Después de las promesas del nuevo viejo régimen, regresan los usos y costumbres. La violencia en muchos estados de la república no disminuye. La cosa sigue igual o peor. El secretario de Gobernación actual recicla el discurso de sus predecesores. Sigue la guerra:
Ante el incremento de la violencia en Tamaulipas, en especial Matamoros, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, garantizó a la ciudadanía local que mediante una mayor coordinación, además de incrementar el número de marinos en la región, se restablece el orden y la tranquilidad sociales. En la zona tamaulipeca, “por supuesto que estamos dándole en el corazón a los grupos delincuenciales, y esto hace que ellos peleen de manera todavía más violenta las plazas. Sin embargo, nosotros estamos presentes y estamos combatiendo esto que era frecuente”, dijo Osorio Chong.
En los últimos meses, a semejanza de lo ocurrido durante la guerra de independencia y la revolución mexicana, se han creado grupos de autodefensa en contra de los bandidos:
La mitad de los mexicanos de bajos ingresos, encuestados para un estudio, está de acuerdo en formar grupos de autodefensa ante una amenaza y sólo 18 por ciento confía en la policía.
Un sondeo realizado por De La Riva Group entre mil 350 personas que ganan de uno a cinco salarios mínimos, revela que en este sector las pandillas resultan redituables, porque protegen de agrupaciones del mismo tipo externas a un barrio.
Sesenta por ciento de los entrevistados estaría de acuerdo en desintegrar estas pandillas sólo si hubiera una institución que les dé seguridad. Un 43 por ciento dijo no estar dispuesto a denunciar a alguien que vende droga, por seguridad.
Dividida en seis temas, la investigación incluye un apartado de gastos y ahorro, la cual concluye que 43 por ciento desconfía de los bancos y la mitad prefiere guardar el dinero en casa y 10 por ciento en tandas.
Una de las grandes dificultades de los gobiernos mexicanos ha sido el crear una policía que defienda a los ciudadanos y que no responda a los intereses de los poderosos (legítimos o ilegítimos):
Un análisis elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) muestra que actualmente los policías mexicanos incurren con frecuencia en abusos, errores ostensibles y conductas delictivas, están lejos de alcanzar los mínimos suficientes de calidad profesional y confiabilidad, y carecen de conocimientos y capacidades elementales para ejercer adecuadamente sus funciones.
No poseen siquiera los conocimientos básicos o la práctica indispensable de defensa personal, disparo de armas de fuego, informática o razonamiento oral o escrito; su condición física es deplorable; padecen serias carencias para realizar labores de investigación; no cuentan con equipos adecuados y suficientes para combatir con ventaja a la delincuencia, ni disfrutan del aprecio ciudadano.
Además, perciben salarios insuficientes y sus condiciones laborales son precarias. Datos de 2011 indican que 44 por ciento de los policías ganaba entre 4 mil 800 y 8 mil pesos al mes; 24 entre 8 mil y 11 mil 200; 22 por ciento entre mil 600 y 4 mil 800; 8 por ciento entre 11 mil 200 y 16 mil, y 2 por ciento menos de mil 600, asienta el documento elaborado por el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH) de la casa de estudios, en el que se hacen 50 propuestas para mejorar la labor policiaca.
El documento –que se envió a la Secretaría de Gobernación, al secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, a la Comisión Nacional de Seguridad y a los gobernadores del país– sugiere que para que un policía cumpla satisfactoriamente con su cometido es imprescindible que sus elementos tengan una óptima formación, que los diferentes cuerpos policiacos actúen coordinadamente, que dispongan de recursos y la tecnología más avanzados, que se retribuya justamente su trabajo y que la sociedad los valore debidamente.
Subraya además que los uniformados deben respetar irrestrictamente los derechos humanos de los gobernados, pero al mismo tiempo las instituciones policiales y la sociedad deben respetar las garantías de los policías.
Otro de los grandes problemas es la ignorancia que existe en los sistemas de información gubernamentales. Los gobiernos federal y estatales siguen utilizando sistemas de información del siglo XIX, confiando en la "intuición" del jefe en turno y dejando a la sociedad civil sobrevivir como pueda. Hace unos meses, el gobierno federal planteaba la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas..... bueno, esta unidad sigue igual de desaparecida como los miles de mexicanos y mexicanas que han desaparecido en la "guerra" contra el narco:
El gobierno federal presentó la denominada Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), instancia que contará de inicio con 12 agentes del Ministerio Público federal y con un equipo especial de elementos de la Policía Federal (PF), para indagar el paradero de miles de desaparecidos, ‘‘24 mil 800 casos’’, estimó el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reconoció que para que la UBPD funcione correctamente, aún faltan acuerdos entre algunas áreas, transferencia de recursos e incluso que se instalen oficinas para dar el servicio para la cual fue creada.
La unidad tampoco cuenta con recursos y resta saber ‘‘cómo acomodarlos, de dónde jalarlos’’, dijo el funcionario, aunque afirmó que ‘‘no habrá limitante’’ en cuanto al monto del dinero que operará la nueva instancia.
Mientras 12 personas se alistan para encontrar a 25 mil desaparecidos, más los que se acumulen la semana siguiente. No existe un modelo de formación para las policías mexicanas; se sigue esperando que personas con educación del nivel primaria puedan interpretar las complicadas leyes mexicanas, más cuando sabemos que el 60% de los estudiantes de educación primaria, no comprenden lo que leen.
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