martes, febrero 23, 2010

la intimidación en las escuelas de Ciudad Juárez copia al narcotráfico

La violencia en la frontera norte no se detiene, como bola de nieve, aumenta y tiene efectos dentro del sistema educativo. La nulidad de los gobiernos federal y estatal para atender el problema obliga a los jóvenes a levantar su voz:

El gobernador de Chihuahua, acompañado de su esposa, Claudia Garza, y de la secretaria de Educación, Guadalupe Chacón Monárrez, se reunió con los alumnos del bachillerato 9. En una improvisada “charla de amigos”, Reyes Baeza les comentó que cuando se programaron las visitas, se estableció que el 9 sería el primer plantel en el que estaría presente y dio el pésame y sus respetos a los amigos de José Adrián y José Luis, dos de los jóvenes acribillados en Salvárcar, el pasado 30 de enero. Varios estudiantes reclamaron al gobernador el abandono de Ciudad Juárez. “¿Por qué tuvo que haber una matanza de estudiantes para que usted se ocupara de Ciudad Juárez?”, gritó una adolescente. “Mientras usted está aquí —prosiguió—, afuera están matando a muchos. ¿Quién me dice que cuando salga de la escuela me secuestran o encuentro una tienda baleada porque no pagaron la cuota?”. La joven dijo estar muy triste por el descuido en que se encuentra la ciudad. Reyes Baeza Terrazas advirtió a los estudiantes sobre los “grandes riesgos” que aquí enfrenta la juventud y los conminó a salir adelante en medio de una “crisis de valores”. Añadió que nadie vendrá a Ciudad Juárez a hacer lo que “los chihuahuenses unidos con los tres órdenes de gobierno no realicen por sí mismos”.

Las escuelas cierran; siguen el destino de muchas empresas que han emigrado de Chihuahua:

Debido a la ola de violencia que padece Chihuahua, en esa entidad fueron cerradas 18 escuelas para el ciclo escolar 2009-2010, de las cuales 16 se encuentran en Ciudad Juárez. El jefe del Departamento de Estadística de Servicios Educativos del estado, Andrés Meza, explicó que la clausura de las escuelas se debió a la disminución de la matrícula en los niveles de preescolar y primaria. “La violencia ha provocado el cierre de maquiladoras, mismas que dejan de operar porque los empleados emigran a otras ciudades con sus hijos y la carencia de estudiantes nos ha obligado a cerrar escuelas”. De las 16 escuelas que fueron cerradas en Ciudad Juárez, 13 son de educación básica, donde se tenían inscritos 3 mil 938 alumnos. Meza precisó que hasta este ciclo escolar, 3 mil 243 estudiantes de primaria en Ciudad Juárez abandonaron la escuela, mientras que 695 niños de preescolar fueron dados de baja.

Los jóvenes imitan las acciones del narcotráfico; la típica intimidación y el acoso (bullying) que existe en las escuelas se disfraza de los personajes del hampa:

Apenas tienen 13 y 14 años de edad y dicen ser de La Familia. En la secundaria formaron un grupo de 20 adolescentes que se adueñaron de los pasillos, los patios, los baños y la seguridad de la escuela a cambio de una “cuota” de uno a siete pesos por día; primero extorsionaron a los maestros y luego a los estudiantes.
Ese día se lo advirtieron a un alumno: “No te vayas por ahí, están los de La Familia, los de tercer grado”.
Él no hizo caso, quería ir al baño. Siguió su camino.
—Dame un peso —le lanzó un grandulón de 1.60 metros y de lunares blanquizcos.
—¿Qué?
—¡Te digo que me des un peso! —retó mientras acercó su cuerpo hacia él.
— No, no tengo —fue la respuesta y motivo suficiente para que lo pescara por la cintura y de inmediato otros dos adolescentes que esperaban detrás de su jefe se le fueran encima.
Lo voltearon de cabeza y así lo depositaron en el bote de basura que fue el único testigo de lo que ocurrió en el pasillo.
Los maestros de esta secundaria en Ciudad Juárez, en la colonia Miguel Enríquez Guzmán, tenían más de un mes de asumir el costo de la extorsión que en principio “empezó como un juego.

La SEP toma las cosas con calma:

Si los niños de escuelas primarias y secundarias reproducen esquemas del narcotráfico al interior de los planteles, provocando la extorsión hacia sus compañeros o maestros, o bien si se involucran en las pandillas y las organizaciones de delincuencia para la venta de drogas, “no necesariamente debemos asumir estas acciones como actos de delincuentes en potencia”, aseguró Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica.



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