martes, marzo 12, 2013

en un país en donde la lectura es un bien de unos pocos, el libro electrónico es un asunto de ciencia ficción

La leer en México sigue siendo una actividad "aristocrática". A pesar de que más del 90% de la población sabe leer y escribir, pocos hacen de la lectura una actividad cotidiana. Leer es para la escuela, para sufrir la escuela. No es relevante para la vida común. Por ello, los libros siguen siendo un artículo de lujo para los ciudadanos mexicanos y los libros digitales son elementos de una película de ciencia ficción. Sin embargo, el siglo XXI ya llegó y las nuevas tecnologías de la información y comunicación están cambiando el ambiente cultural de la sociedades actuales. Estas nuevas tecnologías podrían ser aprovechadas por los escritores mexicanos que en pleno siglo XXI se ven rebasados por adolescentes que tienen la capacidad de crear sitios web o blogs que son leídos por miles, e incluso que son financieramente rentables. Pero, todavía hay atavismos virreynales en el pensamiento mexicano:

El uso de las nuevas tecnologías y la posibilidad de las publicaciones digitales podrían propiciar que los escritores recibieran un mayor porcentaje de ganancias, consideró el escritor mexicano Juan Villoro. Explicó que ello se debe a que la tecnología puede eliminar intermediarios en el proceso de edición y distribución, lo cual debería redituar en mejores condiciones de venta y ganancia. Villoro consideró que en relación a las nuevas tecnologías y las herramientas empleadas durante el proceso creativo hay mucho que decir para bien y para mal. Recordó que él escribía con bolígrafo, pero poco tiempo después comenzó a utilizar máquina de escribir y más recientemente ya utiliza la computadora, aunque sigue privilegiando la escritura a mano. Y es que desde su percepción, “la computadora tiene un gran problema: te impide dudar. En la computadora, si no has cometido errores de dedo, tienes una página limpia. En cambio, si tienes que volver a pasar la página como ocurría anteriormente, puedes hacer modificaciones”.

Así la industria editorial en México es limitada, la mayoría de los libros se importan, y los libros digitales son un asunto de ciencia ficción:

En México la producción de libro digital es de apenas mil 709 títulos -según el reporte de 2011 de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana-, muy por debajo del 1% que se estimaba, pues el valor de facturación fue de 10 millones de pesos de un total de 143. 2 millones de pesos que la industria facturó ese año, la venta de libro electrónico y soportes para su lectura comienzan a ser elementos habituales de venta en librerías y en plataformas de venta vía internet. Ya existe oferta de libros digitales en español en  iTunes, en Amazon y a través de otras librerías virtuales como Gandhi, Fondo de Cultura Económica, Grammata y unas más jóvenes como leerya.com.mx y bajalibros.com.mx, en México se habla y se consume cada vez más libro digital, pero los datos todavía son simbólicos comparado con otras naciones, en particular, Estados Unidos. Tomás Granados, coordinador editorial del Fondo de Cultura Económica, asegura que  hay una buena señal a favor del eBook en México con el lanzamiento de Google Play, que pondrá a disposición miles de libros gratuitos.

En México se lee muy poco y menos por gusto. Y el gobierno federal insiste en utilizar los libros de texto gratuitos con un único formato: impreso. No es posible tener estos libros en una versión digital para que los utilicen los maestros y los millones de estudiantes. El sistema escolar sigue dependiendo de tecnologías del siglo XVI. También nuestros escritores y editores siguen atados al pasado, no contribuyen a que la sociedad mexicana se transforme en una sociedad basada en el conocimiento.


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