domingo, noviembre 11, 2007

Los centros educativos como resguardo del bien común y la democracia

Los centros educativos deberían considerarse como baluartes del bien común y de la democracia, aspectos que trascienden la transmisión del conocimiento:

Ante el reto de enfrentar un proceso de globalización inequitativo que profundiza problemas comunes como pobreza, migración y subdesarrollo, la educación superior pública debe velar por la búsqueda del beneficio común y el bienestar colectivo, aseguró Yamilet González Arreola, presidenta del Consejo Superior Universitario Centroamericano (Csuca). En entrevista agregó que las instituciones públicas de educación superior deben contribuir a la búsqueda de soluciones a problemas que afectan a las poblaciones más vulnerables, porque “si no son las universidades quienes llamen a combatir problemas tan graves como la pobreza, la inequidad de género y la marginación, entonces quién lo haría”.

El asesor del Programa Interamericano de la Organización de Estados Americanos Bradley A. U. Levinson, consideró indispensable que la educación pública establezca lazos con la sociedad civil, de manera corresponsable, para contribuir a formar identidades y valores democráticos duraderos. El especialista destacó la necesidad de aprovechar a la escuela como institución del Estado y esfera pública para promover una educación democrática. Con ello, dijo, se podrán contrarrestar los valores antidemocráticos e incluso antisociales, por lo que calificó como imprescindible la colaboración de las esferas gubernamentales y sociales en la formación de valores democráticos.

Los datos en México muestan la fragilidad de nuestra democracia:

Una encuesta sobre capital social levantada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que involucró a más de 2 mil 800 hogares urbanos de México, reveló que 60 por ciento de los pobladores está dispuesto a violar la ley cuando piensa que tiene la razón. El especialista Rodolfo de la Torre, encargado de organizar la encuesta, explicó que aun cuando 84 por ciento de los mexicanos consideró que vale la pena respetar la ley, las estadísticas cambian de manera radical cuando se les preguntó “si están dispuestos a violar la ley si creen que tienen la razón”.

Solamente 19 por ciento de los mexicanos declaran confiar en la mayoría de quienes los rodean, según la Encuesta de Capital Social en el Medio Urbano 2006, que también reporta que cuando las personas se llegan a organizar lo hacen predominantemente para atender problemas en servicios públicos como luz, agua, basura, baches y seguridad.

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