jueves, marzo 14, 2013

¿La evaluación permitirá el despido de los docentes en educación básica menos calificados? ¿Solo será nueva burocracia?

Desde hace varias décadas el sistema escolar mexicano vive en estado permanente de reforma. Sin lograr éxitos interesantes. Seguimos como uno de los países con estudiantes que no comprenden lo que leen (lo que disminuye su capacidad para responder exámenes escritos). Sin embargo, estas reformas no han cambiado la idea de considerar las plazas de docentes de la educación básica como vitalicias. Una vez que se ingresa al sistema, haiga sido como haiga sido, el docente tendrá plaza vitalicia, con un sindicato que defenderá esa plaza a esa persona, no importando si es un delincuente o simplemente una persona que no desea hacer bien su trabajo. Una de las grandes reformas en el sistema escolar es: conservar y valorar a los docentes profesionales e interesados en cada uno de sus alumnos, y dejar de pagar de manera vitalicia a personas que nada tienen que ver con la educación. Pero, hasta el momento todo sigue igual:

Los maestros que sigan presentando un bajo desempeño deben ser despedidos, pues hasta 70 por ciento de las 220 mil escuelas en el país sufren de una escasez de docentes calificados. Esto es uno de los asuntos pendientes en el sistema educativo mexicano que dejó el gobierno federal anterior, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Qué se plantea para mejorar el sistema escolar: que los maestros recién titulados que no alcancen la puntuación mínima por segunda o tercera vez en el concurso de plazas no sean elegibles para un puesto permanente; dotar a los directores de capacidad para tomar decisiones en sus escuelas como contratar o despedir mentores; abrir todas las plazas a concurso; establecer un examen de selección nacional para el ingreso a las normales y aumentar la exigencia para el acceso a estas escuelas.

El sistema de evaluación de México se ha dedicado a hacer radiografías del muerto. Año con año, saca bonitas radiografías que muestran que el sistema escolar está bien muerto. Pero, hasta allí llega. No hay acciones de cambio, ni propuestas para revivir el sistema:

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuestionó el enfoque con el que el gobierno federal ha implementado la evaluación en el sistema de enseñanza nacional, pues lejos de ser una herramienta para la mejora del aprendizaje se convirtió en un instrumento de medición y rendición de cuentas y sostuvo que el logro educativo en México sigue entre los más bajos de los países miembros, pues sólo 35 por ciento del grupo entre 25 y 64 años de edad terminó el bachillerato en 2009, en contraste con 73 por ciento del promedio del organismo. Esto es, nuestro país está 38 puntos atrás. Los estudiantes mexicanos de 15 años se desempeñan por debajo de aquellos pertenecientes a los demás países de la OCDE en las áreas evaluadas: lectura, matemáticas y ciencias y la elevada proporción de alumnos que desertan demasiado pronto con bajas calificaciones continúa siendo un problema importante. En el informe Revisión de la evaluación y estado de la educación en México destacan sugerencias como las de alejarse de la política que vincula la entrega de incentivos económicos a partir de la aplicación de las pruebas Enlace o PISA; crear un órgano independiente para regular la profesión docente; elaborar un plan estratégico de la evaluación que dé coherencia a los objetivos, ampliar la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) para que asuma el liderazgo de esta tarea. El informe advierte que en el sistema educativo mexicano aún se tiene una limitada comprensión de los propósitos de la evaluación en educación y su alcance potencial. En México, la evaluación todavía se percibe principalmente como un instrumento de rendición de cuentas para supervisar el cumplimiento de las normas y como instrumento de medición.

Las observaciones de la OCDE son verificadas por los expertos mexicanos. Sin embargo, no se percibe que propongan posibles soluciones, solo ratifican los hechos. Parece que todo proceso de cambio lo tiene que realizar los gobiernos federales....  como si no existiera la sociedad mexicana:

La evaluación del sistema educativo en México se aplicó de forma improvisada y carente de todo orden, afirmaron especialistas del tema, quienes consideraron que el informe dado a conocer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la evaluación y el estado de la educación en México es una crítica acertada de una serie de medidas que no han dado resultado. Lucía Rivera, profesora investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, estimó que los resultados presentados por el organismo multinacional son la crónica de un fracaso anunciado. Agregó que no es sorpresivo que se reconozca que el sistema de evaluación en México fracasó, más aún, faltó decir que sigue el gasto inútil de la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace), que no está consiguiendo lo que se supone que busca. Los investigadores coincidieron en que es necesario que el próximo gobierno federal sea sensible a las recomendaciones presentadas en el informe.

Las críticas siguen a la evaluación de las competencias de los docentes. No parece que exista claridad en para qué se evaluará a los docentes y si los resultados de la evaluación tendrá efectos directos:

Especialistas en educación advirtieron que la evaluación universal –que tuvo un costo de 30 millones de pesos, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP)– es inútil para el objetivo que fue creada, esto es, para detectar las áreas del conocimiento en las que los maestros no están bien formados y, en función de ello, darles capacitación. El ex subsecretario de Educación Básica y Normal Olac Fuentes Molinar, destacó que mientras existe un movimiento internacional en torno a la necesidad de revisar los efectos que ha traído consigo la política evaluativa en los sistemas de enseñanza, en nuestro país se sigue aplicando a pie juntillas. Y lo mismo pasa con la acción de introducir a lo loco computadoras en las aulas, puesto que la investigación educativa ha evidenciado efectos muy poco positivos. Destacó que evaluar el desempeño profesional a partir de un examen de opción múltiple como la evaluación universal, es partir de un error y deuna simplificación absurda. La evaluación universal es una prueba extraordinariamente inútil para detectar conocimientos y competencias fundamentales.

Todo parece indicar que hay un proceso que trata de evaluar las competencias profesionales de los docentes. Sin embargo, ni las autoridades educativas ni los expertos o especialistas mexicanos saben cómo elaborar una estrategia que pueda dar solución al problema. Mientras el gobierno federal intenta y los expertos se quejan, los estudiantes mexicanos con gran esfuerzo apenas pueden leer, escribir y resolver algún problema aritmético. Hay confusión en el sistema escolar mexicano desde hace 100 años, no se puede desprender de la simbiosis poder político y creación de la revolución mexicana. Aunque ya hace tiempo que la revolución mexicana es solo un capítulo histórico en los gobiernos federales y partidos políticos. No nos hemos dado cuenta que se acabó el siglo XX y el mundo sigue su marcha....










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