sábado, enero 08, 2011

hueva musical y talento desperdiciado


Desde hace 200 años se sueña con tener un México distinto... poderoso, educado, relevante en el mundo... desde hace 200 años solo soñamos...

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría, advirtió que en México hay un rezago en la competitividad, una débil distribución del ingreso y altas tasas de desempleo. Aseguró que hay la posibilidad de tener otro México, con un mejor sistema educativo, menor desigualdad y un buen sistema de justicia. “Otro México es posible, un México mejor educado, con competencia en todos los sectores, con menor desigualdad en ingresos y mejores oportunidades”.

Para dejar de soñar, deberíamos dejar atrás la imagen del mexicano sentado sin hacer nada tapado bajo un sombrero. Si bien este estereotipo es falso... si refleja el poco interés de nuestra cultura de hacer las cosas bien y dedicar esfuerzos a mejorar de forma continua. Tenemos la idea de que es más inteligente quien es capaz de engañar para trabajar menos o obtener una ganancia mayor u lograr una ventaja:

Ningún país congrega en la actualidad tantos y tan talentosos compositores como México. Sin embargo, existe un inexplicable lastre que impide desarrollar sus capacidades: la flojera. Así lo sostiene Juan José Bárcena, quien en octubre pasado se convirtió en el primer músico nacional en obtener el Premio Iberoamericano Rodolfo Halffter de Composición, convocado por la asociación civil Instrumenta. He tenido oportunidad de viajar por Europa y en ningún país he visto tanto talento congregado en la composición musical como en México. Ni en Alemania ni Italia hay algo similar; sin embargo, existe un gran problema con el mexicano: la flojera, explica.
He visto muchos chavos con enorme talento y desbordada capacidad de imaginación, pero adolecen de una inexplicable pereza para desarrollar y ejercer sus capacidades.”

Hay dos mitos modernos que impiden que nuestra cultura aproveche su talento natural: 1) ganar la lotería; 2) ser presidente de la federación o al menos ser un pariente cercano. Solo con ellos podemos ser felices.


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