sábado, enero 15, 2011

telesecundarias mexicanas o la desilusión en la tecnología del siglo XX


Una de las mayores desilusiones tecnológicas han sido las telesecundarias mexicanas. Con el auge de las cadenas de la televisión, se pensó que se podía abatir el rezago educativo de una manera económica utilizando la televisión como mecanismo para "entregar" conocimiento en lugares alejados e inaccesibles. Los resultados obtenidos hasta hoy son muy malos; los estudiantes no aprenden gran cosa. Quizá hay varios factores que impidieron que esta tecnología funcionara: 1) la obsoleta idea de que enseñar consiste en entregar información y datos; 2) olvidar que los estudiantes conocen muy bien la televisión como mecanismo de entretenimiento y como tal no requiere de poner atención a los contenidos; 3) el fenómeno de que mirar televisión provoca que el cerebro humano entre al estado alfa, estado distinto a un cerebro despierto y atento; 4) pensar que no es necesario tener un maestro que supervise y de seguimiento al aprendizaje. La falta de buenos resultados ha relegado al sistema de telesecundarias al olvido:


Este año, las telesecundarias tendrán que apretarse el cinturón, debido a que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2011 les asignó menos de la mitad de los recursos que les otorgaron en 2010. El Programa para el Fortalecimiento del Servicio de la Educación Telesecundaria recibió el año pasado 394 millones 658 mil 979 pesos, mientras que para este 2011 los recursos asignados bajaron a 149 millones 884 mil 733 pesos, equivalente a 163 por ciento menos comparado con los recursos de este año. Pese a que en la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) ocho de cada diez alumnos de telesecundaria mostraron tener conocimientos insuficientes y elementales en matemáticas y español, el Congreso de la Unión determinó quitarle 244 millones 774 mil 246 pesos para el ejercicio fiscal de este año. Este programa está destinado a mejorar las condiciones pedagógicas de estudiantes que viven en comunidades rurales y que por tanto son más vulnerables a desertar, por lo que del apoyo financiero depende mucho que estos adolescentes no abandonen la escuela.

Actualmente, las nuevas tecnologías de la información y comunicación prometen mejorar la calidad educativa. Pero para que funcionen se tiene que dejar de lado las ideas del siglo XX sobre las escuelas y sus maneras de enseñar. El aprendizaje tiene poca relación con absorver contenidos sin sentido ni significado complejo, depende de la actividad del aprendiz y es necesario contar con mecanismos de retroalimentación, acompañamiento, supervisión y comunicación.

Para conocer una experiencia sobre trabajar en una telesecundaria te invito a leer aquí



1 comentario:

Anónimo dijo...

Un tema muy intersante y algo controvertido, si la educación no consiste unicamente en la entrega de información. Que diferencia hay con un libro?
Deben las bibliotecas desaparecer ya que solo estan para distribuir información?
También esta esto de la educación constructivista, donde precisamente quiere evitar el problema de entrega de información (método conductivista). Sino enfocarse en el razonamiento y analisis como tal. Osea aprender a aprender-razonar-analizar.