martes, septiembre 06, 2011

de lectura electrónica y bibliotecas

La lectura en el siglo XXI se está transformando. Apenas a finales del siglo XX surgió un medio que podía competir con el libro impreso: los dispositivos digitales. En primera instancia causaron sarcasmos y risas en los veteranos editores, maestros de escuela y los usuales intelectuales (que generalmente son reconocidos por la sociedad debido a su edad avanzada y sabiduría para explicar el pasado). Recién termina la primera década del siglo XXI y los dispositivos digitales están cambiando el negocio del libro impreso y transformando la manera de leer de las nuevas generaciones. De las risas pasamos a los gritos de peligro:

Los jóvenes británicos están abandonando a Dickens, Shakespeare y Keats por Facebook y Twitter, y uno de cada seis no lee ni un libro al mes, según un estudio. El sondeo, que encuestó a 18 mil 141 niños de entre 8 y 17 años, también muestra que menos de la mitad de los jóvenes decide leer un libro fuera de clase al menos una vez al mes. En cambio, la exposición de los niños a la palabra escrita viene sobre todo de mensajes de texto, correos electrónicos y redes sociales como Facebook y Twitter. La encuesta fue realizada por el National Literacy Trust, una organización benéfica británica. "Hacer que estos niños lean y ayudarlos a amar la lectura es la forma de dar vuelta sus vidas y darles nuevas oportunidades y aspiraciones", dijo en un comunicado el director de la organización Jonathan Douglas. Los alumnos mayores tenían "considerablemente más probabilidades" de decir que no habían leído un libro en el último mes en comparación con sus compañeros más jóvenes, indicó el estudio. Esta tendencia podría tener consecuencias significativas para los niños al adentrarse en la vida adulta. "Estamos preocupados de que crecerán para convertirse en uno de cada seis adultos con problemas de alfabetización hasta el punto de que leen al nivel esperado en un niño de 11 años o menos".

En el caso de México, el principal peligro es el propio sistema educativo. Creado para odiar la lectura y para aprender casi nada relevante para la vida actual y futura. El sistema escolar apenas mira los libros de texto.... el resto de los libros ni se tocan:

Sólo una de cada diez bibliotecas escolares en México es coordinada por un maestro bibliotecario designado y capacitado para tal función; en tres cuartas partes de esas bibliotecas los libros no están clasificados, por lo que hay un escaso control del préstamo a domicilio; aunque más de la mitad de las escuelas tienen un salón asignado para la biblioteca, se trata de espacios pequeños e inadecuados. Un tercio de las bibliotecas escolares no cuenta con mobiliario adecuado y si lo tienen resulta insuficiente; hay escuelas preescolares indígenas que no cuentan con bibliotecas y son muy pocas las bibliotecas escolares que se han instalado en las primarias indígenas. Esos son algunos de los resultados del primer diagnóstico sobre bibliotecas escolares en México, que realizó la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) auspiciada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) entre 5 mil 352 alumnos, maestros, directores y responsables de las bibliotecas. Sin embargo, aunque se trata de un estudio valioso en su tipo -nunca antes se había realizado un trabajo similar sobre las bibliotecas de las escuelas mexicanas-, es un diagnóstico basado en una muestra representativa muy simbólica, pues trabajaron sólo con 200 de las 189 mil 356 escuelas dependientes de la SEP, en los tres niveles de la Educación Básica, lo que representa el 1% del total.

Se encuentra más bondad en los museos mexicanos, muchos de ellos están realizando un gran esfuerzo por digitalizar sus contenidos y ponerlo a disposición de los lectores mexicanos y del planeta entero:

En la actualidad, cinco códices mexicanos pueden ser consultados a escala mundial, debido a que se encuentran publicados en línea en las páginas electrónicas de la Biblioteca Digital Mundial (www.wdl.org) y en la Biblioteca Digital Mexicana (http://bdmx.mx/). Asimismo, la tenaz labor realizada por especialistas durante casi una década ha permitido digitalizar 98 códices prehispánicos y colombinos, no obstante que ese proyecto comenzó desde 1994. Los materiales están resguardados en la bóveda de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Este corpus documental incluye documentos de Puebla, la zona mixteca (como el Códice colombino), Oaxaca, la región del Altiplano, Michoacán y el centro de México, entre otros. Luego de concluir ese complejo proceso se encuentran a disposición de los interesados para consulta en línea en el mismo recinto o mediante discos compactos, de las cuales se realizaron una serie de réplicas para su difusión.


El asunto es leer y leer, no importa mucho el medio. Lo importante es enamorarse del conocimiento, enamorarse de aprender. La invención de la lectura creó la posibilidad de desarrollar un gran conocimiento que se puede compartir y que es capaz de sobrevivir por miles de generaciones. Los textos sobreviven si encuentran a un lector que los reviva, y se los apropie.






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