Oaxaca es un lugar bello, misterioso y trágico. Lugar de nacimiento de dos hombres que marcaron el siglo XIX y XX de México. Benito Juárez creó el mito del indígena que puede llegar a ser presidente del país. Fue un guerrero que luchó por la permanencia muchas veces precaria de la república. El otro, un dictador, Porfirio Díaz, que tomó por la fuerza el poder y dirigió el destino de un país que quería olvidar su pasado indígena. Tal vez sean estas las razones por la cual la ciudad de Oaxaca fue renombrada: Oaxaca de Juárez. Aunque por el sistema autoritario que prevalece en nuestro país sigue siendo Oaxaca de Díaz. En el siglo XXI persisten conflictos no resueltos en los últimos 200 años. El más reciente el conflicto magisterial y el surgimiento de la APPO. Este movimiento, que inició solicitando la rezonificación y aumento de salario de los maestros, pretende destituir al gobernador del estado.
Después de 7 meses de cárcel liberan a un profesor que participó en las manifestaciones. Un juez federal considera que no se ha podido comprobar el título de “reo de alta peligrosidad” al sr. Flavio Sosa, líder de la APPO. Mientras tanto, la sección 59 del SNTE “se arregla con el gobierno estatal”. Esta sección fue creada por el sindicato de maestros como forma de presión a los participantes de las protestas y una estrategia para que la presidenta, por tiempo indefinido, del SNTE recupere el control férreo de los maestros . Sin embargo, se prepara el boicot en contra de la Guelaguetza, y los comicios electorales del estado. Grupos de mujeres pretenden recuperar las calles de la ciudad de Oaxaca. El plantón de los maestros se mantendrá hasta el 5 de agosto. El incremento de la resistencia y protestas de la APPO coincide con ciertos “reportes de inteligencia” sobre la movilización de grupos guerrilleros en Oaxaca.
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