viernes, diciembre 09, 2011

los malos lectores mexicanos y los peores lectores son los políticos

Bueno.... la calidad educativa de México es bastante malita. Por más esfuerzos para mejorarla no ha ocurrido ningún milagro. Y la escuela tampoco genera ningún interés de los mexicanos para leer. Somos un país de alfabetos que no leen ni en defensa propia:

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura, la población mayor de 12 años lee en promedio 2.9 libros por habitante al año, mientras en España esa cifra alcanza 7.7, en Portugal 8.5 y en Alemania 12, lo que ubica al país entre los estándares de lectura más bajos del mundo. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) reveló en su Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales 2010, que sólo 27 por ciento de la población leyó un libro el año pasado y que menos de 25 por ciento asistió a una biblioteca, cifra que se incrementa a 29 puntos en España y 33 en Francia. A esto se suma que en el país sólo 35 por ciento de la población tiene más de 10 libros en casa y 19.7 por ciento adquirió un ejemplar en el último año, pues se estima que cuatro de cada 10 mexicanos nunca han visitado una librería. Si bien se estima que menos de tres de cada 10 mexicanos leyó un libro completo en 2010, de quienes lograron concluir la lectura de al menos uno sólo 13 por ciento no estuvo relacionado con sus actividades académicas o laborales, aunque 58 por ciento de quienes leyeron al menos una obra afirmaron que su principal motivación para leer fue el interés sobre el tema, 11 por el título y ocho por ciento porque se lo recomendó un familiar.

Uno de los problemas más recurrentes es el interés de los políticos de parecer más cultos de lo que el propio sistema educativo produce. Tratan de impresionar sea escribiendo libros, sea como lectores. En días recientes uno de los candidatos a competir por a la presidencia de México presentó un libro que supuestamente escribió.... pero no pudo mencionar ningún libro que le haya parecido importante en su vida. La noticia se propagó por todo el mundo:

La dificultad que tuvo Enrique Peña Nieto para contestar una pregunta casi indispensable para un protagonista de la Feria Internacional del Libro cobró factura al ex gobernador. La pifia del precandidato priista fue tema de críticas ayer en medios internacionales y en la red social Twitter. El periódico español "El País" publicó el reportaje titulado "El candidato presidencial que no es capaz de citar tres libros que le han marcado". En él señala que "Peña Nieto, político del PRI favorito para las próximas elecciones mexicanas, protagonizó la anécdota del día" en esa feria internacional, pues "pasó fatigas para recordar títulos o autores". "Definitivamente la Biblia es uno de ellos", contestó Peña Nieto a la pregunta de la prensa, según detalló el rotativo. "No la leí toda", agregó. Peña Nieto atribuyó a Enrique Krauze la autoría de "La silla del Águila", de Carlos Fuentes, y dijo que sí ha revisado "ese de caudillos" de Krauze ("Siglo de caudillos", de Tusquets). Enseguida habló de una trilogía de Jeffrey Archer y uno de Enrique Serna sobre el dictador Antonio López de Santa Anna. "El País" abunda que al hablar sobre el libro que ahora lee, llamado "La inoportuna muerte del presidente", Peña Nieto tuvo que pedir a su equipo que le recordara el nombre del autor, "pues dijo que cuando se pone a leer se olvida de autores o títulos". El periódico también detalla: "En la primera fila, su asesor Luis Videgaray, le hacía señas con los dedos sobre la boca, como quien simula una tijera, para que el precandidato cortara ya su respuesta".

Sus palabras que aparecieron escritas en todos los medios y dejó evidencia de que forma parte de los millones de mexicanos que no terminan de leer un libro que comienzan:

El candidato por el PRI ofreció la conferencia magistral denominada "Por un acuerdo nacional para impulsar el desarrollo", y habló de su libro 'México, la gran esperanza", ante un abarrotado auditorio. Al ser cuestionado sobre los libros que lo habían marcado, el priísta no pudo responder de manera precisa a los periodistas, El mexiquense dudo por algunos momentos y no pudo recordar con claridad los títulos, e incluso, confundió obras y autores, dijo que Enrique Krauze era el autor de La silla del Águila, obra de Carlos Fuentes. Afirmó haber revisado “ese de caudillos” de Krauze (Siglo de Caudillos), así como “uno que habla de las mentiras” de ese libro del historiador. “Mira, realmente no podría señalar un libro que haya marcado mi vida”, contestó. Refirió que últimamente ha enfocado su lectura al título: La inoportuna muerte del presidente, aunque una vez más tuvo que recurrir a su staff para que le recordara el nombre del autor, pues dijo que cuando se pone a leer se olvida de autores o títulos. La única afirmación que pudo hacer de manera concreta fue acerca de la Biblia, aunque aclaró: “no la he leído toda”.

Otro político, ahora secretario de Educación también confunde a García Márquez con Vargas Llosa:

El Secretario de Educación del DF y precandidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal durante una entrevista confundió a Gabriel García Márquez por Mario Vargas Llosa. Al ser cuestionado sobre los tres libros que han marcado su vida, respondió “Yo creo que los libros te van nutriendo y te van enriqueciendo, pero pocos te llegan a marcar. A mí me marcó mucho el de ‘Cien Años de Soledad’. A mi marcó mucho ese libro. Descubrí el hambre de la lectura. Lo descubrí en la adolescencia. Descubrí el boom latinoamericano, el realismo mágico, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende", dijo convencido. “Pero, ¿quién es el autor?”, le preguntó López Dóriga. “Vargas Llosa”, respondió el funcionario. Los dos rieron. "Es que me pones nervioso. Todo mundo se pone nervioso con esto. Gabriel García Márquez”, rectificó Delgado.

Mientras tanto, algunos expertos en educación proponen que la calidad es un término poco útil... y se debería de desaparecer:

Expertos en educación advirtieron que la burocracia del sector ha utilizado el membrete de la calidad más en términos restrictivos que constructivos. El ex subsecretario de Educación Básica y Normal Olac Fuentes Molinar expresó que dicha calidad es como los fantasmas de pueblo: todos hablan de ellos, pero nadie los ha visto.  En el marco del foro académico organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie) en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey, los especialistas expresaron su preocupación sobre el uso que se ha dado al concepto de calidad por la autoridad en la materia. El presidente del Comie, Hugo Casanova, enfatizó que la calidad de la enseñanza devino en una especie de fetiche que ha servido mucho más para reducir el financiamiento a la educación. En el Estado neoliberal que redujo el gasto en términos sociales y, particularmente, en el rubro educativo, los criterios de calidad y evaluación se utilizan hoy como causa y fundamento para imponer la política de la burocracia.

Total que los mexicanos son malos lectores. No encontramos sentido y significado en el aprendizaje autónomo. En enamorarse de la lectura como un proceso de desarrollo personal y a lo largo de la vida. Y es una enorme pena que sigamos la simulación tratando de parecer más cultos de lo que nuestro sistema educativo ofrece.... no hay que buscarle tres pies al gato, ni grandes lecturas a los políticos.



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