jueves, diciembre 16, 2010

de maestros de escuela a líderes del narcotráfico


Los medios muestran el cambio de la imagen del maestro de escuela en México. Hace 100 años se creó la imagen del maestro como apóstol de la educación, gracias a José Vasconcelos, un personaje carismático y capaz de entusiasmar a sus colaboradores, hizo de los maestros rurales un ejército de paz y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, inspirada en el sacrificio de los misioneros del período colonial, un "apóstol de la educación". Al trabajo de los maestros rurales sumó el apoyo, nunca antes visto en México, de la edición masiva de algunas de las más grandes obras del pensamiento europeo y occidental, que fueron distribuidas por todos los rincones del país en lo que Vasconcelos no dudó en calificar como Misiones Culturales. En el pasado quedaron estas ideas.... hoy, la situación financiera y política de los últimos 40 años ha generado una nueva imagen del profesor: narcotraficante.

Presuntos líderes de los cárteles se encuentan en la nómina de la SEP:

Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, a quien las autoridades identifican como uno de los principales líderes del cártel de La Familia Michoacana, mantiene una plaza como profesor de grupo en el estado de Michoacán y recibe un sueldo con recursos federales. De acuerdo con la información pública, contenida en portal del Cumplimiento del Artículo 9 del Presupuesto de Egresos de la Federación, en la página electrónica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Servando Gómez tiene una plaza de docente y en el primer trimestre de 2010 recibió ingresos brutos por 51 mil 811 pesos. En la página de la SEP, se informa que Gómez Martínez no tiene un perfíl académico pero cuenta con 15 años de servicio y que los 10 últimos se ha encontrado en el mismo nivel.

Eduardo Ramírez Valencia, alias El Profe, uno de los presuntos capos del cártel de Los Zetas, también trabajaba como docente y percibía un salario de las participaciones federales. El caso de El Profe se suma al de La Tuta, uno de los principales líderes de la organización criminal La Familia Michoacana, quien hasta el momento está dado de alta en la nómina de una escuela primaria de Michoacán. El Profe tenía —hasta el 2 diciembre pasado— el puesto de director en la primaria General Felipe Ángeles, ubicada en la carretera Huejutla-Orizatlán, en Hidalgo. La Policía Federal (PF) lo detuvo el 1 de diciembre, en el municipio de Huejutla. Lo acusa de ser jefe regional de Los Zetas en Hidalgo y presunto negociador del tráfico de drogas desde Panamá y República Dominicana. Un diario dio a conocer que El Profe cobraba como maestro en una escuela de Hidalgo. Ayer, el director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, Norberto Lira, informó que desde que se dio a conocer la detención de Ramírez Valencia, la dependencia decidió su baja inmediata. Sin abundar sobre el tema, dijo que en esa condición permanecerá hasta conocerse el resultado de las investigaciones.

La situación no es anecdótica o circunstancial. La narcocultura ofrece más incentivos a las personas que la débil democracia mexicana. Desde hace largo, largo, largo, tiempo, no existe un imaginario cultural en México que represente el éxito, la buena suerte, el deseo de aprender, el hacer bien las cosas. Los partidos políticos muestran, de manera cotidiana, ejemplos de la corrupción y del poco interés que tienen en el ciudadano común y corriente. La televisión muestra como ganadores a los socios comerciales del norte, y como perdedores a los demás... La educación no ofrece ninguna alternativa:

Una cuestión es la narcocultura y otra las expresiones artísticas que centran su temática en torno al mundo del narcotráfico, explicó el escritor sinaloense Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 1949), considerado como uno de los autores de novela negra y policiaca mexicana más relevantes. Para el autor, la cultura popular tiene un alto sentido de representación en la sociedad en el contexto de violencia que actualmente se vive en el norte del país. Todo ello, destaca Mendoza, “ha demostrado lo débil que es nuestro sistema educativo, incapaz de crear iconos, ejemplos que los jóvenes quieran seguir. “Los jóvenes sicarios viven la vida rápido, no esperan a todo el proceso de educación, porque éste no ofrece nada. No existe un programa social que tome en cuenta lo que somos como país actualmente; dicho de otra manera: el gobierno qué zanahoria nos pone como opción para seguir, la única que se sigue es la de la delincuencia, el asesinato, el sicariato. Los otros sueños y valores se han perdido.”

La educación ofrece dos cosas a los jóvenes mexicanos: 1) acceder a salarios muy bajos en condiciones precarias; 2) tratar de huir a los países desarrollados para escapar de la espiral del tercermundismo.

Cuando la imagen del maestro de escuela sea valorada y se piense que vale la pena el aprendizaje a lo largo de la vida, entonces, la sociedad mexicana será diferente. Hasta hoy, en la celebración del bicentenario, la educación no ofrece gran cosa.






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