sábado, septiembre 13, 2014

la pobre educación que ofrece la sociedad mexicana del siglo XXI a nuestros pueblos originarios

Actualización:

El gobierno federal mexicano afirma en la ONU que los demás países deberían trabajar para disminuir la discriminación, nótese que no habla de acciones concretas que la sociedad mexicana debería predicar con el ejemplo y no solo con lindas palabras:

En el pleno da Organización de las Naciones Unidas, el gobierno federal mexicano, convocó a los países a trabajar para abatir la desigualdad, injusticia y discriminación que aún enfrentan las comunidades originarias en nuestro planeta. Durante la sesión plenaria de la Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas se señala que es necesario redoblar los esfuerzos de manera conjunta con el objetivo de hacer valer los derechos y atender de manera eficiente las problemáticas que enfrentan los integrantes de este sector de la sociedad. “Tenemos que seguir trabajando juntos, la desigualdad, injusticia y discriminación en contra de los pueblos indígenas todavía y lamentablemente es una realidad lacerante. “Para erradicar estas prácticas y hacer valer sus derechos debemos fortalecer la cooperación internacional y, sobre todo, intensificar las acciones al interior de cada país”, puntualizó.

Los Estados Unidos mexicanos albergan a una de las sociedades más diversas, no solo en aspectos culturales, sino también en diferencias genéticas. El territorio mexicano es un crisol de la diversidad humana:

Aunque 117 millones de personas comparten la nacionalidad mexicana, las diferencias a nivel de genes son tan grandes que es como si algunos mexicanos fueran japoneses y otros fueran alemanes. La revista científica Science presentó los resultados de un ambicioso estudio en el que un equipo multinacional analizó muestras de sangre de mil mexicanos que representaban a 20 grupos indígenas y 11 poblaciones mestizas. Este estudio es el primer análisis a escala fina sobre las pequeñas variantes que se presentan en el genoma humano de personas que habitan en los estados mexicanos que están entre Sonora y Chiapas.“Encontramos una sorprendente estratificación genética entre las poblaciones indígenas en México con distintos grados de aislamiento geográfico. Algunos grupos son genéticamente tan diferentes como lo son los europeos de los asiáticos orientales. Esta información nos obliga a revisar la subestructura genética precolombina y su influencia en la genética de la población indígena y mestiza en todo el país”, indica el estudio encabezado por el profesor Andrés Moreno Estrada, del Departamento de Genética en Stanford.

Y la sociedad mexicana sigue manteniendo su creencia de que hablar de nuestras culturas originarias es hablar de un pasado remoto y folklórico. La verdad es que nuestros pueblos originarios sobreviven y pueden insertarse en el siglo XXI:

La UNAM editó, en colaboración con el CONACYT, una colección de seis libros sobre los conceptos básicos de nanociencia y nanotecnología en lenguas indígenas. Noboru Takeuchi, investigador del Departamento de Nanoestructuras del Centro de Nanociencias y Nanotecnología, comentó que a pesar de sus fascinantes aplicaciones, la nanotecnología puede causar miedo en la sociedad si no se entienden bien sus conceptos fundamentales. En nuestro país, al menos 10 millones de personas pertenecen a comunidades indígenas. El objetivo de los libros es contribuir a que este segmento de la población conozca la ciencia de lo nano y sus aplicaciones. Los seis libros manejan en general la misma información aunque presentan diferencias por las adaptaciones que exigió cada lengua indígena. Las lenguas en que se editaron los textos fueron zapoteco de la Sierra Norte, náhuatl de Tlaxcala, mixe alto, mixteco de la Mixteca Baja, hñahñu del Valle de Mezquital y maya de Yucatán. En las traducciones participaron especialistas de la UNAM, la Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji y hablantes y escritores de las lenguas originarias. Uno de los mayores retos que enfrentaron los traductores fue que aun cuando las lenguas indígenas sí tienen palabras para ciencia y tecnología, son para cosas macroscópicas, que si se ven y no para estructuras nanoscópicas. El problema se resolvió cambiando el texto para hacer una reinterpretación que lo adaptara a la lengua, debido a que una traducción literal no era posible. En algunos casos se tomaron prestados términos del español y en algunos otros se definieron en la lengua, señaló Noboru Takeuchi, principal impulsor del proyecto. Por ejemplo, nanotecnología en mixteco se tradujo como Tatanunio kixiva'a ndachuun que significa "lo que hace cosas enanas", y nanociencia en mixteco se dice Tatanunio ndyichi que significa "sabiduría de lo enano".

Sin embargo, la sociedad mexicana a través de sus autoridades educativas vuelve a lanzar, como lo hace cada sexenio (ya un rito administrativo), un programa de educación intercultural.... según el discurso del encargado de la educación federal de este momento, este si el bueno, el programa que cambiará la mentalidad virreinal de la sociedad mexicana:

Al presentar el Programa Especial de Educación Intercultural 2014-2018 (Peei), el secretario de la SEP, aseveró que la ignorancia, la negación y el rechazo (a las culturas indígenas y afromexicanas) nunca más deben empobrecer nuestra visión. Por ello, indicó que la educación intercultural representa una de las vías, quizás de las más afortunadas, para fortalecernos como sociedad, seres humanos y nación por medio del reconocimiento de nuestra pluralidad. Estos lineamientos –publicados hace unas semanas en el Diario Oficial de la Federación– surgen de la necesidad de incorporar al sistema educativo el reconocimiento de la diversidad cultural de México y el trato equitativo y respetuoso de quienes tienen lenguas y culturas diferentes, que se basan en el respeto a los derechos humanos y el diálogo de saberes. Además, ponen en marcha el derecho a una educación con calidad y pertinencia para las diversas poblaciones del país, desde sus culturas y con sus lenguas maternas. También enfatiza la presencia de las distintas lenguas indígenas nacionales en la educación y articula propuestas que permitan avanzar hacia la eliminación de todas las formas de discriminación en el sistema educativo. El secretario resaltó que el artículo segundo de la Constitución incluye el derecho a la educación bilingüe e intercultural reconociendo que la nación mexicana está sustentada originariamente en sus pueblos indígenas y que debe garantizar la preservación y enriquecimiento de sus culturas, de sus lenguas de sus conocimientos y de sus valores.

En realidad, dicho programa será uno más si no se combaten las creencias de la sociedad mexicana. Nuestra sociedad sigue siendo racista como lo ha sido desde el siglo XVI. Nada ha cambiado de manera radical, a pesar de ser una de las sociedades con mayor diversidad cultural y genética del planeta:

El carácter racista de la sociedad mexicana es un fenómeno incuestionable, surgido desde la época de la Colonia, cuando las clases dominantes establecieron todo un sistema de castas para justificar sus privilegios, señaló Alicia Castellanos, profesora-investigadora del departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa. Aunque el discurso formal sobre este aspecto ha cambiado en más de 400 años, detalló la académica, estas jerarquías quedaron profundamente arraigadas, estableciendo en el imaginario social la categoría de raza y asociándola a la supuesta inferioridad o superioridad de pueblos y culturas, reforzándola con frases del tipo: No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre o hay que mejorar la raza. “El racismo en México es de asimilación, no de segregación. Se piensa que es más benigno porque te dice ‘si te pones abusado, haces alguna alquimia y te adaptas, ya no vas a ser víctima de discriminación’, cuando el verdadero problema es que eso sea una opción”, enfatizó. Otro rasgo singular de este fenómeno a nivel local es que, a diferencia de naciones donde la división racial es muy clara, en México las posibilidades de combinación son enormes, lo que da lugar a un juego de apariencias en donde una misma persona puede ser discriminada en cierto ámbito, pero privilegiada en otro. En un contexto eres el güero del grupo, en otro el más moreno y en uno distinto eres igual que los demás. Esa relatividad nos permite pasar de víctimas a victimarios, en una dinámica en la que una persona puede quejarse de que no la dejan entrar a un antro porque es morena, pero al mismo tiempo se cambia de banqueta si ve a alguien más moreno que él, apuntó Mónica Moreno Figueroa, académica del área de Sociología y Política de la Universidad de Newcastle, Inglaterra. Aunque el racismo es una práctica de la cual no se habla a nivel institucional y que pocas personas admiten, la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), refleja que 23 por ciento de los habitantes del país no estarían dispuestos a vivir con alguien de otra raza o con una cultura distinta. De igual forma, 55 por ciento de los y las mexicanas admiten que en el país se insulta a los demás por su color de piel, pero de ese total, 11 por ciento justifican que así sea o están de acuerdo con que los indígenas son pobres porque no trabajan lo suficiente. Además, 20 por ciento de las personas se sienten a disgusto con su tono de piel, 24 por ciento se han sentido discriminados por su apariencia física y 5.5 por ciento consideran negativo que la sociedad está formada por gente de fenotipos distintos.

Ejemplos sobran:

Autoridades de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach) impidieron el acceso a las instalaciones del plantel a la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum, quien tenía programada la conferencia El empoderamiento de la mujer dentro del desarrollo económico y social actual, en el contexto del Festival por las Mujeres que organizó el ayuntamiento de Texcoco. En protesta, alumnos y profesores ocuparon por casi tres horas la rectoría, en exigencia de que se le permitiera la entrada a Menchú Tum, y responsabilizaron al rector Carlos Alberto Villaseñor Perea del hecho, cuando ya se había otorgado el permiso al ayuntamiento. La premio Nobel arribó a la Uach antes de las nueve horas. Sin embargo, personal de seguridad le negó el acceso, aun cuando iba acompañada de la alcaldesa de Texcoco, Delfina Gómez Álvarez. El auditorio Alvaro Carrillo, donde se ofrecería la conferencia, fue cerrado antes con el argumento que estaba sin luz. Personal de seguridad de la Uach impidió también que se colocara un equipo de sonido para dar la conferencia afuera del auditorio.

Y como en el siglo XVI nuestros pueblos originarios siguen marginados y condenados a la pobreza:

En México los estados con mayor número de indígenas son los del sur y sureste. Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán y Puebla suman un total de 7.3 millones. La mayoría de las casi 25 mil comunidades indígenas del país suelen ubicarse en zonas de difícil acceso, lo cual repercute en la exclusión escolar y en el incumplimiento de otros derechos de los niños indígenas. Por ejemplo, Oaxaca es el estado con la mayor presencia numérica de población indígena y con la mayor diversidad etnolingüística de México. En su territorio se asientan 15 de los 68 grupos etnolingüísticos del país, cinco de las 11 familias lingüísticas y 173 de las 364 variantes lingüísticas indoamericanas habladas en México.  En 2010 el mencionado estado ocupó el segundo lugar a nivel nacional como entidad con mayor proporción de población en situación de rezago educativo (29.9 por ciento) 126, por encima del promedio nacional que fue de 19.4 por ciento y apenas precedida por Chiapas (32.9 por ciento). Además, cuenta con el promedio de escolaridad de la población mayor de 15 años más bajo que el promedio nacional y los años de escolaridad que se observan en las grandes ciudades del país.  "Así, mientras que este fue de 6.9 años en 2010 en Oaxaca, la media nacional se ubicó en 8.6 años y en el Distrito Federal fue de 10.5 años.

Y el sistema escolar sigue privilegiando el castellano como lengua "oficial", mientras tanto habrá que esperar 100 años a que los niños y las niñas de nuestros pueblos originarios puedan lograr tener los niveles actuales de los países que pertenecen a la OCDE:

A pesar de que se ha evidenciado que la población indígena en México tiene enormes brechas para alcanzar los estándares en educación, en decenas de municipios hay planteles en donde más de la mitad de los docentes no habla, lee o escribe la lengua de comunidad. En esta condición se encuentran profesores de educación preescolar ubicados en 51 municipios de Campeche, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Oaxaca y Veracruz; en nivel primaria son los mismos estados, pero se agregan Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Yucatán. Las bases de datos de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe, de la SEP, muestran que la autoridad tiene información sobre la lengua materna de los docentes adscritos a centros escolares. Sin embargo, no tienen datos relacionados con la lengua que hablan los alumnos en cada escuela indígena en los niveles preescolar y primaria. Las poblaciones indígenas tardarían casi 100 años para alcanzar a los punteros de la OCDE. La presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Sylvia Schmelkes, reconoció que la población indígena enfrenta un rezago educativo de por lo menos 20 años en comparación con la población no indígena. En el análisis “El mundo no nos va a esperar”, elaborado por la organización Mexicanos Primero, se advierte que los estudiantes promedio, en México, tardarían hasta 149 años para alcanzar al puntero de la OCDE en ciencias, que es Shanghai, y 77 años para lograr el promedio de la organización en esa materia.

Y este rezago comienza temprano, desde la educación inicial y preescolar:

Las condiciones de pobreza y marginación que enfrentan alumnos de prescolar de cursos comunitarios y planteles indígenas afecta su desarrollo oral, pues no sólo viven en un contexto que no promueve la adquisición de vocabulario y expresión oral, sino que además son atendidos por educadores con menores habilidades para el desarrollo oral de sus estudiantes, señaló la presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle, quien reconoció que se puede ver afectado su desarrollo cognitivo y su vida académica futura. Apuntó que a las condiciones de miseria que afectan los procesos educativos de la población más vulnerable se suma la falta de preparación de los docentes. Los instructores de cursos comunitarios tienen muchas veces una formación que sólo llega a bachillerato, e incluso a secundaria, mientras en el caso de los prescolares indígenas ocurre algo similar. Esto refleja no sólo la pobreza de los niños, sino una formación menos completa de los maestros que a lo mejor ni si quiera saben que la oralidad es tan importante. El puntaje para evaluar las prácticas educativas de los docentes en el desarrollo del lenguaje oral reveló que el promedio nacional es de 5.8 en una escala de 10 puntos, cae a 4.4 para los cursos comunitarios y a 5.1 para los docentes indígenas, mientras las escuelas urbanas públicas son la mejor situadas, con 6.9.

La sociedad mexicana ofrece la calidad más baja a aquellos que necesitan una educación de buena calidad:

Las condiciones de pobreza, desnutrición e incluso el trabajo infantil que enfrentan alumnos de los cursos comunitarios del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en las localidades atendidas por la Cruzada Nacional contra el Hambre, aún son un obstáculo para alcanzar mejores desempeños educativos y garantizar la plena aplicación de estrategias como la asesoría pedagógica. Un reporte del Proyecto para la Reducción de la Desigualdad de las Oportunidades Educativas, que incluye un Plan de Pueblos Indígenas, elaborado por el organismo para el Banco Mundial, destaca que dos de las principales estrategias de atención a la población indígena infantil: Fortalecimiento Comunitario para la Educación (Fortalece) –que se destina a dar recursos a las escuelas– y la Asesoría Pedagógica Intinerante (API) sólo se aplican en 5.4 por ciento de las localidades indígenas incluidas en la cruzada. A pesar de que Fortalece tiene una matricula de 15 mil 288 alumnos indígenas en 12 estados, sólo representa 2.3 por ciento del total de las localidades que cubre la Cruzada, mientras las API atienden a 12 mil 514 alumnos indígenas con necesidades pedagógicas especiales en todos los estados donde está presente la cruzada, pero representan apenas 3.1 por ciento del total de la población objetivo.

Y el sistema escolar insiste en mantener el maltrato y abuso a los estudiantes:

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició un expediente de queja para investigar las presuntas violaciones cometidas contra las garantías básicas de estudiantes de la escuela primaria Ángel Albino Corzo, ubicada en el municipio indígena Cho’l, de Tila, Chiapas. De acuerdo con notas de algunos medios de comunicación, la directora del plantel discrimina y maltrata a los alumnos al imponer medidas disciplinarias, pues llama despectivamente indios a los niños y los obliga a comer en el piso. Además, se ha registrado una conducta omisa del supervisor de la zona 33 del subsistema estatal de educación, quien se ha negado a intervenir, con el argumento de que se trata de servidores públicos protegidos por el sindicato, justificando la prepotencia y abuso de la directora. Por tal razón, un grupo de visitadores adjuntos de la CNDH fue enviado a esa localidad para entrevistarse con los menores afectados y sus padres.

En tanto:

A fin de determinar los lineamientos para examinar la enseñanza en los pueblos indígenas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)  aplicarán una consulta en las comunidades originarias para conocer lo que consideran relevante del proceso formativo y cómo puede ser evaluado. La presidenta de la junta de gobierno del INEE, señaló que los niños y adolescentes indígenas son los que menos asisten a la escuela, y también los que menos permanecen. Agregó que a pesar de ser reconocidos como buenos jueces de sus maestros, rara vez se les considera para participar en los procesos de evaluación. La consulta, que se realizará en 50 comunidades y en 31 de las 68 lenguas originarias de 19 estados, permitirá conocer qué les gusta o no de la escuela, qué piensan de sus profesares y qué prefieren aprender.

La Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo firmará 10 acuerdos de cooperación con universidades estadounidenses para crear programas de estudio en el exterior y un proyecto adicional enfocado en comunidades mayas y el desarrollo de esta región en México.

Después de 200 años de vida independiente quizá sea ya el momento para re-pensar nuestra sociedad y analizar la discriminación que ejercemos contra nosotros mismos. En el tema del racismo, el enemigo está dentro de nosotros.




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