sábado, diciembre 15, 2012

se realizará un censo de escuelas y maestros en México

Durante todo el siglo XX e inicio del siglo XXI el sistema escolar mexicano ha funcionado como una enorme caja negra, nadie sabe con certeza cuántas escuelas hay, cuántos maestros existen, en dónde se encuentran. Los gobiernos federales y estatales han manejado la información del sistema escolar como un secreto de Estado. ¿Por qué razón? No parece existir ninguna otra que el bajo nivel educativo de la burocracia evita que se realice lo que hace la burocracia crear y especialmente almacenar información.

¿Cómo se puede mejorar la calidad educativa si las autoridades federales y estatales tienen año con año que crear o inventar datos aproximados para tomar decisiones y organizar el presupuesto? ¿Cómo se puede realizar investigaciones de largo alcance si nada se sabe con certeza? ¿Cómo puede involucrarse la sociedad civil en la educación si los datos son "asunto clasificado"? Más que pensar en una teoría de la conspiración para explicar el fenómeno debemos aceptar las limitadas capacidades educativas y laborales de la burocracia mexicana. Apenas se llega a un acuerdo entre la SEP e INEGI para levantar un censo escolar:

El secretario de Educación Pública se reunió con el presidente del Consejo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática (INEGI), en cumplimiento del Sistema de Información y gestión Educativa, relativas al censo de escuelas, maestros y alumnos. A petición del titular de la SEP, se acordó conformar un grupo de trabajo conjunto entre SEP e INEGI que determinará las categorías y métodos que deberán sustentar dicho censo. La Secretaría de Educación Pública informó en un comunicado que iniciaron los trabajos para efectuar un censo de escuelas, maestros y alumnos.

Poco se puede aspirar a cambiar la realidad mexicana a una mejor si se sigue privilegiando la ignorancia. Si la propia SEP no tiene datos confiables, cómo puede cambiar algo si ni siquiera sabe nada de ese algo. Quizá la propia SEP tendría que aprender de su propia historia y recordar el impulso que dio el positivismo a la educación pública en México en el siglo XIX. Allá en el siglo XIX el maestro Isidro Castillo afimaba: "Los latinos, decían los reformadores, tenemos un espíritu soñador eminentemente místico, de donde resulta el absurdo de que en vez de disciplinar el entendimiento con métodos científicos severos se halaguen la fantasía y los sueños. Para cambiar necesitamos ser eminentemente prácticos, experimentalistas e investigadores. Es menester ser positivistas". 

Se puede observar que la propia SEP tiene solo 100 años de atraso..... ya no existe el positivismo. Pero el México sigue vigente el autoritarismo mágico.







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