viernes, abril 20, 2012

sube la venta de libros... los mexicanos lectores, no

La lectura y la escritura en castellano sigue siendo un problema en México desde el siglo XVI. Hace 200 años se proclamó la independencia de España y se adoptó como lengua nacional el castellano. Desde hace 100 años el país tiene mayor población que la de España y actualmente hay 100 millones de personas que tienen como lengua materna el castellano.... a pesar de ello, por alguna complicada razón, los mexicanos no nos interesamos en el desarrollo y comprensión del castellano. En pleno siglo XXI una periodista del equipo de uno de los candidatos a la presidencia, escribe con errores gramaticales y ortográficos.... problemas que siguen siendo grandes problemas del sistema escolar mexicano:

La candidata panista a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota, removió a la periodista Karla Garduño del área de Comunicación Social de su campaña. A través de un breve boletín emitido anoche, la abanderada del Partido Acción Nacional (PAN) precisó que esa decisión se debió a un error cometido en la presentación de la agenda de trabajo de la campaña en el estado de Tlaxcala, estado al cual se refería el citado comunicado como “Tlazcala”. El tema fue ampliamente difundido desde anoche mismo en las redes sociales, al grado que el tema se convirtió rápidamente en trending topic, bajo los tags “Tlazcala” y “Karla Garduño”.

En años recientes la industria del libro infantil ha aumentado; más editoriales se interesan por este mercado y se publican más libros. Pero, no se venden más libros y los mexicanos leen pocos:

Desde hace por lo menos tres décadas, a la par del desarrollo de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij), en México se comenzó a generar una dinámica de transformación del mercado editorial destinado a esos sectores de la población: de un tiempo en el que eran unos cuantos los sellos dedicados a dicho público, en la edición del año pasado participaron alrededor de 300 casas editoriales. El libro infantil ya representa el 15 por ciento de la producción total de libros en México, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, que en total reportó alrededor de 129 millones de ejemplares producidos durante 2010, con más de 25 mil títulos. Sin embargo, ello no ha redundado en la mejora en la cifra del promedio de libros leídos en México, se sigue aceptando el de 2.9, aun cuando también se han incrementados los esfuerzos de promoción de la lectura, ya sea desde instancias gubernamentales como desde organismos de la sociedad civil. Miriam Martínez, quien fuera subgerente de Obras para Niños y Jóvenes en el Fondo de Cultura Económica, reconoce que si bien la venta sí ha sido sustancial en los últimos años, en especial con fenómenos como el de Harry Potter, no ha logrado asociarse al desarrollo de lectores. “No creo que el crecimiento del mercado esté ligado al desarrollo de los niños como lectores, porque además hay muchos libros para niños que son consumidos por adultos”. Desde la perspectiva de la escritora Silvia Molina, resulta fundamental detenerse a analizar por qué no logramos hacer que México sea un país de lectores, “quizá falta una coordinación general a todos los esfuerzos, porque son importantes pero un poco sueltos, que pudieran reactivar todas las salas de lectura, las bibliotecas de aula… Todos sabemos que han tenido vicios y se ha tratado de atacarlos”.

El sistema escolar mexicano genera lectores, pero lectores de esparcimiento para evitar el aburrimiento, las historietas y en especial las revistas de chismes son empresas millonarias. Se lee para evitar bostezar no para el desarrollo del propio conocimiento o la búsqueda de la sabiduría:

En México se lee, y mucho, nada más que no libros de literatura, historia o ciencia, ni revistas culturales ni de divulgación científica…, sino historietas y revistas del corazón o de chismes, sobre todo. Es decir, la lectura que practica a diario la gran mayoría de la población mexicana no exige una comprensión crítica y de este modo se queda en un nivel literal. Con base en esta realidad nada halagüeña, Aline de la Macorra, profesora, investigadora y escritora independiente invitada por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM a colaborar con él, diseñó el diplomado Estrategias de lectura a partir del libro álbum, el cual tiene como objetivo iniciar a niños y adolescentes en una lectura crítica, de comprensión, mediante libros con ilustraciones e imágenes, como los que envía el Programa Nacional de Lectura a las bibliotecas de aula y que en muchísimas ocasiones no son vistos ni leídos y quedan arrumbados en una oficina. “Hay innumerables formas de leer, y no nada más libros. De hecho, leemos durante todo el día: la marca de la caja del cereal mientras desayunamos, los subtítulos de una película, los mensajes que recibimos en nuestro celular, lo que nos escriben nuestros conocidos en las redes sociales... El problema es que no se están leyendo tantos libros en el país como sería recomendable, por lo cual no se dispone de una lectura crítica. Con demasiada frecuencia se decodifica un texto, más no se comprende, no se analiza”, dice De la Macorra.

Uno de los problemas, quizá, es el interés utilitario de la venta del libro. Por 200 años los editores se han preocupado por la venta y no necesariamente por el interés en desarrollar un amor por la lectura. Y existen afirmaciones poco sustentadas.... después de 200 años de alfabetismo no funcional de los mexicanos:

En México, prevalece la idea de que el libro es un objeto oneroso y que ésa es una razón por la que no se lee en este país de cerca de 112 millones de habitantes. Esa casi certeza, que podría refrendarse con los datos de la única Encuesta Nacional de Lectura, realizada en 2005, que habla de que los mexicanos leen 2.9 libros al año, tiene algo de verdad y mucho de pretexto. Aunque la realidad demuestra que buena parte de la población sobrevive con un salario mínimo y que para ese sector es imposible comprar un libro como también es imposible que adquiera muchas otras cosas, lo cierto es que el problema no es que los libros sean caros sino que no hay un verdadero valor de la nobleza e importancia cultural que tienen. Si bien es verdad que los libros en México son más caros que en Estados Unidos, Inglaterra e incluso España, pues al hacer tirajes más cortos, de apenas 2 mil o 3 mil ejemplares, el costo de producción se encarece y es más alto su precio de salida al público, hay mucho de mito en la sentencia de que la gente no lee porque los libros son muy caros. Para el escritor y especialista en la lectura Juan Domingo Argüelles hablar bien del libro por su nobleza e importancia cultural y, al mismo tiempo, conspirar contra la lectura con el pretexto de que leer es muy caro, son dos acciones que, desde un punto de vista racional, dejan perplejos. Señala que es cierto que el costo de los textos es excesivo para quienes sólo obtienen el salario mínimo, pero que partir de este argumento no deja de ser demagógico y evade el problema fundamental. Roberto Banchik Rothschild, director general de Random House Mondadori (RHM) afirma que para bien o para mal, en México, el libro de texto gratuito que se distribuye en las escuelas le ha hecho cierto daño a la percepción del valor de los libros y que el gobierno desde hace muchos años ha acostumbrado a los ciudadanos a que se les regalan y que el contenido de un libro es un valor cultural que debe ser de acceso libre a todo el mundo.“Esta percepción de que los libros son gratis o deben ser muy baratos, es muy mexicana, no la he visto en otros países; entonces cuando pasa esto de decir que un libro es caro o barato es ya casi una discusión de sordos porque en principio la gente piensa que el libro debe ser regalado”, señala Banchik.

Y para no cambiar los usos y costumbres se lanza una nueva campaña de fomento a la lectura. Por los requisitos parece que el candidato priísta se tendrá que abstener de participar, ya que se tiene que responder a preguntas sobre autores y libros (huy que miedo, parece más fácil gobernar un país de ignorantes que acercarse a la literatura):

En el marco del Día Mundial del Libro,l Fondo de Cultura Económica (FCE) realizará la tercera edición del rally “Cómo leer en bicicleta”, que en esta ocasión está limitado a 50 parejas. Los interesados deberán registrarse ese mismo día, a partir de las 10:00 horas, en el Centro Cultural Bella Época, ubicado en Tamaulipas 202, Colonia Condesa, en esta capital. Cada integrante deberá ser mayor de edad y contar con bicicleta y casco en buen estado. Además tendrán que responder preguntas sobre autores, libros y librerías del FCE. Como parte del certamen deberán recorrer en bicicleta un circuito que contempla puntos de las colonias Condesa y Roma. El equipo ganador recibirá como premio una bicicleta y un paquete de libros, mientras que los segundo y tercer lugares serán premiados con sendos paquetes de libros. Los detalles de este evento que pretende insertar la lectura y los libros en el entorno cotidiano podrán seguirse en tiempo real a través de la cuenta de “twitter” @FCEMexico.

Una saga más inteligente sobre el poder y las intrigas políticas es la Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin. Esta saga es mucho más interesante que los mitos que siguen regurgitando los candidatos al poder ejecutivo federal de México. Se han publicado recientemente las novelas Juego de Tronos y Choque de Reyes, mejor lee y no te dejes avasallar por los informerciales de los candidatos; hacen las mismas promesas que las de hace 200 años.






1 comentario:

Anónimo dijo...

que tal, entre a tu blog por casualidad, y deberás me pareció interesante. estaré al pendiente