miércoles, abril 06, 2011

el deterioro de las escuelas mexicanas y la absurda lucha de poder del gobierno federal y los gobiernos locales

México como país es un bebé que todavía no sabe cuidarse a sí mismo. Hace 200 años surgió con una idea romántica de ser un imperio, pero las ideas revolucionarias de Francia y los Estados Unidos de América, lo transformaron en una república. Como todo bebé, lo nuevo y lo novedoso siempre ha atraído el interés de los gobernantes y de los ciudadanos. Todo nos parece viejo si tiene 30 años de existencia, una tradición si ha sobrevivido 100 años, un mito si llegó a los 200 años. El atractivo de lo nuevo provoca que olvidemos la importancia del mantenimiento y el cuidado de nuestras ciudades, edificios e instituciones. Hoy las escuelas mexicanas creadas hace apenas 100 años o menos, se encuentran en un lamentable olvido. A nadie interesa cuidar un edificio construido a principios del siglo XX. A nadie le importa que los estudiantes mexicanos asistan a estas escuelas abandonadas, poco cuidadas y sin la belleza de la construcción de los siglos XVIII o XIX.

Dentro del sistema educativo mexicano, las escuelas del Distrito Federal son las más veteranas, y muchas de ellas se encuentran muy deterioradas. Los niños y las niñas tienen que pelear por una banca o silla que esté en buenas condiciones:

A las ocho de la mañana, en las escuelas públicas de Iztapalapa, los niños corren hacia sus salones. Alguien no informado de la situación pensaría que es porque tienen muchas ganas de llegar antes a clases, afirma el director Reynaldo Baltazar Díaz, pero no es así. Si los pequeños se apresuran es por una razón: ganar una silla o una mesa acorde con su talla o en buen estado. En esos planteles los escolares tienen mobiliario de finales de los años 70. Inservible en la mayoría de los casos, roto, astillado, con clavos salidos que hieren a los niños y parchado con retazos de madera, así está el mobiliario. Están tan desvencijados, que los mesabancos más nuevos son material de desecho en otras escuelas. Pero en estos planteles esos asientos y mesas son la única opción desde hace años, ante la carencia y el abandono en que los tiene la Secretaría de Educación Pública (SEP). La profesora María del Pilar Valencia Chávez llegó a la primaria José María Lafragua en 1977. La escuela, recuerda, tenía aulas prefabricadas y se trabajaba en la calle. En el perímetro todavía existía una laguna. Los profesores debían pedir permiso en las casas contiguas para entrar al baño. La comunidad peleó y levantó la escuela, pero todavía hay mesas y sillas de aquel entonces.

Para algunos esta situación es el reflejo del sistema económico mexicano que privilegia el adelgazamiento de la burocracia, aunque siempre se culpa al gobierno en turno, la realidad es que esta situación ocurre desde hace 40 años:

El mobiliario destrozado con el que trabajan los niños de escuelas públicas es un signo del desprecio con el que este gobierno trata a quienes envían a sus hijos a las escuelas públicas y del enorme aprecio que tiene hacia quienes mandan a sus niños a los planteles privados, consideró Manuel Gil Antón, experto en educación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) . Subrayó que mientras los paterfamilias de las escuelas públicas tienen que hacerse cargo del mantenimiento y llevarse a su casa las bancas para repararlas. El especialista destacó que este desastre no es por falta de recursos del Estado. Las autoridades tienen el dinero, pero lo canalizan al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por Elba Esther Gordillo, o a rubros injustificados de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Las familias de estas escuelas han insistido en que la SEP federal mejore el mobiliario. Ya que las escuelas del Distrito Federal son las únicas que siguen bajo la autoridad federal, el resto de las escuelas se han transferido a los poderes estatales:

En la escuela José María Lafragua, ubicada en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, los niños grandes de sexto de primaria utilizan sillas pequeñas, para los de primer año, mientras que otros usan mesabancos de hace tres décadas. Por esa razón, padres de familia, estudiantes y maestros bloquearonlos siete carriles del Eje 6, a la altura de Ermita Iztapalapa, ya que sus gestiones para pedir mobiliario digno, comenzadas hace cuatro años ante la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF), no han sido atendidas. Desesperados porque cerca de un centenar de escolares deben tomar clases en sillas y mesabancos no aptos para sus edades, los inconformes dijeron que la AFSEDF le echa la pelota a la delegación.

Las protestas llevan tanto tiempo que el asunto llegó a conocerse por el gobierno del Distrito Federal. Y a diferencia del gobierno federal, el gobierno local ha decidido ayudar a los estudiantes para tener un mejor mobiliario:

Después de varios años de espera para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) atendiera su demanda de dotar de mobiliario digno a la escuela José María Lafragua, ubicada en Iztapalapa, una comisión de integrantes de la comunidad escolar se entrevistó con el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien se comprometió a entregarles mesas y sillas nuevas. Y es que los niños grandes, los de sexto grado, utilizan sillas tan pequeñas que son para los de primer año, y otros tantos usan mesabancos que son de hace tres décadas.

¿Cómo respondió la SEP federal? Pues decidió repentinamente en atender la solicitud de las familias.... una solicitud por varios años ignorada. También se regañó al director de la escuela por permitir que el gobierno local se acercara a la escuela y que fuese capaz de aceptar el mobiliario:

Después de tres décadas de espera en la primaria José María Lafragua, en Iztapalapa, la Secretaría de Educación Pública (SEP) envió mobiliario nuevo, aunque parte ya está usado. Ello después de que el jefe del Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, se comprometió a entregar mesas y sillas al plantel. Debido a esto, el director Reynaldo Baltazar recibió un extrañamiento de la SEP. Además fue advertido por la dependencia de que no permita la entrada de Ebrard para dotar a los niños de asientos y mesas. Sin embargo, enfatizó Baltazar Díaz, la visita del alcalde de la ciudad no la decidieron los papás. La SEP, mediante la supervisora de la zona escolar 25, Kenya Cruz, les avisó que se les daría lo que pedían. Ante ello, paterfamilias indicaron que crearán un movimiento a nivel de escuelas de la región, pues consideran que la actitud de la SEP es deplorable. Aseguraron que se quedarán con el mobiliario del gobierno de la ciudad y el de la dependencia educativa no se usará, ya que puede ser utilizado en otros planteles que también lo requieren.

Ante la situación de abandono por parte de las autoridades federales, la Asamblea Legislativa del DF propone crear un fideicomiso para reparación de escuelas:

Frente al deterioro que enfrentan escuelas públicas la secretaria de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Aleida Alavez, propondrá que del fideicomiso que recientemente crearon los diputados locales para apoyar la educación de jóvenes, se destinen 150 millones de pesos para la reparación del mobiliario en aquellas escuelas de educación básica que lo requieren con carácter de urgente.

Finalmente, parece que la burocracia federal ha decidido hacer algo por los estudiantes de la ciudad de México y dotarán mobiliario para el próximo año. Como dijo un ciego, ya veremos:

Al reconocer que el mobiliario en las escuelas de la capital del país tiene una antigüedad promedio de 16 años, el titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF), Luis Ignacio Sánchez, afirmó que a más tardar para septiembre de este año se sustituirá el mobiliario total de cerca de 500 escuelas que se encuentran en las peores condiciones en la ciudad de México. Aseguró que ni él, ni el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, tienen ningún empacho en que acuda Marcelo Ebrard a entregar las sillas y mesas que prometió a una de las escuelas con mayor deterioro en Iztapalapa, siempre y cuando dicha visita se programe y coordine con la dependencia educativa federal.

Para evitar que el gobierno local realizara la entrega del mobiliario, intentaron el típico "madrugete" (uso y costumbre de las autoridades mexicanas que gustan de tapar el sol con un dedo) llevando mobiliario del gobierno federal:

Encabezados por la jefa de la región Juárez de la Dirección General de Servicios Educativos en Iztapalapa, Lourdes Medrano, inspectores y decenas de trabajadores se introdujeron a la primaria José María Lafragua para sacar el mobiliario inservible y colocar el que fue enviado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), con el propósito de adelantarse al Gobierno capitalino. Sin embargo, la comunidad escolar y, en particular, los padres lograron que se retiraran las autoridades.

Finalmente, los padres de familia se organizaron para recibir el mobiliario del gobierno local que los atendió en pocas semanas:

Padres de familia de la escuela primaria José María Lafragua, en Iztapalapa, montaron un dispositivo de seguridad en los dos ingresos al plantel para impedir el acceso de los representantes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal. Cerca de las 10 de la mañana personal de Servicios Educativos de la SEP hizo el primer intento por pasar, pero los padres bloquearon el acceso. Haber permitido el acceso al plantel a la jefa delegacional de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, le ocasionó en días pasados un extrañamiento al director del turno matutino, Reynaldo Baltazar Díaz. Esta vez la visita fue avalada por sus superiores: el jefe de Gobierno, acompañado del secretario de Educación local, Mario Delgado, y Brugada Molina entraron por la puerta principal y fueron abucheadas la directora general de Servicios Educativos de Iztapalapa, María Isaura Prieto, y Kenia Cruz, supervisora de zona.

Varios puntos para la reflexión:

1. En una república, los gobiernos locales tienen que se fortalecidos para responder con velocidad ante los problemas de sus ciudadanos.

2. En una república, el gobierno federal y los gobiernos estatales deben colaborar para mejorar la calidad de todos los ciudadanos.

3. En una república, debería ser de interés supremo ofrecer una educación de buena calidad.

4. En una república, las escuelas públicas pertenecen a sus ciudadanos, no a una autoridad (que es elegida por un periodo corto de tiempo y después se cambia), menos por una burocracia (que siempre responden a la ley del mínimo esfuerzo). Los únicos que permanecen por largo tiempo son los ciudadanos.

5. Mientras los gobiernos federales mexicanos se sigan imaginado como un poder aristocrático y virreinal seguiremos administrando la pobreza y continuaremos en el tercermundismo.




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