miércoles, mayo 25, 2011

México apuesta por la sociedad de la ignorancia no del conocimiento


Allá, por la década de 1990, Peter Drucker publicaba un libro llamado Nuevas Realidades en donde el autor exploraba las implicaciones de los cambios tecnológicos que habían surgido en las décadas de 1970 y 1980, y anticipaba el surgimiento de las denominadas Sociedades del Conocimiento. Veinte años después estas sociedades se encuentran en países como Dinamarca o Suecia:

México se encuentra entre los países con menor calidad de vida y bienestar, según una medición que realizó la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) entre sus 34 miembros. Aunque ningún país es el paraíso, los que más se le acercan en la tierra son Australia, Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia, reveló el nuevo índice sobre calidad de vida elaborado por la OCDE, mientras los más alejados son Chile, Estonia, Hungría y México.

En cambio, México sigue atrapado en los atavismos políticos, sociales y educativos. La sociedad mexicana sigue teniendo un miedo reverencial y superticioso al conocimiento. Las creencias religiosas que infunden temor al conocimiento científico y la creencia del sistema escolar de que el conocimiento es asunto muy complicado permiten que las decisiones importantes se tomen consultando a un lector de cartas del tarot y se busque asesoría del brujo predilecto o del chamán de ocasión. El gobierno, las empresas y organizaciones civiles no ocupan a los profesionistas mexicanos; pues, la burocracia y las empresas mexicanas están diseñadas para contratar autómatas que siguen las órdenes del jefe en turno realizando actividades de bajo nivel intelectual:

En el país, alrededor del 36 por ciento de los profesionistas labora en actividades ajenas a sus estudios, lo que significa un poco más de dos millones de personas, indicó Rodolfo Tuirán, subsecretario de educación superior de la SEP. También que uno de cada cinco profesionistas labora en condiciones precarias y que los recién egresados enfrentan niveles tres veces mayores de desempleo. “Es un problema muy serio porque estamos desperdiciando el capital humano que tenemos; en el caso del subempleo hubiera dado igual si estudiaron o no”. El funcionario destacó que una de las formas de contrarrestar la falta de empleo y subempleo entre los profesionales, es mejorar la vinculación entre empresas y universidades. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Vinculación, citó, sólo 14 de cada 100 empresas mantienen relación de desarrollo con instituciones de educación superior para innovar. Puntualizó que esto se debe a tres problemas fundamentales: la falta de información de las empresas, su desconocimiento sobre cómo pueden ayudar a resolver sus problemas y el valor agregado que brindan a sus procesos productivos.

Ni el gobierno federal ni los gobiernos estatales ni las empresas invierten en innovación e investigación. Se prefiere, como uso y costumbre virreynal, importar el conocimiento importante. México forma investigadores, pero no crea ni los lugares ni los puestos de trabajo para crear ciencia, tecnología y soluciones a los problemas nacionales:

Aun cuando el mundo está inmerso en la llamada sociedad del conocimiento, las opciones de desarrollo profesional en México para jóvenes preparados en los sistemas de posgrado son pocas. De acuerdo con datos de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), de cada 3 mil doctores que egresan al año en el país, sólo mil consiguen un empleo o la oportunidad para continuar con sus trabajos de investigación.

El diseño de las organizaciones mexicanas, sean burocráticas, gubernamentales o de la sociedad civil, responde a un modelo autoritario. Una cabeza (si es que hay alguna disponible) y muchos brazos, piernas, ojos, oídos, dispuestos a cumplir el capricho del día, recibiendo una paga miserable y ninguna prestación. Como una cabeza solo tiene una idea (no siempre la más inteligente o más adecuada) se genera una gran cantidad de horas esperando las órdenes:

Alrededor del 10 % de los profesionales mexicanos padece un síndrome laboral de "aburrimiento extremo" o "boreout" en el trabajo, una situación que suele estar asociada con el "desinterés y la infraexigencia por estar sobrecalificados". Esta situación remite a un síndrome investigado por los suizos Peter Werder y Philippe Rothlin que señala que "simular que uno trabaja cuando no se tiene nada que hacer genera más estrés que la sobrecarga laboral" y puede ocasionar "depresiones graves". En México la situación suele suceder en oficinas, donde el promedio de "horas muertas" para estos trabajadores desmotivados es de dos diarias, apunta el GMSI con base en datos proporcionados por sus clientes, que suman unos dos mil . Según la compañía, quien padece el síndrome con frecuencia "'contagia' a sus colegas de trabajo, quienes de manera inconsciente se suman paulatinamente a las manifestaciones de aburrimiento o desinterés".

Como en el virreynato de la Nueva España, siguen existiendo dos sociedades mexicanas. Una sociedad privilegiada que hoy en día vive en las sociedades del conocimiento, y otra, sumida en el siglo XVI. Como ejemplo, los gringos que puedan pagar una casa en la riviera maya tendrán acceso a los más modernos hospitales gringos gracias a internet de banda ancha. Mientras tanto, los mexicanos que barrerán esas casas, cocinarán y limpiarán albercas, seguirán viviendo con un sueldo miserable, sin acceso a un buen hospital, con una educación de pobre calidad. Aquellos que puedan usaran la fibra óptica para evitar mirar la miseria a su alrededor, es más ni siquiera tendrán que pensar que están en un país lleno de pobres:

El auge del turismo médico en el Caribe mexicano atrajo la inversión de Grupo Pegaso y Cisco Systems para desarrollar en Tulum un complejo de 30,000 viviendas conectadas a los mejores hospitales de la Unión Americana, para brindarles monitoreo médico a los llamados baby boomers que vacacionen en la Riviera Maya. El proyecto, ubicado en un área de 4,000 hectáreas enclavadas en la selva, nació a iniciativa del empresario Alejandro Burrillo Azcárraga, propietario de Grupo Pegaso. Manuel Gómez Ortigosa Bastarrachea, Chief Technical Officer de Grupo Pegaso, detalló que ya cuentan con un capital de 300 millones de dólares para iniciar la primera etapa del proyecto llamado tentativamente Tankah, y que ofrecerá residencias prolongadas con asistencia médica remota vía internet en un complejo de 3,000 viviendas inteligentes desarrolladas por la firma HKS y con tecnología de Cisco Systems. Refiere que la firma que representa posee en Tulum un anillo de fibra óptica de 100 gigabytes por segundo que permitirá conectar a esta comunidad con los principales hospitales de la Unión Americana, para que los pacientes puedan consultar a su médico en tiempo real.


Mientras la sociedad mexicana y sus gobiernos permitan que la educación sea de baja calidad, que los profesionistas no tengan puestos de trabajo bien pagados con prestaciones. Mientras las organizaciones civiles y la burocracia, las universidades y las empresas sigan ofreciendo salarios miserables, el desarrollo económico se producirá en otro lugar no en México.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es importante notar que, como suele suceder con los estudios de la OECD, es probable que el estudio hable solo de países miembros.

Paco Martínez dijo...

Estimado, anónimo:

Gracias por visitar a Educación Cafe. Una aclaración, desde hace un buen rato, México es miembro de la OCDE, por ello, hay mucha información sobre el tema. Es más, a los de la OCDE no les gusta que los indicadores de México sea tan mediocres, ya que baja los niveles del promedio de la OCDE. Por algo, están presionando a los gobiernos federales como pueden.

Saludos