sábado, julio 28, 2012

protestas de investigadores del INAH por el uso comercial de zonas arqueológicas

Una de las estrategias de los gobiernos federales y estatales de las últimas décadas ha sido la de utilizar las zonas arqueológicas de México para realizar eventos masivos que requieren de "adecuaciones" como perforaciones, excavaciones, para colocar luz, sonido, tarimas, escenarios, etc. Desde el punto de vista de los investigadores estas adecuaciones provocan graves deterioros a estas zonas, por ello, han comenzado a realizar protestas:

Académicos y trabajadores del INAH iniciaron un plantón en la entrada y vestíbulo del Museo Nacional de Antropología (MNA), tomaron las taquillas y desde entonces el acceso al museo es gratuito. En el primer día de movilizaciones hubo 3 mil 765 visitantes. Felipe Echenique, secretario general del sindicato, comentó que no se retirarán hasta ser recibidos por el titular de la SEP. “Seguiremos mañana viernes y el sábado”, dijo ayer, previo a la inauguración de la muestra. Mostraron pancartas en las que exigían un alto “a la destrucción del patrimonio cultural”.

Se dicen dispuestos a realizar una huelga de hambre:

Durante la inauguración de la exposición Samurái: tesoros de Japón, en el Museo Nacional de Antropología, profesores-investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se manifestaron de manera pacífica con la finalidad de reiterar su demanda de ser recibidos por el titular de la Secretaría de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos. El interés de los inconformes por reunirse con el funcionario federal fue para tratar, en conjunto con las autoridades, asuntos graves y delicados que aquejan al INAH, como la destrucción, las afectaciones y la tergiversación a las que son sometidos museos nacionales, zonas y monumentos arqueológicos e históricos. De ser necesario, manifestó el historiador Felipe Echenique March, secretario general de la sección sindical de académicos del instituto, estamos dispuestos a llegar a la huelga de hambre.


Para reflexionar: ¿Qué tipo de turismo cultural deseamos impulsar? ¿Aquel que considera al viajero como un turista que tiene ganas de divertirse e ir a un parque temático tipo Six Flags? ¿Aquel que considera al viajero como un turista que trata de ampliar su visión de mundo, de comprender aquello que nos hace seres humanos? Independientemente del la visión que se tenga, este turismo debería ser autosustentable, las zonas arqueológicas son bienes no renovables una vez destruídas no pueden recuperarse.







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