sábado, abril 09, 2011

la discriminación de las pruebas ENLACE

Uno de los problemas que existen en el sistema educativo mexicano consiste en que no entendemos lo que significa una educación bicultural y bilingüe. Desde hace 200 años en aras de una cruzada civilatoria, el sistema educativo ha impuesto un modelo único para todos los mexicanos, un modelo que responde a la idea medieval de usar una tabla para medir, y si alguno sobresalía se le cortaban los brazos y era más pequeño se le estiraban las piernas en el potro.

El modelo más reciente de normalización son las pruebas ENLACE que aplica la SEP de forma anual y universal. Como no sabemos qué significa la educación bicultural y bilingüe pues se aplica un solo tipo de prueba para todos. El asunto radica en que hay comunidades originales en este país. Y estas comunidades piden que las pruebas que se apliquen en México sean pertinentes a los contextos locales. Por ello, han levantado actas ante la Conapred por la impertinencia de la prueba ENLACE. En su resolución se acepta que existe discriminación indirecta, por lo tanto, no hay mucho que hacer:

Los 14 puntos que conforman la Resolución por Disposición dirigida por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) a la Secretaría de Educación Pública (SEP), en respuesta a la demanda interpuesta por la escuela primaria bilingüe El Porvenir, de la comunidad chiapaneca Nichteel, por discriminación lingüística en la aplicación de la prueba Enlace, no son más que un juego de simulación, consideró el investigador Gilberto López y Rivas. Señaló que en este juego de espejos, una instancia que provoca daños es juzgada por otra que, a su vez, también los ocasiona, en referencia al dictamen del Conapred que establece que la SEP incurrió en discriminación indirecta, matizando así la falta y segregando, al mismo tiempo, a los pueblos indígenas. Los académicos coincidieron en que lo óptimo hubiera sido suspender la aplicación de la prueba en las comunidades indígenas, cuyo contexto socioeconómico y cultural los pone en desventaja en relación con los niños de otras zonas al ser evaluados con ese instrumento “hegemónico, subordinante, discriminatorio y excluyen- te de la lengua y cultura de los pueblos originarios. El problema de fondo es que, en la práctica, las comunidades indígenas no gozan del derecho a una educación culturalmente pertinente, es decir, con currículos adaptados a su realidad.

La Secretaría de Educación Pública admite que la prueba ENLACE es discriminatoria, pero de manera indirecta, por lo que no causa daño moral ni psicológico entre los alumnos indígenas y por tanto seguirá aplicándose en estas escuelas. Hace más de un mes el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación entrego a la SEP un dictamen, donde se indica que esta evaluación discrimina indirectamente y por ello debe tomar acciones para corregir este hecho que impactan de manera adversa entre estudiantes indígenas, informaron miembros del Congreso Nacional de Educación indígena e intercultural. Sin embargo los resolutivos no reparan el daño moral ni sancionan a la dependencia, lo cual revela un juego de complicidad y que no hay justicia.


El problema real es que en 200 años ninguna institución pública o privada, ninguna organización gubernamental u organización civil, ha realizado tareas consistentes, permanentes y significativas para descubir qué es una educación bicultural y bilingüe. México al perseguir el espejismo de la modernidad instantánea simplemente ha organizado todo como una bonita curva normal, en donde la preferencia es el término medio, ni muy prieto ni muy blanco, más o menos. Ni muy inteligente ni muy bestia, más o menos. Ni obediente ni rebelde, más o menos. Ni muy grandote ni muy chaparro, más o menos. Ni indígena ni conquistador, más o menos. La mediocridad y la medianía ha sido el estándar que hemos decidido construir en este territorio.




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