domingo, diciembre 19, 2010

ecos del bicentenario: analfabetismo de nuestras lenguas originales

México padece de varios grandes males debido a varios tipos de analfabetismo: alfabetismo no funcional, analfabetismo digital y quizá uno de los más vergonzosos: el analfabetismo en nuestras lenguas originales. 90% de los mexicanos no pueden hablar ni leer ni escribir en alguna de las lenguas mesoamericanas. Es hasta el siglo XXI que el poder legislativo ha decidido a traducir la Constitución a algunas lenguas originales:

La traducción de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos al náhuatl, maya, zapoteco, mixteco y tzotzil, las cinco lenguas indígenas con mayor número de hablantes en el país, es bienvenida y considerada como un gran aporte, pero también es motivo de cuestionamientos. La propuesta es calificada de atinada y como un gran logro por los cinco traductores, pero también varios de ellos cuestionan su continuidad, porque no se trata sólo de traducir y hacer llegar los ejemplares a los espacios culturales y educativos de las comunidades indígenas, sino de hacer una labor de difusión y sobretodo de acompañamiento para que ellos conozcan cabalmente sus derechos y obligaciones.

El proceso de castellanización irreflexivo ha creado las condiciones para la extinción de las lenguas originales y motivo para crear inequidad, racismo y olvido. El Estado mexicano ha permitido la existencia del analfabetismo de nuestras lenguas originales, sabiendo que muchas de estas lenguas tenían un alfabeto propio y desarrollado:

El maestro Javier Castellanos Martínez, traductor del español al zapoteco, cuestiona el impacto que podrán tener estas traducciones; él comenta que el Estado se ha dedicado a castellanizar a los indígenas y que los logros que presumen en educación es porque los han alfabetizado en castellano; es decir, asegura, que muy pocos leen y escriben en su lengua materna. “La lengua del indígena mexicano el Estado se ha encargado de nulificarla, de olvidarla. Cuando ellos vean una Constitución en su lengua, seguro que primero la van a ver como una curiosidad y segundo se van a encontrar con el problema de que no la saben leer porque nunca les enseñaron a leer y a escribir en zapoteco”, señala el traductor Javier Castellanos Martínez. El escritor y traductor asegura que con la publicación en zapoteco, los indígenas se van a cuestionar no haber puesto interés en leer y escribir en su idioma; pero también el Estado deberá cuestionarse sobre “por qué ha sido tan etnocida al generar que estos pueblos no sepan leer y escribir en su idioma en pleno siglo XXI”.

Nuestras lenguas originales se publicaban y también se creaban bibliotecas:

El historiador Miguel LeónPortilla, consejero de esa comisión senatorial, expuso que contar con la Constitución Política en su propia lengua es fundamental para los pueblos indígenas, ya que se trata del documento básico que rige nuestra vida. Hizo notar que no se trata de un regalo, ya que todos los mexicanos tienen derecho a conocer la ley suprema, en cuyas páginas se declara que las lenguas deben tener vigencia en la nación. Explicó que para quienes duden de que los indígenas quieran leer la Constitución, hay que recordarles que los pueblos originarios tuvieron una escritura logosilábica completa y tenían libros. Por su parte, Patricia Galeana, secretaria técnica de esa comisión, dijo que con esa traducción de la Carta Magna a cuatro de las principales lenguas autóctonas se atiende una deuda histórica con los indígenas y se contribuye a la preservación de la riqueza pluriétnica del país.

La educación es un derecho, no es posible negarla. No se puede hablar de calidad educativa si no se acompaña de la equidad y los derechos humanos.



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