martes, septiembre 14, 2010

otros olvidados del bicentenario: personas con discapacidad


El territorio mexicano y sus gobiernos han sido creados pensando en adultos sin enfermedades ni discapacidades. Tan es así que las personas que tienen alguna discapacidad, la mayoría, permanece guardadas en sus casas o en instituciones totales. A nadie parece interesarles ni parece importarles. Otra amplio grupo de personas que son invisibles en la miope sociedad mexicana:

En el número 164 de la calle Xicoténcatl, colonia Del Carmen, Coyoacán, hubo alguna vez un Centro de Atención Múltiple donde los niños y niñas con discapacidad hacían rondas y hasta cantaban en francés, según cuenta Lilian Verine Peters, una ciudadana francesa que dejaba todos sus quehaceres para escuchar con embelezo las melodías entonadas por alumnos con síndrome de Down, parálisis cerebral, debilidad visual y de lento aprendizaje. El Centro de Atención Múltiple (CAM 27) dejó de funcionar porque la Secretaría de Educación Pública (SEP), que rentaba la casa 164 de la calle Xicoténcatl, un inmueble de casi 700 metros, no sólo se atrasaba en sus pagos de 15 pesos mensuales, sino además, porque perdió el litigio con el propietario. Con un par de camionetas Hummer que Elba Esther Gordillo hubiera subastado, los más de 30 alumnos con discapacidad habrían conservado su colegio a nivel primaria, donde recibían talleres y valiosas clases que les ayudan a integrarse a la sociedad. Aquí, cuatro lecciones de vida, cuatro relatos de habitantes de un universo diferente al nuestro, cuatro seres que se esfuerzan por llevar una vida normal, cuatro historias de estudiantes que formaban parte del CAM 27.

Héctor salió de prisión sin familia, sin recursos económicos ni trabajo, y se ha capacitado para su inserción laboral. Dentro de prisión, fue capacitado tanto por el grupo Painalli como por Arte en las Sombras para ser promotor de derechos humanos en hortalizas urbanas, así como para ser ebanista. Arte en las Sombras A.C. es un colectivo formado por profesionales de la educación y el arte que se unieron con la misión de desarrollar estrategias de inclusión y desarrollo para las personas con discapacidad visual. En el Reclusorio Oriente, 20% de los internos vive con discapacidad y, según Héctor, no tienen atención especial; por el contrario: “Debíamos pagar cuotas extras (por tener una discapacidad) para que no nos formaran al final de la cola para recibir alimentos o asearnos”. Según estadísticas proporcionadas por Painalli, 90% de los internos carece de educación básica; y ellos, con su proyecto, han logrado reunir a 40 internos, quienes a través de un material didáctico se han acercado a la ciencia. Actualmente, un grupo de internos se encuentra realizando la obra teatral de ciencia ficción La última acción; y se han trasmitido videoconferencias en vivo o grabadas con el objetivo de motivar a los internos para que aprendan ciencia. Painalli, cuyo significado en náhuatl es mensajero, ha procurado que cada uno de sus integrantes se comprometa a difundir el conocimiento sin importar lugar o condición social. El proyecto surgió a partir de la materia Temas selectos de la Física, cuya objetivo es promover y sensibilizar a los alumnos en el desarrollo y diseño de materiales que sirvan para una promoción de la ciencia en la sociedad. Hoy, Héctor ya es un hombre independiente, que vive en un pequeño departamento y que camina sin ayuda. Él considera que para un ciego no hay mejor método para superarse que andar en las calles de las gran ciudad de México y en el Metro, absolutamente solo.

Tan poco importan a la sociedad mexicana que en las celebraciones del bicentenario, las autoridades no recomiendan la asistencia de menores ni de ancianos y, de llevarlos, es necesario que porten sus datos personales a fin de poder identificarlos rápidamente en caso de extravíos. Imagínese un evento histórico y son los niños, los ancianos y las personas con discapacidades quienes no tienen manera alguna de participar.



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