martes, enero 03, 2012

el snte busca más felicidad en el sistema escolar mexicano

Con el año nuevo siempre surgen los buenos deseos, como hacer dieta, comer más sanamente, hacer ejecicio, ahorrar, terminar los estudios y ser más feliz. En ese mismo espíritu, el SNTE se queja de las evaluaciones nacionales e internacionales del sistema de educación básica, y lo que más le gustaría es alcanzar la felicidad. Quizá por motivo de la visita del Dalai Lama el interés por las emociones y la inteligencia emocional parece una buena moda:

El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, reconoció que en el sistema educativo prevalece una obsesión compulsiva por la estandarización, resultados de exámenes y objetivos de rendimiento, mientras se deja relegada la enseñanza y aprendizaje de habilidades esencialmente humanas, como las emociones, el afecto, la colaboración y la empatía. En el quinto Congreso Nacional de Educación se dictó por el especialista en vinculación de la ciencia y las técnicas contemplativas, Alan Wallace–, dijo: Este congreso no es sólo una reunión de amigos. Es para debatir e incorporar todas las posiciones que nos permitan seguir como el factor de cohesión social que necesita el país. Wallace, presidente del Institute para Estudios de la Conciencia, de Santa Bárbara, California, presentado como uno de los más reconocidos especialistas y promotores del equilibrio emocional, aseguró que una de las tareas esenciales de la educación es formar para alcanzar la verdadera felicidad. Afirmó que nadie ingresa al magisterio para ser millonario, tener prestigio, poder o reputación, porque si eso es lo que quieran entonces no eligieron bien la profesión, y aseguró que la ética y la educación no estaban basados en la acumulación de riqueza, poder o fama. Por ello, exhortó a los maestro a fomentar el "equilibrio emocional” de sus alumnos para fomentar la transformación de los seres humanos que los lleve a comprender que la acumulación de riqueza y poder no nos lleva a la verdadera felicidad.

Lo que no alcanza un gran nivel de felicidad es la promesa de computadoras para los docentes de educación básica:

De las 300 mil computadoras portátiles que desde 2010 la Secretaría de Educación Pública (SEP) y los gobiernos estatales entregarían al mismo número de docentes del país, hasta la fecha sólo han distribuido 157 mil 546, cifra equivalente a poco más de la mitad del total. Sin embargo, parece que la adquisición de los equipos fue una ganga, ya que las entidades aún cuentan con saldo en el banco, pese a que algunos ya concluyeron la entrega de laptops. En el sitio web de Apoyo de Tecnologías Educativas y de la Información para Maestros de Educación Básica se muestra que a casi dos años de que se anunció la entrega de estos equipos, solamente 16 entidades han publicado el avance de la distribución programada, lo cual suma un total de 157 mil 546 laptops entregadas a docentes del país. Mientras que Durango, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas no dan cuenta de este proceso, además de que sus saldos en el banco han aumentado.

Mientras el sindicato se preocupa por ser felices a través de conferencias, los datos son contundentes: la educación si es una puerta para la felicidad.... al avanzar el nivel de estudios es posible tener un mejor ingreso. La educación es todavía una vía para escapar de la pobreza:


A partir de que una persona termina la secundaria, cada año de estudios adicional aumenta en 10 por ciento los ingresos a los que podrá tener acceso más adelante, indica un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). En un análisis sobre el capital humano en México, el organismo puntualizó que quienes terminan la preparatoria obtienen en promedio un ingreso 34 por ciento más alto que quienes sólo terminaron la secundaria, mientras quienes finalizan la universidad o un posgrado tienen en promedio ingresos 132 por ciento mayores que quienes sólo terminaron la secundaria. Agrega que incluso niveles educativos incompletos generan mayores ingresos. Por ejemplo, cursar algunos años de preparatoria representa ingresos promedio más altos. En una trilogía de ensayos sobre el capital humano y su relación con la competitividad, el desarrollo y el bienestar de las naciones (mismos que forman parte del índice de competitividad internacional 2011, dado a conocer en octubre pasado) el organismo señaló que existe una clara relación entre la educación y las posibilidades de movilidad social en nuestro país. En todas las naciones hay diferencias entre clases sociales, pero lo que importa es la probabilidad de subir en la escala social. En México, la clase social de los padres es una predicción casi perfecta de la que tendrán sus hijos. Uno de los mecanismos más directos por el que los padres heredan a sus hijos su estatus social es el nivel educativo, señala. Explica que, en cada generación, las personas con más años de educación provienen de padres que también eran los de mejores estudios de su generación y aunque vaya avanzando la escolaridad promedio, se mantendrá la distancia entre los más y los menos educados. El estudio sostiene que si bien tener mejores carreteras, hospitales, leyes, más seguridad y servidores públicos más honestos facilita atraer inversionistas que establezcan operaciones en el país y se queden por más tiempo, dichas condiciones no son fuente de riqueza. No son la fuente del crecimiento, ni tampoco del bienestar. El capital humano no es uno más de los factores que ayudan a que los países puedan crecer: es la fuente esencial de la riqueza, indica.

Es necesario dar el justo valor a demandar una educación pública de buena calidad, la sociedad del siglo XXI depende de generar conocimiento para el desarrollo económico y el bienestar social. Debemos dejar atrás las ideas virryenales de que solamente un grupo mínimo de familias accedan a privilegios, mientras millones y millones de ciudadanos apenas escapan del hambre y carezcan de servicios sociales, de salud, educativos, de ocio.







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