sábado, diciembre 04, 2010

México del bicentenario: de la fuga de brazos a la fuga de cerebros


Uno de los rasgos del México del siglo XXI es la constante fuga de cerebros. La limitada capacidad del territorio mexicano de dar oportunidades a los mexicanos... se prefiere importar conocimiento y contratar a empresas y personal extranjero, obliga a los talentosos a mudarse a países que valoran el talento y la capacidad. México no invierte en cultivar sus talentos, prefiere pagar las multas de tránsito a sus legisladores que en los niños y niñas sobresalientes:

De acuerdo con La educación de niños con talento en Iberoamérica, publicación editada por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, toda persona tiene derecho a recibir una educación que desarrolle al máximo sus capacidades y le permita construir su proyecto de vida. Según el documento, países latinoamericanos como Argentina, Colombia y Chile reconocieron en su marco legal educativo a las personas sobresalientes hasta la década de los 90, mientras México y Perú lo hicieron formalmente en los años 80, y sólo Brasil, España y Venezuela desde mediados de los 70 incorporaron medidas para la atención de alumnos sobresalientes.

El potencial es enorme, pero invertirmos mucho menos que otros países que tienen una población mucho menor:

Según la propuesta de presupuesto para la educación de niños y jóvenes con aptitudes sobresalientes en México, que la organización envió en julio a la Cámara de Diputados, el presupuesto que países como Holanda o España invierten en proyectos que impulsen las habilidades de la población de alto desempeño escolar, es más de dos veces lo destinado en México (poco más de 115 millones de pesos para 2010), aun cuando la potencial población en nuestro país es mayor que en esas naciones.

Y tampoco estamos preparados para dar una educación de buena calidad:

Mozart fue uno de ellos. También Albert Einstein, Leonardo da Vinci y Pitágoras. Genios, prodigios, talentosos. Superdotados. Los hay en todo el mundo; sin embargo, en México un gran porcentaje de esa población no es identificada y mucho menos atendida. México no está preparado para trabajar con niños genios, lo que ocasiona fuga de cerebros, porque aquí no encuentran lo que necesitan, señala Dalia Becerra, siquiatra de la Secretaría de Salud. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 2.28 de la población mundial está en las filas de los niños talento. Con base en este criterio, los alumnos sobresalientes teóricos en México serían casi 800 mil, explica Antonio Rada, fundador de la asociación civil Telegenio, orientada a identificar y apoyar a los niños con un coeficiente intelectual alto.Cifras oficiales de la Dirección de Educación Especial de la SEP indican que a la fecha la población atendida en el país ascendía a 110 mil 478 menores.

Baste un ejemplo:

Vicente tiene diez años y es un niño sobresaliente. No le gusta que lo llamen genio, ni talentoso; prefiere que le digan inteligente. Le gustan la física y las matemáticas. Fue a Perú y Brasil representando a México con el proyecto El mar muerto como pretexto para estudiar la flotación. Para poder viajar a esos países, durante los domingos previos al viaje estuvo en la iglesia a la que asiste, de siete de la mañana a siete de la noche, solicitando la cooperación económica de los fieles para costear los gastos. Sus familiares pidieron apoyo económico a la SEP para el pasaje de avión del niño, pero no tuvieron éxito. La dependencia argumentó que no pudo encontrar una partida para justificar el gasto.

Mientras los ciudadanos permitan que los legisladores no paguen ni siquiera las multas de tránsito, las cosas seguirán igual: perdidos en el tercermundismo.


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