sábado, abril 07, 2012

inglés para todos en las escuelas mexicanas

México sigue persiguendo la modernidad, el problema es que sigue una copia de la modernidad de los países desarrollados y no ha creado su propio futuro. La sociedad mexicana es muy dada a copiar muy rápido las modas globales (un efecto del virreynato) sin reflexionar ni transformar en una versión propia. La moda modernizadora más reciente es la enseñanza del inglés en las escuelas públicas. Este programa será evaluado por los investigadores de los países desarrollados....

El coordinador del Programa Nacional de Inglés de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Juan Manuel Martínez Macías, anunció que para el 2018 tendrá que generalizarse la enseñanza del idioma inglés en los planteles públicos. El investigador líder para la evaluación del Programa Nacional de Inglés en Educación Básica, Peter Sayer, indicó que Aguascalientes se encuentra entre los tres estados que mayor inversión han destinado para impartir este idioma en sus escuelas públicas. Dijo que en el ciclo escolar actual, el programa está operando en alrededor de 20 mil escuelas en todo el país. El director del Instituto de Educación del estado (IEA), Francisco Chávez Rangel, destacó que la evaluación mencionada estará a cargo de académicos e investigadores de universidades de Miami, Florida; San Diego, California y San Antonio, Texas; así como la de Cambridge, Inglaterra.

Perseguir el desarrollo en un mundo globalizado no es un problema en sí. El problema es que en México seguimos persiguiendo el sueño americano negando a nuestras culturas originarias y con mexicanos que todavía son analfabetos en su lengua materna o en el castellano:

Los ancianos de Santa María la Asunción transmitieron a sus hijos y éstos a sus nietos una herencia que los ha dejado a tientas, como si no pudieran ver y se les hubieran acabado las ganas de hablar. El problema es que la cosa sigue de mal en peor. Así ocurrió a don Eusebio, quien fue honrado con el cargo de regidor de educación, la cartera más alta en la materia y, como casi todos los del pueblo, no pudo librarse de la herencia. Es analfabeto. Santa María Jiotes, así le decían en tiempos antiguos, se localiza muy pegadita al cielo, en una montaña de hasta allá arriba, como hasta arriba, en lo más alto, tiene el porcentaje de analfabetismo. Más de 55 por ciento de sus pobladores no sabe las primeras letras, lo que la convierte en la región, junto con Cochoapa el Grande, Guerrero, Tehuipango y Mixtla de Altamirano, Veracruz, y Coicoyán de las Flores, en esta entidad, con el mayor índice de personas que no saben leer y escribir en México. Andando, el pueblo se acaba en cinco minutos, o mejor dicho, lo que muy pronto se termina son sus servicios que ocupan una curva, a orillas del camino: primero que nada, la iglesia en devoción a la virgen que da nombre al municipio, un salón de usos múltiples que sirve también de cancha de basquetbol, un dispensario sin médico ni fármacos, un prescolar, una primaria, la telesecundaria y la biblioteca. El bachillerato está lejos, en la agencia del municipio.

Si la lingüística del castellano sigue en poder de España o Colombia, la lingüística de nuestros pueblos originarios sigue estando en pañales: 

Crecieron como hablantes de una lengua indígena. Su acceso al sistema educativo no fue fácil. Al cursar su primaria y secundaria la regla era no hablar más que en español. “Los profesores nos decían ‘tu lengua se queda abajo de una piedra, al salir la recoges y te la llevas’”.  Hoy forman parte de un destacado grupo de lingüistas indígenas cuya meta es profundizar en su conocimiento, pero también preservar y mantener vivas las lenguas originarias de México. Integrantes del programa de maestría en lingüística indoamericana impartido desde hace dos décadas por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social –único en su tipo en Iberoamérica–, Abad Carrasco, Griselda García, José Santigo y Abad Navarro comparten el orgullo de ser hablantes de una lengua nativa frente a una sociedad que aún nos estigmatiza.  El programa, encabezado por la investigadora Regina Martínez Casas, tiene como objetivo estudiar las lenguas originarias desde la perspectiva de que son propiedad de un pueblo. En el momento que nuestro único interés sea grabarlas para que se queden en un archivo en Estados Unidos o Europa, y que investigadores de los países dominantes puedan venir a estudiarlas, estamos perdidos. Tratamos de revertir esta tendencia, de dejar de ser los objetos de estudio, de ser esos exóticos a los que otros analizan.


En la península de Yucatán hay atisbos de un cambio de la mentalidad virreynal mexicana:

El gobernador Roberto Borge Angulo afirmó que la Secretaría de Educación de Yucatán, en coordinación con el Instituto Estatal de Educación para los Adultos, la Comisión de Pueblos Indígenas y la Secretaría de Desarrollo Social impulsa un programa para que en todas las escuelas del “nivel básico bilingüe” de la zona maya sea obligatoria la enseñanza de la lengua maya, a fin de preservar las tradiciones culturales de la región. “En campaña, así como desde el inicio de mi administración señalé que la educación sería uno de los pilares de mi gobierno y que integraríamos la enseñanza de la lengua maya como una materia en todas las escuelas de nivel básico de la región”, dijo. Posteriormente, buscaremos que este programa se desarrolle en todo el estado, porque es una manera de preservar las tradiciones y la cultura de un pueblo milenario, con raíces y bases muy profundas.

También la industria mexicana sigue colonizada, por ello, no hay lugar para los escritores de las lenguas de nuestros pueblos originarios:

Se reconoce la importancia que tienen las lenguas indígenas en la creación literaria, sin embargo hay muy pocos espacios para darle salida a sus creaciones. Instituciones culturales, en diferentes niveles, impulsan su publicación, pero en las librerías no hay espacios para albergar los títulos: existen anaqueles con literatura en inglés, clásica, libros para niños y jóvenes, pero ninguna que se dedique a las letras en lenguas indígenas. ¿Hay o no hay lectores para ese tipo de obras? Uno de los principales problemas lo señala el antropólogo Arnulfo Embriz, director de Políticas Lingüísticas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), para quien una literatura en lengua indígena supuestamente tiene como destinatario a los propios hablantes de dicha lengua, pero además de que la mayor cantidad de analfabetas en español se encuentran en las comunidades indígenas, los hablantes no saben leer en su propia lengua. “Lo más importante es fomentar que haya materiales en lengua indígena, para demostrar que sí se puede escribir; incluso de producen materiales con audio para que se oiga la lengua y hasta permita la creación, más allá de la tradición oral.” Para la escritora juchiteca Irma Pineda, ese doble esfuerzo de creación ya se lleva a cabo: escriben en su propia lengua y en español, para que sus textos puedan ser leídos por un público más amplio y no queden restringidos al ámbito comunitario. “Me atrevo a decir que aún no existe el aprecio por la literatura que se produce en lenguas indígenas, por lo mismo de que no es tan conocida. Lo importante es que como escritores estamos caminando y seguimos luchando por abrir más espacios en donde nuestros trabajos sean publicados, leídos, escuchados como una literatura con enorme contenido, musicalidad y estética.”

Quizá es necesario tener nuevas ideas y confiar que los jóvenes mexicanos podrán cambiar las ideas conservadoras del siglo XVI que todavía defienden las generaciones más veteranas. Es más problable que las nuevas tecnologías impulsen el uso de las lenguas de nuestros pueblos originarios que los programas federales o estatales:

La lengua indígena huave, que usan casi 16 mil habitantes en Oaxaca, tiene al menos tres décadas tratando de estandarizar un sistema de escritura sin conseguirlo, pero las nuevas generaciones lo están logrando a través de las redes sociales como Facebook y blogs, por la necesidad de comunicarse y la intención de preservar su lengua materna. Este fenómeno fue detectado por Samuel Herrrera, integrante del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. El especialista explica que en este caso, aunque la lengua huave se habla en diferentes grados en cuatro regiones de Oaxaca (San Mateo del Mar, San Dionisio del Mar, Santa María del Mar y San Francisco del Mar), no siempre hubo la necesidad de comunicarse a través de la escritura. De acuerdo con el último censo del INEGI en 2005, la lengua huave tenía 15 mil 993 hablantes, sobre todo entre los 5 y 14 años (3 mil 881) y de 35 a 54 años (3 mil 724); sin embargo, para la escritura sucede un fenómeno distinto. Aunque se hable, no necesariamente se requiere escribirlo, a menos que surja la “necesidad de comunicarse” por esa vía, dice el investigador. “En los últimos 30 años hubo una dinámica más intensa de la comunidad de proponer un sistema de escritura con alfabeto. Se empiezan a conjuntar las posturas (propuestas) de las comunidades y se inició una política de regularización a través de las clases bilingües”; sin embargo, no se había logrado un solo sistema sino varios, es decir, adaptando diferentes signos a cada sonido de cada una de las posturas. En este momento está ocurriendo la “normalización” y las nuevas generaciones lo están haciendo en Facebook, donde para comunicarse se requiere escribir. En la red social, los jóvenes incluso se nombran con palabras huaves como Alberto Lex Ikoots, quien muestra fotografías de la región y escribe: ndik ikon... satepeyiün ikon mewan ikoots leaw tengial sakeacheyon tiül (saludos a todos de parte de los estudiantes de la ENBIO)”. También existe en Facebook el perfil de una radio comunitaria llamada Radio Ikoots, esta última palabra significa “nosotros” y la utilizan los huaves para autonombrarse, toda vez que en algunas regiones indígenas la palabra “huave” es despectiva. Incluso, existe un grupo en la red social llamado “Ikoots” que tiene 395 miembros, sobre todo jóvenes de 10 a 30 años. Herrera explica que existen muchas lenguas que no necesitan un sistema de escritura. “Si cualquiera llega y le dice: aquí está su sistema de escritura, no la van a usar porque no tienen la necesidad de escribirse. En la medida que exista la necesidad, se propone, lo usan y va a empezar a evolucionar y regularizar”.

¿Y tú sigues colonizado o piensas que es momento de crear un sentido propio?





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