domingo, mayo 29, 2011

hay más interés en la literatura mexicana en Francia que en México

Para los países democráticos la lectura es una base. Un asunto importante que se relaciona con la vida personal, la vida familiar y la vida en comunidad. No se vincula con la escuela de una manera especial. En los países autoritarios se ha intentado por la fuerza obligar a leer a los ciudadanos y principalmente usando la escuela. México forma parte de los últimos, a pesar de tener una forma de gobierno democrática, muy débil por cierto, no ha renunciado a su cultura autoritaria:

La lectura sigue siendo clave para disminuir la desigualdad en América Latina, según la CERLAC. El director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, España y Portugal (Cerlalc), Fernando Zapata, dijo que pese a la irrupción de las tecnologías en el ámbito editorial, que ha generado cambios en el consumo y en los soportes, es necesario continuar haciendo énfasis en la lectura. Zapata observa que la región se destaca por ser la más desigual del mundo en la distribución de la riqueza, algo que, a su juicio, se relaciona con la falta de "buenos lectores". En la región latinoamericana el promedio es de 1,5 a 2 libros leídos por persona al año, mientras en España es de 9,6 libros anuales, según el Cerlalc. Pese a esto, Zapata destacó que desde 2003 en la mayoría de países de Latinoamérica existe Planes Nacionales de Lectura, como es el caso de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Quizá una de las limitaciones es que el impulso a la lectura se basa en utilizar libros escolares, de bajo nivel literario, exageradamente "pedagógicos" que hace de la lectura una tarea árida para los estudiantes y la segunda estrategia es crear campañas que a lo sumo incitan a leer grandes carteles que invitan a leer, nomás:

En diversas campañas de fomento del hábito de la lectura se suele destacar las bondades de ésta, sobre todo la diversión que puede encontrarse en los libros; sin embargo, no siempre sucede así, lo que de alguna manera refleja los lugares comunes que suelen construirse alrededor de la lectura y los libros. De acuerdo con Azucena Galindo, directora de A leer-Ibby México, hay un lema que dice que Leer es divertido, pero no siempre puede ser divertida la lectura, los mensajes a veces pueden desencantar a los lectores. Al reflexionar en torno a campañas en la actualidad, como la encabezada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación o el Consejo de la Comunicación, la promotora hizo un llamado a que más organizaciones se sumen a esos esfuerzos, en especial porque cuentan con la experiencia en el tema.

Se lee más literatura y hay más interés en los libros de escritores mexicanos en Francia que en México:

Aunque en décadas pasadas se traducía la obra de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Jorge Ibargüengoitia y Juan Rulfo, fue hasta años recientes que la industria editorial francesa mostró mayor interés en la literatura mexicana. Así se han traducido a esa lengua obras de Élmer Mendoza, Juan Villoro, Enrique Serna, Mario Bellatin, Sergio González Rodríguez, Guadalupe Nettel, Jorge Volpi, F.G. Haghenbeck y Martín Solares. La participación de México en la feria del libro más importante de Francia generó un auge que no habían tenido nunca las letras mexicanas en francés. Según cifras oficiales, en cinco días, en el Salón del Libro de París se vendieron alrededor de 26 mil ejemplares de libros mexicanos, en español, sin contar los miles de volúmenes que se vendieron en librerías por toda Francia.

Leer debe formar parte de los valores de la sociedad mexicana, no tan solo una actividad escolar.



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