulises Ruiz la cancelación de permisos que le fueron otorgados a maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), para conjurar lo que fue la revuelta de 2006. “Primero fueron los maestros, luego la APPO y ahora los taxistas, no cabe duda que ya cualquiera se le rebela a este gobierno, que ahora ya le tiembla la mano para ejercer la ley”, dijo un miembro del comité vecinal de San Jacinto Amilpas.

Integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y simpatizantes del PRD tomaron el palacio municipal de Santa Lucía del Camino —donde fue asesinado el periodista estadunidense Roland Bradley Will— para exigir la destitución del alcalde priista, Alejandro Díaz. Durante la irrupción se desató un enfrentamiento entre los manifestantes y la policía local, lo que dejó un saldo de, al menos, siete lesionados, entre ellos cuatro mujeres, las cuales encabezan un movimiento de resistencia civil en el municipio, tras el despido injustificado de 12 empleadas de confianza.

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