martes, octubre 12, 2010

los que regresan del otro laredo

La dinámica de la migración está cambiando debido a los efectos de la crisis financiera y los cambios en las legislaciones de los Estados Unidos:

En Estados Unidos, 79% de los 5.1 millones de menores de edad que son hijos de indocumentados nacieron en ese país, por lo que son ciudadanos estadounidenses, destaca el informe del Pew Hispanic Center (PHC), que busca aportar elementos estadísticos al debate que se ha abierto en esa nación sobre reformar la enmienda constitucional que concede la ciudadanía a los nacidos en territorio estadounidense. El documento elaborado con base en datos de la Oficina del Censo 2009, revela que “en total 4 millones de niños nacidos en el país tienen padres inmigrantes no autorizados, junto a 1.1 millones de niños nacidos en el extranjero de padres indocumentados”. El reporte denominado Inmigrantes Indocumentados y sus hijos nacidos en Estados Unidos indica además que 340 mil niños nacidos en esa nación en 2009 son hijos de padres indocumentados.

Son los niños quienes les afecta el regreso a México, territorio que expulsó a sus padres en primera instancia. El sistema educativo mexicano no está preparado para recibirlos:

La pequeña Grecia habla el idioma español “pocho” a sus escasos 10 años de edad. Apenas hace una semana llegó a vivir a un ejido llamado La Sangre, en el municipio de Santa Ana, ubicado al norte del estado fronterizo de Sonora. Ahí su mamá ha buscado reintegrarla a la escuela, pero no ha tenido éxito debido a que regresó cuando ya había comenzado el ciclo escolar. Ahora las vueltas implican viajar hasta la capital del estado, Hermosillo, para tramitar una “boleta mexicana” en el Consulado americano. La mamá de la niña comenta que el cambio de residencia fue de última hora, aunque el problema venía de tiempo atrás, cuando a su marido le redujeron las horas en la empresa donde trabajaba en Tucson, Arizona, y a ella, a raíz de la SB1070, le quitaron el trabajo. En el estado de Arizona la familia estaba pagando una casa, en la cual se les iba 60% de su sueldo. Los intereses de la vivienda —que estaba conformada de tres habitaciones, una sala, estancia y patio amplio—, con la crisis financiera repuntaron, y los abonos llegaron a alcanzar hasta los mil dólares mensuales. La comunidad rural donde vive ahora la familia es totalmente humilde: calles sin pavimentar, no hay parques, sólo una plaza a medio derribar en el centro del pueblo, y apenas hay una escuela y una telesecundaria. “A mis hijos no les gusta, ellos se quieren regresar, pero ¿qué podemos hacer? Luego la niña no habla muy bien español, hay palabras que de plano no las conoce, y a esto súmale el calor (que puede alcanzar hasta los 45 grados en verano), imagínate”, menciona la señora en tono de preocupación.

Juanito tiene documentos estadounidenses para permanecer en Arizona porque nació ahí hace nueve años, pero sus papás son indocumentados. Además, no tienen trabajo. Este año, la familia regresó a México dejando allá una casa que comenzaba a pagar. El niño y sus hermanas tuvieron que ingresar a una primaria en la ciudad fronteriza de Nogales, en el estado de Sonora. Ahora él tiene que aprender a escribir español, y olvidarse de sus amigos: un grupo de niños hispanos nacidos en EU. El motivo: la aplicación de la SB1070. Su madre contó al director de la escuela donde ahora asiste su hijo que el patrón de su esposo le advirtió que una vez entrando en vigor totalmente esta medida tendría que despedirlo. Además, ella y su esposo tenían el temor de ser detenidos y que sus hijos se quedaran desamparados sin saber a quién acudir. Por eso, mejor regresaron hace más de dos meses. Al igual que esta familia, más mexicanos que tenían varios años en el país vecino se vieron en la necesidad de regresar. Esto provocó que el ingreso de estudiantes provenientes de Estados Unidos aumentara en los planteles educativos de los estados de la frontera.

La cifra de niños que tienen que regresar sin sus padres aumenta año con año:

Los números son alarmantes. La cantidad de niños repatriados a México, quienes en su mayoría son deportados sin sus padres, se ha incrementado a más de 40 mil al año. De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Población (Conapo), entre 2007 y 2009 hubo 106 mil menores repatriados desde Estados Unidos, lo cual da un promedio de 35 mil anuales, pero esa cantidad en realidad es más cercana a los 40 mil, según estudios del investigador Antonio Meza Estrada, quien ha analizado el fenómeno sobre todo en Oaxaca. El problema ha tendido a incrementarse. Los reportes del Conapo indican que la mayoría de los niños regresa sin sus padres, y muchos son recibidos por sus abuelos o empiezan a buscar otros familiares en varias entidades del país, lo cual les genera altibajos económicos y deserción escolar.

Es importante analizar lo que ocurre con los cambios estructurales causados por la crisis financiera que azota a nuestro socio comercial del norte.



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