domingo, noviembre 06, 2011

el circo como actividad educativa

Hace 11 años surgió la Machincuepa que  forma parte del programa Cirque du Monde Programa de Acción Social de Cirque du Soleil. Desde su fundación, Machincuepa se ha concentrado en contribuir con innovadoras y atractivas formas de intervenir con adolescentes y jóvenes en situación de riesgo en la Ciudad de México:

Luis Eduardo, que vive en una ciudad perdida de la Ciudad de México, y Guy Laliberté, artista canadiense, dueño y creador del Cirque du Soleil, son iguales en lo esencial. Ambos han aprendido a apropiarse de su cuerpo a través de las artes circenses y con ello a hacerse dueños de su vida y su destino, a ambos los une el programa social Cirque du Monde. La representación mexicana de este programa es Machincuepa Circo Social. A beneficio de esta organización mexicana, Cirque du Soleil realizará dos funciones (las del 8 y 9 de noviembre) con su nuevo espectáculo, Ovo. La organización mexicana cuenta con 11 años de existencia y durante ese tiempo se han cosechado ya resultados. En los últimos seis años Machincuepa ha trabajado en la comunidad Ampliación Águilas de Tarango, ubicada al sur de la delegación Álvaro Obregón, específicamente en la parte baja de la barranca, conocida como la Ciudad Perdida. Angélica Sánchez, directora de programas de esta organización, explica que “los niños (de entre 9 y 18 años) que vienen pertenecen a familias disfuncionales, en un 80 por ciento de ellas hay ausencia del papá, la mayoría de las mamás son empleadas domésticas. Su contexto comunitario presenta problemáticas muy fuertes, como alto índice de adicción, narcomenudeo, violencia extrema y los espacios recreativos y educativos son nulos, tienen que salir de la comunidad para ir a la escuela”. En la más reciente evaluación de resultados, Machincuepa encontró que se ha disminuido el consumo de drogas, la deserción escolar y la violencia hacia las mujeres. Antes, los jóvenes no terminaban la secundaria, ahora, algunos de los ex integrantes de Machincuepa son estudiantes de odontología, filosofía, educadoras, estudiantes de artes plásticas.

Quizá lo que necesita el país es más circo y menos armas, más payasos y menos legisladores, más artistas y menos candidatos que prometen que ahora si compondrán las cosas. La violencia no se terminará con discursos y la pobreza no desaparecerá con promesas. Lo que se requiere es crear un nuevo sentido y significado pensando en los niños, las niñas y los jóvenes mexicanos.


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