lunes, marzo 18, 2013

la importancia de la lengua en la economía global

Los eventos ocurridos en el siglo XX crean el contexto para el siglo XXI. Las cruentas guerras mundiales y la carrera armamentista mostraron claramente que el domino global ya no puede lograrse a través de las guerras. El resultado es catastrófico para las sociedades humanas y con la posibilidad de exterminar toda vida humana. Este cambio, permite a los EU a convertirse en el referente global, no por sus armas sino por crear los anhelos y deseos de las sociedades contemporáneas:

Spike Lee descubrió que Estados Unidos se convirtió en la potencia por excelencia, gracias a la manera en que influye en la toma de decisiones cotidianas de la gente común y corriente, y no por su poderío armamentista. “Estados Unidos no es la potencia mundial porque tengamos armas nucleares, sino porque exporta su cultura: Hollywood, Apple, Coca-Cola, el rock and roll, el R&B… así dominamos al mundo, con la música que baila la gente, la ropa que trae puesta. Cuando se influencia cómo actúan las personas, eso da poder”, enfatizó Lee. El cineasta busca “exhortar a despertar, hay que dejar de dormir, de soñar despierto (para) ser consciente de (lo que pasa) alrededor. No (hay que) creer en todo lo que se ve, cuestionar, ser un pensador, si tienen un cerebro hay que usarlo y ser crítico". Está en contra de los clichés: “Creciendo en Estados Unidos como afroamericano, no teníamos la mejor representación de nosotros ni en las películas ni en la televisión, así que cuando filmo una película presentó a personajes más realistas”.

La sociedad mexicana no comprende el siglo XXI, sigue atascada en ideas virreynales. No comprende la importancia de la cultura y el conocimiento para el siglo XXI. Después de 200 años de vida independiente nos hemos convertido en país en donde el castellano es una de las lenguas más importantes y quizá sea una de las que no desaparezca en el siglo XXI. Sin embargo, no estudiamos esta lengua, no hacemos investigación, no nos interesa enseñarla al resto del mundo. Seguimos pensando el castellano como una lengua impuesta y no como una lengua materna, no como un vehículo para pensar, para crear la realidad. Seguimos en el patio trasero de España:

Crear conciencia sobre el hecho de que el español y su enseñanza en México es un capital fundamental para el desarrollo del país  y que México tiene un gran potencial pues no sólo tiene el mayor número de hispanohablantes sino que tiene como vecino a Estados Unidos. Aldo Pineda, especialista en turismo idiomático, y por Martha Jurado, investigadora del español como lengua extranjera desean impulsar el turismo ideomático. “Queremos comenzar a atraer los reflectores hacia este sector, poniendo de manifiesto el potencial enorme que tiene y en segundo lugar crear las sinergias, sabemos que existen muchas cosas dispersas, todos esos sectores, todas esas iniciativas que se tienen que aglutinar para impulsar el turismo idiomático”, dice Martha Jurado. La profesora del CEPE, que ha tenido a su cargo la coordinación de español y ha diseñado algunos proyectos de enseñanza reconoce que en México no ha habido una política lingüística. “¿Por qué no se ha hecho?, quizás no se han conjuntado los factores necesarios para hacerlo, los factores de índole cultural, económicos de muchos tipos”.

Mientras en México parece balbucear el castellano y está confundido como un adolescente que no se había percatado de su desarrollo, en España la enseñanza del castellano representa el 16% de su PIB:

En España es común que el Estado hable de turismo idiomático, que reporte que la lengua de Miguel de Cervantes Saavedra y de Octavio Paz representa 16% del valor económico de su Producto Interno Bruto; que asegure que “el principal activo del país es su lengua” y que haya reportes, como uno de 2007, según el cual el sector turístico que arribó a ese país para estudiar español implicó un ingreso de 462 millones y medio de euros para su economía. Luis María Anson, miembro de la Real Academia de la Lengua Española, señaló hace unos meses que “los hispanohablantes superan ya la cifra de 450 millones. Su capacidad de compra se eleva al 9% del PIB mundial. Cerca de 4 millones de personas viven del español en España. El idioma se ha convertido en uno de los principales generadores de empleo. En Brasil, el español es lengua de enseñanza obligatoria”. El Instituto Cervantes presentó el Anuario 2012 titulado El español en el mundo en el que asegura que 495 millones de personas tienen el español como propio. El informe concluye que el castellano es el segundo idioma más usado en Twitter detrás del inglés, y tercero más utilizado en Internet por debajo del inglés y el chino; en la red de redes ha crecido 807.5% en la última década. Y aunque ese debería ser también el camino de México, no lo es; en este país que tiene el mayor número de hispanohablantes, no existe una política de Estado que haga del idioma español un activo económico. Nada se logró. El actual director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), Jaime Labastida, ha promovido la creación de Institutos Alfonso Reyes en varios países con la finalidad de “difundir y promover en el mundo el español de México, incrementar su influencia y aumentar sus oportunidades comerciales, turísticas y culturales” pero no se ha avanzado. Labastida asegura que a México le ha faltado una política de Estado y no hay interés de hacerlo a pesar de que la enseñanza del español aquí tiene un potencial que impactaría en EU, Brasil, Canadá y el propio país.

El lenguaje es la herramienta humana para construir la realidad, para representar la realidad y para encontrar sentido a la realidad. Resulta incongruente que México no haya desarrollado ni el interés ni la capacidad para analizar y comprender el castellano. Que no se interese por la enseñanza de esta lengua incluso cuando durante 200 años los gobiernos federales y la sociedad mexicana ha impuesto a millones de pueblos indígenas a aprender el castellano. No tenemos metodologías para enseñar a los niños y niñas de nuestros pueblos originarios el castellano como segunda lengua. No tenemos metodologías para enseñar el castellano al resto del mundo. Simplemente navegamos como una nación de vencidos, sin asumir nuestra capacidad de adaptación, aprendizaje y creatividad.



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