viernes, noviembre 11, 2011

importación de conocimiento un mal virreynal en México



La sociedad mexicana no ha podido sacudirse la preferencia por importar el conocimiento que requiere para mejorar el bienestar y desarrollo económico. No hemos podido dejar la imagen de ser un territorio que vende materias primas baratas y comprar tecnología cara. Todo el desarrollo tecnológico depende de iniciativas personales:

Aunque las autoridades presumen que el impulso a la ciencia y tecnología se debe en gran medida al desarrollo de capital humano dentro las instituciones educativas, la realidad es otra. Existe una desvinculación entre los programas académicos y el desarrollo del talento e innovaciones. Alejandro Urias Camacho tiene 18 años y estudia en la preparatoria Guasave Diurna de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Él desarrolló una prótesis de brazo articulada, que se controla con los pies, usando motores provenientes de videograbadoras, computadoras e impresoras obsoletas. Reconoció que la institución no cuenta con un programa académico que le permita desarrollar este tipo de tecnologías. “Es una preparatoria normal; no hay una clase especial (…) Todo lo aprendí yo solo. Es algo que se me da”. Unicom es un proyecto desarrollado por exalumnos de la Universidad de Occidente (Sinaloa) enfocado a mejorar la comunicación entre la comunidad universitaria y tiene el potencial de crear redes entre diversas instituciones de educación superior. Funciona mediante el envío de mensajes escritos a celulares y una plataforma basada en un ambiente 100% web. El sistema creado por cuatro estudiantes de Sistemas Computacionales inició hace cuatro años a raíz de una clase de Emprendimiento y Negocios. Sin recibir el apoyo de la institución, continuaron con el desarrollo hasta el penúltimo trimestre de la carrera, cuando la profesora investigadora Virginia López decidió apostarle al proyecto que aún sigue en prototipo. “Se realizaron todos los estudios de factibilidad, de aceptación, dentro de la escuela, pero se necesitaría mayor apoyo institucional para poder implementarlo”, reconoció Fidel Morales Pérez, uno de los estudiantes desarrolladores. Discursos memorizados mecánicamente por niños menores de entre 10 y 18 años (incluso hablan de sistemas hidráulicos, sin saber qué significa el término) abundan en la muestra de los proyectos de educación básica, media superior y superior.

¿Puede un país aspirar a tener un buen desarrollo humano y económico cuando importa el 96% del conocimiento que necesita? 

El presidente de la Academia de Ciencias, Arturo Menchaca Rocha, señaló que ante la poca inversión en las últimas tres décadas en materia de ciencia y tecnología, “México tuvo que comprar el 96 por ciento del conocimiento que se utiliza en el país y sólo pudo vender el cuatro por ciento restante”. Sostiene que nuestra nación con sus 112 millones de habitantes es el país número 11 en ese rubro y el 14 lugar mundial por su economía; sin embargo, la inversión pública en ciencia y tecnología (IPCYT), como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), se ha mantenido estancada durante tres décadas en el 0.35 por ciento. Estas cifras, añade, colocan al país por debajo de la media entre las naciones latinoamericanos y del Caribe (0.6%) —en particular de Brasil (1%), Chile (0.7%) y Argentina (0.5%)—, así como entre los últimos lugares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Uno de los efectos más simples de este problema es la salud, dependemos de medicamentos caros que no pueden ser comprados por la mayoría de los mexicanos, se gasta más en medicamentos que países como Inglaterra:

México toma el camino largo en la ruta de poner al alcance de la población medicamentos a precio accesible. Las autoridades podrían ayudar a que los mexicanos paguen en promedio 65% menos por lo que compran en la farmacia, como hacen otros países, mediante esquemas de afiliación universal a los sistemas de atención social del Estado y su poder de negociación con laboratorios y distribuidoras farmacéuticas para bajar precios al público. Además de dedicar menos dinero a la salud que otros países, México se rezaga en la aplicación de medidas que faciliten el acceso a los fármacos en momentos en que la población entra en un proceso de envejecimiento que aumenta los costos de la atención médica tanto para el erario como para los mexicanos en lo individual por la incidencia de enfermedades crónicas. En consecuencia, los mexicanos son entre los países de la OCDE los que más gastan de su bolsillo para comprar medicinas, con 47.8% respecto del gasto total en salud (el promedio en la organización es de 19.5%), lo que constituye un negocio atractivo para laboratorios y distribuidoras valorado en alrededor de 130 mil millones de pesos. La Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, las áreas de salud de las fuerzas armadas y Pemex negocian por separado, mientras que en el caso del Seguro Popular, cada entidad federativa hace sus propias compras y contrata la distribución, sin rendir informes sobre los términos de los contratos como el precio al que compran y a quién. Negocian precios caros Un caso insólito es el de Pemex, que adquiere únicamente productos de patente a precios altos, aún en los casos de fármacos que ya tienen una versión genéricos intercambiables (GI). Intereses sectoriales y una política de salud orientada al mercado elevan el gasto en medicamentos del gobierno y deja a la población no afiliada a las instituciones públicas (y a la que a pesar de serlo no confía en el servicio de éstas) sin alternativas frente a los altos precios de los medicamentos de patente. Como resultado, México tiene un mercado privado de medicamentos inusualmente alto, que representa de 70% a 80% del mercado farmacéutico total —valuado según la consultora internacional IMS Health en 178 mil millones de pesos—, sobre todo si se le compara con países como España y Alemania, en que representa 25% del total o con Inglaterra donde el paciente no paga por medicinas.

A pesar de los esfuerzos para solucionar problemas mexicanos con alternativas más pertienentes y baratas:

Investigadores del Tecnológico de Monterrey desarrollan una bomba de infusión que suministraría insulina al cuerpo de pacientes con diabetes de manera automática y personalizada. La institución señaló que se estima que 170 millones de personas en el mundo padecen diabetes, una enfermedad que se origina cuando el páncreas deja de producir insulina y glucagón, dos hormonas que controlan los niveles de glucosa en la sangre. Refirió que una de las partes más importantes del páncreas artificial es sin duda la bomba de infusión, ya que ésta permitirá administrar la insulina de manera continua, precisa y automática, sin intervención del paciente o de un médico. Esta parte de la investigación es desarrollada por Rubén Rodrigo López, integrante de la Maestría en Ciencias con Especialidad en Ingeniería Electrónica (MSE) , en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) . Por su parte, el profesor adscrito a la Cátedra de Investigación en BioMEMs, Sergio Camacho, afirmó que la intención de la cátedra es mejorar la calidad de vida de las personas, por medio de la tecnología. Comentó que una de las tendencias de la salud tecnológica es que la píldora es un concepto que gradualmente estará en desuso, debido al desarrollo de los bioMEMs.

Y 200 años después seguimos rentando el territorio mexicano a empresas que si han desarrollado tecnología:

La imposición del megaproyecto eólico del Istmo de Tehuantepec, desarrollado principalmente por empresas españolas, ha traído como consecuencia el despojo de más de 12 mil hectáreas propiedad de comunidades indígenas, así como cambio de uso de tierras de cultivo y gran cantidad de conflictos sociales, afirmó el coordinador de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), Carlos Beas Torres. Propiamente, ha sido una nueva conquista. El dirigente expuso que las compañías ibéricas, con respaldo del gobierno federal y del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz (2004-2010), así como de caciques y autoridades municipales de extracción priísta, han amenazado y presionado a cientos de campesinos y indígenas para arrendar sus tierras hasta por 30 años a cambio de pagos irrisorios, sin consulta alguna y sin brindar información adecuada. Los inconformes, añadió, han sido hostigados, perseguidos, y algunos encarcelados y amenazados, sin que autoridad alguna haya intervenido.

Por su parte la Anuies... como los maderos de San Juan:

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) refrendó su compromiso de continuar atendiendo su responsabilidad con la sociedad, porque hoy más que nunca se impone la urgencia de impulsar y apoyar la educación superior para incrementar el conocimiento y promover la movilidad social de los ciudadanos. Rafael López Castañares, secretario general ejecutivo de la asociación, en compañía de una treintena de rectores de universidades y directores de instituciones de educación superior, entregaron los estados financieros 2010 de esas instancias a la presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, Esthela Damián Peralta, y al presidente de la Comisión de Educación, José Trinidad Padilla. El objetivo de transparentar el manejo de los recursos públicos en esas casas de estudio se circunscribe a la urgencia de incrementar el presupuesto que el Ejecutivo contempla entregarles para su funcionamiento y operación. Se requieren 9 mil 500 millones de pesos para subsidiarlas y contribuir a la resolución de su graves problemas financieros.

Nuestra ignorancia nos sigue atando a la pobreza e inequidad. Para cambiar esta situación se requiere conocimiento.


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