jueves, mayo 22, 2014

muerte y hospital son el resultado del acoso y abuso en las escuelas mexicanas. México ocupa el primer lugar de acoso y violencia en secundaria dentro de la OCDE

El sistema escolar sigue en perenne crisis. El diseño actual de las escuelas, las formas de pensar de autoridades educativas, de los docentes y de los padres de familia, contribuyen a mantener un sistema escolar que simplemente no ofrece nada a los estudiantes mexicanos. El sistema autoritario escolar ya no hace sentido ni a los estudiantes, ni a la sociedad mexicana del siglo XXI. Ante un sistema escolar que nada tiene que ofrecer, los estudiantes responden únicamente con los pocos medios que tienen para manifestar su malestar: se manifiestan usando la violencia en contra de sus propios compañeros. Esta violencia ya provoca muertes entre estudiantes. El caso más reciente ocurrió en Tamaulipas. El siguiente relato nos muestra la nula actuación de las autoridades escolares para ayudar a su estudiante:

 Héctor Alejandro Méndez Ramírez llegó al Hospital Infantil debido a las agresiones infligidas sus compañeros de clase. El alumno sufre las consecuencias de un juego denominado “columpio”, en donde cuatro de los compañeros lo cargaron tomando cada uno sus extremidades, balanceándolo y arrojándolo. Hasta en dos ocasiones repitieron esta acción. En la segunda ocasión, al ser arrojado, se golpeó la cabeza contra el concreto, lo que le provocó un infarto cerebral y posterior coágulo en ese órgano, refirieron los médicos. La hermana mayor de Héctor Alejandro, responsable de ir por él al plantel, sólo recibió el comentario de la subdirectora, que el alumno había sufrido un accidente y que necesitaba atención médica. Pasaron varios minutos de ello y eso complicó la salud del estudiante. A pesar de las lesiones del menor, que proviene de una familia humilde, los directivos de la secundaria no hicieron nada al respecto.Sólo un prefecto de la institución accedió a llevarlo al domicilio; sin embargo, sólo lo dejó en la banqueta de la entrada a la vecindad donde habitan, y la familia, con sus propios medios, lo transportó hasta la clínica del Seguro Social, donde ingresó grave y posteriormente fue trasladado al Hospital Infantil para una atención especializada.

Las lesiones del provocaron finalmente la muerte, provocando la indignación de padres de familia y estudiantes:

Héctor Alejandro Méndez Ramírez, alumno de la escuela secundaria número siete, falleció en el Hospital Infantil de esta ciudad, donde estaba internado luego de que hace una semana cuatro de sus compañeros lo tomaron de las extremidades, lo columpiaron y lo lanzaron dos veces contra una pared, lo que le provocó traumatismo craneoencefálico. Alrededor de las 14 horas, estudiantes y padres del turno vespertino exigieron castigar a los agresores y a los profesores que por omisión permitieron el ataque. Alumnos del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 119, ubicado a 500 metros de la secundaria siete, se sumaron a la movilización. Marcharon alrededor de la secundaria y apedrearon los cristales de las aulas.

Y empiezan las justificaciones de las autoridades escolares:

Tras la muerte del menor Héctor Alejandro Méndez, la Secretaría de Educación en Tamaulipas estableció estrategias y programas en la Cruzada para la Prevención del Acoso Escolar. El secretario de Educación en la entidad, Diódoro Guerra Rodríguez, manifestó que a la fecha unos 550 directores de diversas escuelas de Tamaulipas han sido capacitados en la prevención de acoso escolar, además de que se llevan a cabo estrategias y acciones sobre esta materia en los planteles de educación básica. Detalló que, además, se capacitó a 140 asesores técnico pedagógicos de nivel preescolar en el uso del material didáctico “No al acoso escolar o bullying”, así como se impulsó la difusión de la Ley para la Prevención de la Violencia en el Entorno Escolar. Indicó que también se han distribuido 43 mil ejemplares de libros “No al acoso escolar”, para alumnos de quinto y sexto grado de primaria, además de llevar a cabo acciones para que los alumnos convivan en una cultura de aceptación, amistad y paz dentro y fuera de los planteles educativos.

El titular de la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chuayffet, condenó la muerte por bullying (acoso escolar) del estudiante de secundaria Héctor Alejandro Méndez Ramírez. Dijo que, con todo respeto, solicitará a las autoridades educativas de esa entidad un informe pormenorizado de los hechos paraderivar las responsabilidades correspondientes. Además, anunció que a más tardar en noviembre se prondrá en marcha un programa piloto para prevenir y combatir ese fenómeno.

Pero se siguen documentando los casos de abuso y acoso escolar en las escuelas mexicanas:

Alumnas del plantel Uno del Colegio de Bachilleres de Zacatecas (Cobaez) golpearon a una de sus compañeras, grabaron la agresión y subieron el video a las redes sociales, en represalia por una presunta difamación en su contra. En el video, grabado con un celular, se observa cómo una joven de 16 años somete a una niña de 13 en un predio urbano sin piso, la insulta y la derriba de espaldas; enseguida le asesta varias patadas, en medio de las carcajadas de otras compañeras. La golpiza continuó a pesar de que la agredida pide perdón y grita ya estuvo insistentemente. La violencia no paró hasta que de rodillas ofreció disculpas a las otras adolescentes, llorando, aterrada. El video, de más de cinco minutos, fue subido originalmente a Accesozac, la cuenta de Facebook más visitada de todo Zacatecas. Con 192 mil 616 suscriptores, esta página se caracteriza por difundir información sobre la violencia y la inseguridad en la entidad.

Una estudiante de secundaria en Puebla, fue golpeada al salir de la escuela, por cuatro compañeras, la víctima fue a dar al Hospital del Tepeaca. La menor recibió un golpe en el cuerpo y luego cayó al suelo donde fue pateada por sus compañeras en varias ocasiones, señalaron testigos de la agresión. Asimismo, otras de sus compañeras indicaron que ya venía sufriendo de bullying desde hace algún tiempo, pues en el salón la empujaban, le ponían el pie y le hacían burla. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública en Puebla informó que comenzó una investigación para determinar lo sucedido. Mediante un comunicado, mencionó que el área jurídica de la SEP acudió a las instalaciones de la institución ubicada en avenida Juárez sin número en Chachapa, junta auxiliar de Amozoc, para elaborar el acta de hechos correspondiente.

Y pesar de que los estudiantes piden ayuda, no necesariamente los adultos la ofrecen. Nuestro sistema autoritario en las escuelas trata a los estudiantes más como delincuentes que como personas que tienen deseos de aprender:

Al mediodía del jueves 13 de marzo, Julio César Huízar Zaragoza ingresó a las oficinas de la secundaria México, en la colonia López Portillo de esta capital, y pidió atención médica. Aseguró que minutos antes siete compañeros le habían grabado con una navaja la palabra niña en la mano izquierda. En el servicio médico le aplicaron antiséptico y le dieron un analgésico, y lo turnaron al departamento de trabajo social, que a su vez reportó el caso a la Subdirección de Secundarias de la Secretaría de Educación del estado. Las autoridades del plantel buscaron a los siete presuntos agresores, pero Julio César asegura que no pudo verlos ni los podía identificar. Desde entonces el menor no ha ido a la escuela, y aunque el director, Ignacio Meza Rodríguez, le consiguió atención sicológica, no ha acudido a las consultas. Meza Rodríguez aseguró que visitó al chico en su casa y habló con él, pero insistió en que no puede identificar a quienes lo agredieron. Rubén Ballesteros Nava, supervisor de la zona escolar número uno, aseguró: No hay nada que apunte a que fue alguien de la escuela; tampoco existen indicios de que (la agresión) haya sido en el plantel. Al igual que Meza Rodríguez, piensa que el menor ya tenía la mano cortada e inventó lo del acoso.

Este problema ya ha sido detectado desde hace tiempo atrás, pero en lugar de disminuir, aumenta y aumenta y aumenta:

El bullying está creciendo de forma notable en el país, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa ya el primer lugar a escala mundial con mayores casos de esta práctica en el nivel secundaria, advirtió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). El organismo dirigido por Raúl Plascencia Villanueva indicó que el acoso escolar ha llegado a un nivel en donde estudiantes de primaria y secundaria conforman pandillas para agredir físicamente a sus compañeros, muchos de los cuales llegan incluso al suicidio. La CNDH también resaltó que de acuerdo con estadísticas del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), 40 por ciento de los estudiantes de sexto grado de primaria declararon haber sido víctimas de robo; 25 por ciento han sido insultados o amenazados; 16 por ciento, golpeados, y 44 por ciento atravesaron algún episodio de violencia de otro tipo. De igual manera, 17 por ciento de los niños de seis años de edad afirma que en la escuela se les pega e insulta, dos de cada 10 infantes de 10 a 12 años señalan que en sus colegios sufren maltratos y humillación y 11 por ciento de los estudiantes de primaria ha robado o amenazado a algún compañero, mientras que en secundaria ese porcentaje alcanza a poco más del 7 por ciento.

Y para colmo, no solo son los estudiantes los que generan el abuso y acoso escolar, en muchos centros escolares son los docentes quienes aterrorizan a los estudiantes:

En Chiapas, organizaciones no gubernamentales, entre ellas Melel Xojobal y la Red por los Derechos de la Infancia y Adolescencia en Chiapas denunciaron que entre 15 y 20 niñas de seis años que estudian en la primaria bilingüe Ignacio Zaragoza, en la comunidad Nuevo San Juan Chamula, municipio de Las Margaritas, presuntamente han sido víctimas de abuso sexual del profesor Esteban Fidel Román Román. Agregaron que sólo 10 de las niñas afectadas han declarado, por temor a represalias contra sus familiares. Madres y padres de las alumnas denunciaron que después de tres meses del inicio del ciclo escolar las niñas ya no querían ir a clases, tenían miedo al entrar a su salón, se quejaban de dolor de estómago y llorando se rehusaban a ir a la escuela. Los padres y las madres narraron que según sus hijas el profesor les pegaba con reglas, les ponía gel en la cara, lo que a algunas de ellas le ocasionaba mucho dolor de cabeza y desmayo; pedía a las niñas quitarse las ropas y hacía tocamientos en sus partes íntimas y las amenazaba con aparecer muertos a sus padres si decían algo. Las agrupaciones expresaron que según la denuncia de los padres, el 11 de marzo el profesor Román Román fue detenido y encarcelado; se abrió el expediente penal 66/2014 por acoso sexual contra una niña de seis años. Dijeron que ese mismo día el maestro obtuvo su libertad luego de pagar una fianza de 35 mil pesos y hasta la fecha nadie sabe su paradero.

En el DF, Oscar Gutiérrez Padrón, el profesor de educación física de una guardería, fue detenido y consignado ante un Juez, acusado de abusar sexualmente de dos menores de edad. Este sujeto trabajaba en el Kínder Care, ubicado en la calle Bosque de Tamarindos 156, colonia Bosques de las Lomas, delegación Cuajimalpa. Fue un vecino quien se percató del abuso. Detalló que observó como en el patio de la escuela el profesor estaba con el pene expuesto y abusó de una niña. El denunciante detalló que los demás niños estaban boca abajo como parte de un supuesto juego que les enseñaban. El testigo avisó a las autoridades escolares quienes sólo despidieron al profesor pero no lo denunciaron ante las autoridades. Luego de varios meses el sujeto fue detenido el 30 de enero del presente año. Al quedar un desglose de la indagatoria y continuar con las investigaciones, elementos de la Policía de Investigación ubicaron otras dos menores víctimas de abuso sexual, cuyas declaraciones coincidían con el modus operandi del ahora consignado. Ambas agraviadas declararon que Oscar Gutiérrez Padrón les hizo tocamientos en distintas partes de su cuerpo con la advertencia de que no deberían platicar nada de eso con sus padres.

Es necesario revisar el diseño del sistema escolar mexicano. Simplemente, las escuelas mexicanas no ofrecen un espacio para el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades que poseen los estudiantes. Los estudiantes mexicanos no tienen otro modo de expresar su malestar que la violencia en contra de sus propios compañeros. La falta de sentido de la escuela no se resolverá pensando que necesitamos regresar al siglo XIX. Necesitamos construir las escuelas para el siglo XXI. Mientras no lo hagamos, aumentará la cantidad de estudiantes que terminan en los hospitales y muchos de ellos con lesiones graves.




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