jueves, diciembre 22, 2011

de baches, ciudades no sustentables, e ignorancia

En los últimos 100 años la vida en el territorio mexicano se ha transformado, pasó de ser un país agrícola a uno urbano. Uno de los efectos más notorios es el aumento de la violencia, el crecimiento de las franjas de pobreza, y la falta de previsión de los estados para desarrollar a sus ciudades, esta falta de previsión se observa en el gasto en el transporte y las millones de horas perdidas en el traslado del hogar al trabajo:

 La Oganización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que tanto la pobreza como la violencia adquieren en México un perfil cada vez más urbano, por lo cual exhortó a las autoridades a realizar intervenciones efectivas para lograr que el avance en estas localidades se traduzca en desarrollo humano. El análisis Estado de la ciudades de México 2011, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), señala que 72 por ciento de los habitantes del país residen en centros poblados y añadió que 45 por ciento de la población urbana se encuentra en pobreza por lo cual el teatro de actuación es la ciudad mucho más que otros lugares. En el documento se establece que las cifras de delincuencia en las urbes se dividen en real, oculta y oficial y precisa que desde el año 2000 la violencia urbana en el país se ha concentrado a un ritmo sumamente acelerado en las ciudades de la frontera norte, principalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua y Tijuana, Baja California. En cuanto a la pobreza urbana el estudio detalla que la mayor cantidad de población en pobreza patrimonial se encuentra en las ciudades, pues en 2010 existían 32.1 millones de residentes de poblaciones urbanas en esa condición y añade que es en la periferia de las ciudades donde hay mayor concentración de la pobreza urbana. Allí –manifiesta– sus habitantes llegan a gastar hasta 50 por ciento de sus ingresos en transporte debido al crecimiento desmedido de las manchas urbanas, las cuales en las dos décadas recientes aumentaron cuatro veces más que la cantidad de población que habita en ellas, lo cual ha derivado en que las distancias sean mayores.

Las ciudades mexicanas han crecido de manera desordenada y simplemente son poco ecológicas por falta de planeación y tecnología:

 Las irregularidades en la Villa Panamericana utilizada por al menos 6 mil atletas durante los pasados Juegos Panamericanos, sumaron el vertido de aguas residuales a cielo abierto, luego que las dos plantas tratadoras construidas fueron insuficientes. El ayuntamiento de Zapopan –donde se asientan los edificios– reveló que en plena competencia deportiva, las plantas de tratamiento se colapsaron y los constructores hicieron siete lagunas a cielo abierto para descargar las aguas residuales que fueron a parar al área natural protegida del bosque de La Primavera. La indignación obligó a que la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente anunciara una investigación. El alcalde de Zapopan, el priísta Héctor Vielma, condicionó el uso de la villa para albergar a los atletas de los próximos Juegos Parapanamericanos, a que se resuelva la descarga de aguas o de lo contrario el complejo sería clausurado. Advirtió que además de las multas, el ayuntamiento presentaría denuncias penales por el daño ecológico.

En nuestras ciudades existe un problema crónico: los baches. Se piensa usar a facebook para detectar los baches y ubicarlos.


Uno de los problemas al que se enfrentan los conductores en México es esa plaga en el concreto que afecta sus vehículos y algunas veces pone en riesgo sus vidas: los molestos baches. Ante tal situación, a manos de la sociedad civil, A Mi Sociedad, nace el proyecto “Sinbaches.com”. Se trata de una aplicación que busca apoyar a la ciudadanía al denunciar los defectos en el encarpetado de las vialidades de la República Mexicana. El objetivo de este sistema que se encuentra en su fase de prueba es que las personas capten una imagen del bache y la suban a Facebook y por medio del geoposicionamiento con el que cuentan las fotografías, Sinbaches.com se encargará de localizar el lugar aproximado del desperfecto para así canalizarlo a las autoridades respectivas.

Los baches de las ciudades mexicanas son producto de usar tecnologías obsoletas y no invertir en investigación sobre el tema:

Si las señales que envía el pavimento fueran atendidas, no sería necesario reparar cerca de 200 mil baches cada temporada de lluvias en la Zona Metropolitana del Valle de México, advirtió Rafael Herrera Nájera, investigador de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, quien aseguró que si el proceso de construcción y mantenimiento de un pavimento asfáltico es el adecuado, los baches podrían reducirse en cantidad o, incluso, eliminarse por completo. En su conferencia Una opinión tecnológica de los baches, dictada en el marco del Año Internacional de la Química, dio a conocer que el laboratorio a su cargo desarrolla asfaltos modificados con polímeros para producir una mezcla con características semejantes a las del asfalto, pero con una mayor resistencia mecánica, tanto a altas como a bajas temperaturas. Herrera Nájera estimó que este tipo de asfaltos modificados podrían utilizarse en lugares donde el clima es extremadamente caliente, como algunas ciudades del norte del país, para mejorar su desempeño y, por lo tanto, la formación de baches. El investigador de la FQ observó que las calles de la Ciudad de México en su mayoría están cubiertas por pavimento flexible, el cual se compone de seis capas de materiales, de las cuales las últimas tres involucran al asfalto. Entre las capas más superficiales se encuentra la carpeta asfáltica, conformada por pequeñas piedras bañadas en asfalto y luego compactadas. Cada una de las piedritas que constituye la carpeta, apuntó, está bañada con asfalto. Al transitar los vehículos y generarse esfuerzos, éste permite que las fuerzas se difundan muy bien en el pavimento. Si se tratara de asfalto modificado se difundirían aún mejor, opinó el ingeniero químico.

La ignorancia resulta cara.... sin embargo, los gobiernos y la sociedad civil en México no se interesan mucho por la ciencia y la investigación. Se prefiere gastar en comerciales de aspirantes a puestos públicos, en traer a emisarios internacionales que atacan a la ciencia y la tecnología.





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