sábado, diciembre 18, 2010

de salud, locura, pobreza y educación

La investigación cada día ofrece más evidencias de la importancia para el ser humano acceder a una buena educación. La educación no es una cuestión meramente laboral, una idea reducida del aprendizaje humano. La educación no es un mecanismo para obtener algún tipo de trabajo. La educación es un derecho humano porque ofrece alternativas para un buen vivir. Tener acceso a una educación de buena calidad permite que las personas gocen de una mejor salúd física y mental:

Lo que se aprende en la escuela parece ser crucial para la salud, según reveló una investigación llevada a cabo en Estados Unidos. El estudio a largo plazo sobre más de 10.000 residentes de Wisconsin que se graduaron de la escuela secundaria en 1957 concluyó que cuanto mayor era el ranking escolar de un sujeto, menor era su probabilidad de deterioro de la salud al acercarse a la edad de retiro, cuatro décadas después. "Ya sabemos que (la escolarización) importa para cuestiones como el trabajo y los ingresos, pero esto prueba que también cuenta para la salud", dijo Pamela Herd, profesora asociada de asuntos públicos y sociología de la University of Wisconsin-Madison. Los participantes habían sido encuestados periódicamente sobre sus vidas desde la graduación y Herd dijo que los investigadores descartaron la simple conciencia como una explicación de la relación entre el desempeño académico y la salud. "Lo que estamos viendo es que lo que uno aprende en la escuela en realidad importaría para la salud", dijo la experta, que añadió que sería demasiado tarde para los que tuvieron mal desempeño en el colegio.

En el territorio mexicano se gastarán millones y millones de pesos tratando de combatir los efectos de una enfermedad crónica como la diabetes. Sin embargo, es posible reducir el número de pacientes si educamos a los ciudadanos:

Todos: los médicos, pacientes, familiares y sociedad en general debemos ‘alfabetizarnos’ para saber cómo actuar ante los casos de esta enfermedad, dadas las dimensiones epidémicas que hoy alcanza, recomienda la doctora Rosa María Aguilar, presidenta de la Asociación Nacional Mexicana de Educadores en Diabetes (ANMED), A.C. “Si instruimos adecuadamente a las personas afectadas -hay estudios que así lo demuestran- pueden reducirse hasta 70% las amputaciones y en más de 80% los ingresos hospitalarios por complicaciones asociadas con este problema de salud pública". La ANMED realiza actividades como congresos, talleres, etc., enfocadas a la difusión de este problema, además de promover y desarrollar programas de educación terapéutica como medios para el control y prevención de ese trastorno. En su página web (www.diabetesanmed.com/) donde difunde videos, tips de alimentación y otros aspectos, también pueden consultarse esos programas en forma gratuita.

Los problemas emocionales y mentales también requieren de dos cosas: la formación profesional de especialistas y la educación a los ciudadanos mexicanos. Los datos muestran que la depresión afecta de manera más intensa a las personas que viven en pobreza. Y no se avizora que el territorio mexicano deje de tener pobres, por ello, es necesario; educar y educar:

Para enfrentar el aumento en la demanda de servicios psiquiátricos en el país, el legislador Manuel Velasco ha presentado ante el Senado de la República una iniciativa de reforma a la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en la que propone “aumentar a 20 mil el número de especialistas que tiene la Secretaría de Salud en la materia. Actualmente sólo cuenta con 3 mil entre psiquiatras, psicólogos y enfermeras”. En todo el país el número de psiquiatras que atienden en instituciones privadas o públicas no rebasan los mil 800, informó Alejandro Molina, investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP), y recalcó que éstos son insuficientes para cubrir las necesidades de salud mental de la población. Según Molina, la depresión mayor es la principal causa por la que acuden los pacientes a consulta o a urgencia, y las condiciones económicas y sociales influyen mucho en esta dolencia mental.“Se ha visto que la depresión ataca más fuerte en sectores pobres. En otros sectores, menos pobres, son los profesionistas con un alto grado de estrés quienes padecen depresión”, señaló Molina. La pobreza no sólo origina poca educación en cuanto a prevenir enfermedades mentales, sino que aleja al paciente de la posibilidad de acceder a los medicamentos pues en general son caros. “Los antidepresivos de nueva generación tienen un costo mayor que los más antiguos, entre 350 y 900 pesos”, informó Molina. Las mujeres son más propensas a caer en depresión y se registra una proporción de tres mujeres por cada hombre que padece este trastorno. Además de la depresión mayor, los pacientes acuden también a urgencias por trastornos de ansiedad, estrés postraumático, trastorno bipolar e intento de suicidio.En este último caso también son los sectores menos favorecidos económicamente los que sufren mayor afectación. “La pobreza pega por todos lados. Es en estos sectores donde se presenta el mayor número de suicidios, porque los deprimidos no tienen acceso a tratamientos ni a psicofármacos”, expresó Alejandro Molina.

¿De dónde obtener más recursos para la educación? De los fondos destinados a la propaganda de los políticos que quieren obtener un puesto de elección popular, de los recursos que asigna el IFE para la propaganda de los partidos políticos. Dicho de otra manera: México necesita más educación y menos propaganda de políticos.



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