miércoles, junio 29, 2011

cambian las reglas de la formación continua para los docentes de educación básica en México


México tiene el poco honorable último lugar en las pruebas realizadas por la OCDE, sus estudiantes son los menos preparados para las sociedades del conocimiento. De manera paradójica, los docentes mexicanos son los más "actualizados" "capacitados", pues, año con año, asisten ritualmente a cursos y más cursos y a otro curso... que francamente no ayuda a que mejoren los aprendizajes de sus estudiantes. Estos cursos parecen reforzar aquello que no se hace bien en las escuelas y salones de clase. Nuevamente, como ocurre, cada vez con mayor frecuencia se "reforma" el sistema de formación continua para los maestros de educación básica; transitar de los cursitos a la adquisición de posgrados a través de... la acumulación de diplomados... ofrecidos por IES reconocidas:

Los casi 960 mil maestros de educación básica que cuentan con estudios de licenciatura en México podrán obtener doctorados, maestrías y especializaciones con la acumulación de diplomados tomados en instituciones de educación superior reconocidas, acordaron la Secretaría de Educación Pública (SEP) y 159 universidades del país. El subsecretario de Educación Básica, Fernando González Sánchez, dijo que el convenio con las universidades abre una nueva fase en la formación de profesores, tras estar “desvinculada, en cursos cortos aislados e impartida por despachos privados”. El funcionario asegura que, de acuerdo con los estándares internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el promedio de inversión para la formación de los docentes en los países miembros es de 8 mil dólares por profesor al año, mientras que en el caso de México al inicio de la actual administración se invertía un dólar por profesor al año y hoy se invierten alrededor de 800 dólares por docente en cada ciclo escolar. La afirmación tan cruda de que el avance sería con la acumulación no de cursos sino de diplomados no gustó tanto a la ANUIES, pues, el secretario general ejecutivo de la ANUIES, Rafael López Castañares, aseguró que el acuerdo tiene un “matiz”, porque “no es correcto” que sea solo con la acumulación de diplomados, por lo que las universidades afiliadas a la asociación podrán instrumentar “diplomados, cursos de alto nivel para los maestros en las áreas específicas. En la medida que vayan tomando un proyecto bien estructurado podrán alcanzar algún otro tipo de reconocimiento, más alto.

El planteamiento de la subsecretaría es que con estos estudios se pueda optar por el grado de maestro o doctor, mediante diplomados no menores a 120 horas y que éstos se conviertan en especializaciones; el grupo de especializaciones, en maestrías, y que del mismo modo, se integren los doctorados. Este acuerdo con 159 universidades públicas y privadas es parte de la estrategia para la evaluación universal de los docentes y la reforma de carrera magisterial. González Sánchez manifestó que los cursos de 40 horas que se promovían en los módulos anteriores ahora ya no tendrán validez para el programa de carrera magisterial. La meta para 2012 es lograr el reconocimiento para la profesionalización de los docentes de enseñanza básica en cuatro ámbitos centrales: desarrollo profesional en la docencia, conocimientos pedagógicos y didácticos, competencias docentes y desempeño profesional y competencias disciplinares.

Estas nuevas disposiciones no son del agrado de algunos profesores de escuelas normales:

Profesores de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), calificaron como indignante la propuesta del subsecretario de Educación Básica, Fernando González Sánchez, de exigir el grado de maestría para dar clases en escuelas de prescolar, primaria y secundaria, además de aplicar un periodo de prueba de dos años antes de otorgar la plaza de base a un docente. No hay duda, indicaron, que desde la administración federal y la cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que preside Elba Esther Gordillo, se busca la desaparición del sistema de formación normalista. Por eso, el enorme desprecio y desconocimiento de la tarea que realizan las normales públicas en la enseñanza de miles de maestros.

Y de algunos sindicatos de maestros que parecen defender la idea que solamente la práctica es necesaria para ser maestro en la educación básica en México :

Convocar a que sólo los maestros con maestría puedan impartir clases en el sistema educativo nacional, no sólo es promover un modelo elitista para la carrera docente, sino olvidar que los conocimientos teóricos, si bien son indispensables, no son lo único que hacen a un buen maestro: es la práctica cotidiana en el aula y la confrontación con la realidad social de nuestros alumnos, aseguraron profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Dirigentes y fundadores de la CNTE, agregaron que cada año egresan de las poco más de 450 normales, públicas y privadas, cerca de 28 mil nuevos docentes “evaluados con las normas que establece la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), quien emite un título profesional que ahora pretende convertir en un grado académico patito”.

Hace un rato que la sociedad mexicana requiere y demanda que el sistema escolar de educación básica sea de un alto grado de calidad, ya no bastan las ideas fundamentales de la educación pública de hace 150 años; necesitamos pasar de la alfabetización elemental a la lectura profunda a lo largo de la vida, de la escritura esencial a presentar de manera sencilla y clara nuestras ideas por escrito, de la aritmética simple a utilizar las matemáticas para la investigación y desarrollo de las ciencia y tecnología. El tránsito ya no es solamente formar un ciudadano que viva en democracia, sino de formar a un ciudadano que viva en una sociedad democrática y basada en el conocimiento. No será posible disminuir la pobreza e inequidad mientras nuestro sistema escolar siga atado a una visión que fue deseable en el siglo XIX pero que hoy se queda muy muy corta. Falta por ver, si el sistema de educación básica puede transitar del ritual de acumular horas sentados frente a un pizarrón a un sistema dinámico de formación permanente de los docentes.


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