jueves, agosto 19, 2010

de regreso al terror en la escuela


Algo no funciona muy bien en las escuelas, desde su invención, hace 200 años, no han logrado resolver el problema fundamental: cómo ser instituciones dedicadas al aprendizaje. Siguen trabajando con la idea de ser instituciones totales; más interesadas en el control social que en el aprendizaje. Por ello, como si se recreara el reino del terror en la Francia revolucionaria, los niños y los profesores pasan las peores horas del día en la escuela:

Cada día cientos de niños sufren el terror de levantarse para ir a la escuela por el miedo que le tienen a su maestro. “Eso se denota. Los papás que padecen este hecho nos comentan que a sus hijos les sudan las manos, lloran en la mañana y evitan ir a la escuela”, afirmó la doctora Dalia Becerra Alcántara, médico adscrita al Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro. “La mayoría de las agresiones son emocionales. Insultos, clasificarlos, etiquetarlos. ‘De este lado se sientan los niños listos, de este lado los niños tontos’. Colocarlos hacia atrás, colocarlos frente al salón. No permitirles ir al baño cuando lo piden y algunas veces los niños tienen incontinencia dentro del salón. ‘Eres burro. ¿Qué vienes a hacer a la escuela? Ya no vengas más’”. La psiquiatra en el último año atendió al menos a 400 menores que sufren la agresión de sus profesores. Calculó que 20 o 30 por ciento de sus pacientes fueron agredidos por sus maestros en el último año, lo cual equivale a aproximadamente 400 niños, cifra que pudiera ser muy superior, pues otros 9 consultorios del Hospital Psiquiátrico Infantil reciben niños con características muy parecidas. Las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero, así como los municipios mexiquenses de Ecatepec y Naucalpan (Estado de México), son los lugares de donde mayormente proceden los niños agredidos por sus maestros, lo cual se debe, según la psiquiatra, a que son zonas con un nivel sociocultural más bajo que las delegaciones del sur del Distrito Federal, donde los casos son menos recurrentes.

El abuso escolar se tolera y sirve de pretexto para miles de películas y series de televisión que pretenden divertir:

Al reconocer a los mil estudiantes de sexto de primaria ganadores del concurso Bicentenario Centenario de la Olimpiada del Conocimiento Infantil 2010, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, pidió a estos alumnos que dediquen parte de su esfuerzo a luchar contra el creciente fenómeno del acoso escolar, y los exhortó a que “no se dejen intimidar por quienes los llaman ‘matados’”. En una ceremonia a la que asistieron alumnos galardonados de las 32 entidades, el funcionario afirmó: “Seguramente muchos de ustedes han sido molestados en su escuela porque son buenos estudiantes. Saben lo que es ser agobiados por sus compañeros, pues estamos viviendo esto que llamamos bullying de manera cada vez más grave en las escuelas”.

Los maestros también desearían que las escuelas cambiaran:

Una maestra intentó ahorcarse para no ver más a sus alumnos de primaria, quienes la agredían constantemente. “Fue un caso que vi cuando estaba en el hospital Fray Bernardino Álvarez”, cuenta el psiquiatra Alfredo Romero, quien es jefe de urgencias del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro. “Llegó una maestra con un intento de suicidio. Cuando se empezó a averiguar la causa, fue porque los alumnos del salón, todo el grupo prácticamente, se dedicaba a burlarse de ella, le gritaban que era una fea, una naca”. Los niños, además, le tiraban papeles, derramaban tinta en los materiales didácticos de la docente, y le ponían el pie para que tropezara, abundó. La mujer buscó en vano apoyo en los padres de familia y en las autoridades escolares. Sólo le dieron algunos días económicos y al terminar éstos, por el terror a regresar a clases, intentó suicidarse.

Mientras las escuelas sigan atrapadas en la idea de ser instituciones totales, los estudiantes y los maestros estarán más ocupados en luchar por el poder y por hacer el mayor daño posible que en aprender. La lucha de poder no da tiempo a que los estudiantes decidan aprender y a los maestros construir un ambiente propicio para el aprendizaje. A pesar de ello, año con año los padres advierten a sus hijos de que tienen que ir a a la escuela sin reclamo alguno.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa doctora tiene muchas quejas en el hospital donde trabaja, yo no le creería ni una sola palabra