martes, julio 12, 2011

de inundaciones y de ciencia mexicana

Desde la edificación de la ciudad de México, allá por siglo XVI, ha sufrido de regulares inundaciones; una de las consecuencias de estar situada en una cuenca hidrológica. Ni la ciencia del siglo XVI, ni la ciencia del siglo XVIII, tampoco la del siglo XIX y menos la del siglo XX ha logrado evitar que de manera anual se inunden enormes porciones urbanas. Esta situación ha permitido a los políticos de aquel entonces y de ahora, prometer y prometer que ahora si, se resolverán. Las inundaciónes, por aguas negras, de miles de viviendas en los municipios de Ixtapaluca y Valle de Chalco son tragedias recurrentes amenazan a decenas miles de personas, pese a las multimillonarias obras emprendidas para contenerlas.

El país sigue atrapado en el siglo XIX, pues poca ciencia y tecnología llega al campo mexicano:

Del total de la la superficie agrícola del país, 90 por ciento carece de tecnología, lo cual impide a los campesinos alcanzar niveles máximos de productividad; además, la adquisición de instrumentos y maquinaria que para los países desarrollados es obsoleta, ha llevado al país a la dependencia alimentaria, asentó Carlos Sandoval Miranda, director general del Centro de Estudios, Investigación e Innovación Tecnológica de la Valuación para América Latina (Ceiitval. México es uno de los países latinoamericanos con mayor adquisición de maquinaria y tecnología considerada obsoleta en naciones industrializadas y además durante 50 años no ha incrementado su inversión para el desarrollo tecnológico, sigue aportando 0.4 por ciento del PIB a ese rubro.

Sin embargo, será la ciencia y tecnología mexicana la única que resolverá los problemas del territorio mexicano. La estrategia de importar el conocimiento y la tecnología ha provocado un país con algunos políticos millonarios y millones de pobres. El asunto de comprar la tecnología resulta tan caro que los gobiernos federal y estatales o las industrian simplemente siguen sin reutilizar las aguas residuales:

Iván Salgado, alumno del doctorado en Ingeniería de la Energía, del Centro de Investigación en Energía de la UNAM, ha dedicado los últimos años a diseñar, construir y poner en marcha una planta solar piloto para el tratamiento fotocatalítico de líquido residual. En México el procesamiento de líquidos residuales es escaso, ya que sólo 30 por ciento de las aguas municipales contaminadas reciben algún tipo de tratamiento, y de la generada por la industria, la de mayor nivel de suciedad, sólo se trata 15 por ciento.

El interés de los científicos mexicanos es resolver los problemas de la manera más simple y barata:

El académico de la UNAM Nicolás Pacheco Guerrero creó un instrumento que permite perfeccionar el diseño de prótesis dentales de alta precisión, bajo costo, dimensiones pequeñas y de fácil uso. Esta herramienta, fabricada con mano de obra 100 por ciento mexicana, se denomina tangenciómetro y no sólo es útil en el área de implantes y cirugía, sino de ortodoncia. El universitario mencionó que del total de protesistas, “un máximo del cinco por ciento usa este instrumento, también llamado analizador, paralelómetro o tripodizador comercial, es decir, la mayoría hace los trabajos a ‘ojo’, sin mediciones, por lo que los implantes no se ajustan a los pacientes, quienes se quejan porque sus puentes y demás prótesis no les quedan o les lastiman”. Argumentó que la razón de que los profesionales y técnicos no cuenten con un instrumento de este tipo es que en el país no se fabrican, ni existe tecnología en el área; todo proviene de empresas extranjeras y a precios muy altos.

Hay avances para tratar el cáncer:

La preleucemia o síndrome mielodisplásico, el cáncer de cuello uterino y el linfoma cutáneo pueden ser tratados mediante una combinación de drogas que por años han sido usadas para tratar hipertensión arterial y epilepsia. Este desarrollo fue realizado por el grupo de Alfonso Dueñas, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, que demostró que la combinación de la hidralazina y el valproato de magnesio es efectiva contra esos padecimientos. El fármaco recibe el nombre de Transkrip, y a través de él se puede proporcionar a los enfermos algunos meses más de supervivencia con respecto a las terapias tradicionales en cáncer cervicouterino, además de que se ha observado importantes efectos terapéuticos para contrarrestar el síndrome mielodisplásico y el linfoma cutáneo.

El problema es que arrastramos desde hace 200 años, no invertimos en ciencia ni tecnología, no se forman los suficientes científicos ni ingenieros, ni se les ofrecen buenos sueldos ni oportunidades para trabajar:

CECYPE es una empresa 100% mexicana especializada en investigación clínica y biomédica, cuyo trabajo ha obtenido reconocimiento internacional. Esta empresa, originaria de Michoacán, recientemente recibió el premio Nacional de Ciencia y Tecnología. Es una de las organizaciones en México que participa en la evaluación de medicamentos genéricos del gobierno federal, además es uno de los pocos sitios privados en los que se lleva a cabo investigación clínica bajo estándares internacionales para nuevas aplicaciones de medicamentos. CECYPE (Clínica de Enfermedades Crónicas y de Procedimientos Especiales) se fundó en 1995. La empresa que cuenta entre sus clientes a Bayer, Sanofi-Aventis, Pfizer y Liomont. Pese a sus logros y reconocimientos Jorge Herrera Rodríguez, director general de CECYPE, señaló que entre los desafíos a enfrentar está “el convencer a muchos de que un modelo de investigación clínica de clase mundial puede ser llevado a cabo en México”. Herrera señaló la falta de talento suficiente, “la formación, atracción y retención de personal ha sido probablemente el reto más complejo; por ello hemos establecido un proceso de formación académica de alumnos de posgrado a fin de cumplir con nuestras expectativas de involucramiento en nuevos campos de la investigación, impactando directamente en la creación de nuevas fuentes de empleo altamente calificado”.

Mientras no se invierta en la formación de científicos e ingenieros, ni en la investigación ni desarrollo de la tecnología, prefiriendo gastar sumas enormes en propaganda política, seguiremos atados a la pobreza, la violencia y el desencanto social. Así de simple.