jueves, julio 04, 2013

innovación y educación o ¿Por qué México rechaza el modelo finlandés?

La sociedad mexicana no parece darse cuenta del cambio global en la economía y la cultura, sigue atrapada en ideas que ya no responden a los retos actuales. Hubo alguno momento en que la sociedad mexicana se sentía superior a la sociedad china. Hubo algún momento en que fuimos modelo de modernización y China modelo del atraso cultural. Sin embargo, la sociedad mexicana no pasó de ser un sueño de una noche de verano, en cambio la sociedad china actualmente lleva la batuta del cambio en el siglo XXI. La mediocre economía mexicana ahora recibe una inyección de dólares chinos:

Empresas chinas invertirían en México más de 81 mil millones de dólares en los sectores petrolero, comunicaciones y telecomunicaciones, así como en infraestructura. La Cámara de Comercio y Tecnología México-China dio a conocer los proyectos de interés de las compañías de esa nación, luego de que el gobierno mexicano presentó el Plan Nacional de Desarrollo. México podría captar inversiones en construcción o ampliación de puertos marítimos y aéreos, trenes y telecomunicaciones, así como en la reconfiguración e instalación de refinerías. La cámara planteó la posibilidad de que México podría captar inversionesen volúmenes significativos, dado que nuestras necesidades en puertos, aeropuertos, vías férreas y telecomunicaciones son de alrededor de 50 mil millones de dólares. La organización estimó que el potencial de inversiones en infraestructura y tecnología de telecomunicaciones en México ronda 11 mil millones.

Y mientras los chinos han encontrado la manera de hacer riqueza en el siglo XXI, los mexicanos siguen como en el siglo XVI: trabajando muchas horas sin casi nada de ganancia real. Los mexicanos trabajan muchas horas y ganan poco y producen menos:

Los mexicanos son los ciudadanos de la zona OCDE, que agrupa a las 34 principales economías mundiales, que más horas trabajan al año en promedio, más de dos mil 200. De acuerdo al informe, los mexicanos trabajan un promedio de dos mil 250 horas por año, casi 500 horas más que el resto de ciudadanos de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que laboran mil 776 horas por año en promedio. Los hombres son los que trabajan jornadas más largas en México, un 35 por ciento, mientras que el 18 por ciento de las mujeres con trabajo informa tener largos horarios laborales. Los datos revelaron además que "las mujeres siguen teniendo menos oportunidades que los hombres de ejercer una actividad laboral" en México. 43 por ciento de mujeres tienen un empleo en México, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje es de un 78 por ciento. En cuanto a la remuneración salarial, el promedio de sueldos mexicanos también registra una fuerte diferencia respecto al promedio de la denominada "área OCDE". Mientras que en México la organización calculó el salario promedio en nueve mil 885 dólares por año, el promedio de lo que gana un trabajador de un país de la OCDE alcanzó los 34 mil 466 dólares. El país también encabezó el ranking de homicidios por cada cien mil habitantes de la OCDE. De acuerdo a los datos, entre 2002 y 2013, la tasa de homicidios pasó en México de siete por cada cien mil habitantes a 23.7.

Y para remate, los cambios laborales más recientes simplemente desmantelan la economía mexicana. Los empresarios mexicanos prefieren seguir importando conocimiento y personal con competencias profesionales complejas, mientras se ocupan de tener empleos de bajo nivel de complejidad y con salarios de miseria:

La reforma laboral ha multiplicado la subcontratación y el outsourcing, pues los empresarios mexicanos están abusando de estas figuras; además ha incrementado el despido de personal antiguo y suprimido el pago de salarios caídos en los conflictos obreros; está destruyendo el sistema de protección social, y no ha creado empleos como se prometió. Un análisis de los efectos de la reforma laboral elaborado por el Frente Auténtico del Trabajo (FAT), señala que la reforma fue un instrumento orientado únicamente a abaratar la fuente de trabajo y el despido, y no resolvió problemas de fondo como la necesidad de contar con esquemas de contratación colectiva que favorezcan la concertación y el desarrollo productivo, una nueva política salarial o la transición a un sistema de justicia laboral que lleve a la desaparición de las juntas de conciliación y arbiraje. En cambio, las mínimas reglas que se fijaron para regular la subcontratación y el outsourcing, además de que han sido ignoradas por los empresarios, estos las han utilizado para abusar de las formas de contratación.

El sistema productivo y la burocracia mexicana no responde a la realidad actual. Las empresas y la burocracia sigue con esquemas del siglo XVI y con la competencia global. No hay ninguna relación armónica entre formación para el trabajo, educación y los salarios y prestaciones sociales. En algún momento de la década de 1980 se abandonó la dirección de la modernidad y fue remplazada por discursos que no responden a mejorar la calidad de vida:

Los salarios no responden a la expectativa de los profesionistas mexicanos, a tal grado que en algunos casos un "maestro albañil" percibe un salario igual o mayor que el de un profesionista que realizó estudios de ingeniería, contabilidad, medicina, mercadotecnia o publicidad. Datos del Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo indican que al cuarto trimestre de 2012 el ingreso promedio mensual de los 7 millones de profesionistas ocupados del país fue de 10,340 pesos, mientras que un trabajador cuya ocupación es la albañilería y/o acabados de la construcción gana 11,092 pesos. Miguel Reyes, coordinador del Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana, campus Puebla, explica que un trabajador que se dedica a la albañilería puede tener ingresos superiores a los de un profesionista, porque cuenta con habilidades específicas que demanda, en este caso, la industria de la construcción, o bien porque trabaja por contratos a "destajo" u obra determinada, cuyo pago va en sintonía con la evolución económica del sector. Los datos del Observatorio Laboral muestran que una secretaria, un capturista o un cajero perciben en promedio 7,724 pesos mensuales, cantidad que supera el salario de profesionistas que trabajan y estudiaron carreras como mercadotecnia, publicidad, negocios y comercio, las cuales no superan los 7,425 pesos al mes. Esas carreras con sueldos por debajo del nivel salarial de un "maestro albañil" o una secretaria son las que registran el mayor número de ocupados y equivalen a 20% de profesionistas en el país: administración de empresas cuenta con 710,000 ocupados, y contabilidad y fiscalización con 694,000. El reporte muestra que al cierre del año 2012 40% de los profesionistas trabajaron en áreas que no son acordes a sus estudios, porcentaje que es superior en 10 puntos porcentuales contra el 2011.

Desde el punto de vista del mundo nórdico, altamente desarrollado, México simplemente sigue un modelo de mercantilización del siglo XVI para la educación. Al abandonar los ideales revolucionarios que alguna vez fueron los motores de cambio del siglo XX, la sociedad mexicana no encontró nada con que sustituirlos, no encontró una actualización de ideales para el siglo XXI y se regresó de manera irreflexiva a los ideales del virreynato de la Nueva España:

Uno de los graves problemas que enfrenta México en su modelo de enseñanza es que al privilegiar la comercialización educativa contribuye a la construcción de un país en el que la brecha entre pobres y ricos es cada vez más amplia, advirtió Kailash Satyarthi, fundador en 1998 de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, red de la sociedad civil que busca prevenir y erradicar ese fenómeno y cambiarlo por educación de calidad. El crecimiento de la brecha entre pobres y ricos trae aparejados problemas como creciente desempleo, vinculación de los jóvenes a actividades antisociales y gran descontento y desvinculación con el Estado, advirtió. México ha logrado una mayor tasa de niños inscritos en primaria y secundaria, y eso ha ayudado un poco en la cuestión de prevenir el trabajo infantil, pero cuando se habla de falta de oportunidades de empleo, es claro que el gobierno no ha invertido lo suficiente, lo que es resultado de una baja calidad en la educación, que casi obliga a que los jóvenes abandonen la escuela en la secundaria; por eso el mayor reto es mejorar el sistema educativo, no para que se inscriban muchos, sino para que aprendan mejor.

La principal innovación de los países nórdicos es social. Han sido las innovaciones sociales las que han permitido a los países nórdicos a mejorar su calidad de vida. México no sigue su ejemplo, es más hace exactamente lo contrario:

La capacidad de hacer acuerdos políticos y que todas las personas tengan acceso gratuito a la educación son dos factores clave para que en México puedan implementarse las innovaciones sociales como parte de las políticas gubernamentales, señaló Ilkka Taipale, investigador y ex miembro del parlamento finlandés. Comentó que en Finlandia la innovación no sólo se traduce  al registro de patentes, pues su visión social de emprendimiento engloba proyectos enfocados a la democracia parlamentaria, igualdad de género, seguridad social universal, educación gratuita, generalización de alfabetización y la paz social. Con estos principios Finlandia es uno de los 20 países más ricos del mundo, es referencia en la prueba PISA de la OCDE, atención sanitaria y se coloca en la lista de las naciones con menos índices de criminalidad y corrupción. “Nos costó años poder consolidar innovaciones sociales, pues fuimos de los países más pobres del mundo, afectados por la guerra contra Rusia, pero en seis años pudimos pagar la deuda que adquirimos en 1947 y, a partir de ese año, desarrollamos una industria de metales y con ello la necesidad de mejorar el bienestar social”, comentó Ilkka Taipale. Algunos de los ejemplos de innovaciones son la construcción de hogares con servicios para personas de la tercera edad y enfermos mentales; casinos donde el dinero recolectado se usa para beneficencia; prestaciones para el cuidado de menores e “incapacidad” a los hombres que acaben de ser padres de familia, por mencionar algunos. El investigador señaló que otro factor importante que deben considerar los países interesados en implementar innovaciones sociales es la transparencia de recursos. “La corrupción se combate con transparencia, con una ley que obligue a los funcionarios a comprobar sus gastos”, indicó. Finalmente, añadió que dichos proyectos deben ser la base económica del país -tal como sucede en Finlandia-, pues es la única manera en que el PIB de una nación pueda elevarse y usarse al cien por ciento en mediante innovación social y tecnológica.

La situación es simple. La sociedad mexicana trata de comprender la globalización mirando por el espejo retrovisor. Y las estrategias actuales no nos acercan a una sociedad más democrática, más equitativa y con mejor bienestar social. Si seguimos atrapados en el siglo XVI no podremos acceder a la sociedad del conocimiento e información.






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