miércoles, febrero 02, 2011

al iniciar el siglo XXI, la ciencia mexicana ha desaparecido


La ciencia mexicana ha quedado atrapada en el siglo XX. Los logros y avances quedaron sepultados en la década de 1960. Hoy, la falta de visión, apoyo y de cambios en nuestra mentalidad nos dejan varados en el siglo XX. La sociedad mexicana que incluye a sus gobernantes creen más en la brujería y el tarot que en la ciencia. Hoy, ante el crecimiento explosivo de las ciudades pequeñas y medias, y la falta de policías y educación, se vive una gran violencia en las callles:

Durante el año pasado el gobierno federal destinó al gasto para seguridad 112 mil 155 millones de pesos, monto superior al que se destina al sector salud y a ciencia y tecnología en conjunto, revelan informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se canalizaron apenas 15 mil 969.3 millones de pesos, después de una ampliación de solamente 22 millones 700 mil pesos. Así, en conjunto en estos dos importantes rubros totalizaron un gasto de 103 mil 585.9 millones, lo que significa 8 mil 568.9 millones por abajo del presupuesto total destinado a la seguridad pública.

Ni los gobiernos federales ni estatales de los últimos 40 años, ni la comunidad científica, ni los empresarios, lograron crear las condiciones para crear una red científica de alto nivel. Los gobiernos temerosos de los científicos no invierten, los empresarios prefieren importar tecnología, y la comunidad científica quedó varada en las universidades, alejada de los problemas de la industria o los servicios, alejada de la aplicación del conocimiento práctico:

La realidad del estado de la ciencia, tecnología e innovación en México es expuesta en el más reciente análisis de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). A diferencia de Brasil –que muestra enorme evolución en la materia–, nuestro país no mereció un capítulo; y su situación se aborda en el correspondiente a América Latina. Los datos presentados por el organismo internacional revelan que México no sólo forma menos científicos que naciones con desarrollo similar, como Brasil, Turquía y Corea del Sur, sino genera menos producción científica y patentes. La realidad coloca a México lejos de naciones desarrolladas y del grupo conformado por Brasil, India, Rusia y China. Pese a sus puntos débiles, la región ha logrado una posición destacada en la escena mundial en lo que respecta a algunas tecnologías de vanguardia. Brasil ocupa el décimo octavo puesto mundial por el número de publicaciones sobre nanotecnologías. Cuba se sitúa a la vanguardia de las tecnologías de producción de vacunas y ha conseguido erradicar enfermedades prevenibles, utilizando la ciencia y la tecnología para satisfacer necesidades sociales. Costa Rica ha creado una industria de tecnología de la información de rango mundial. En 2008, el país del mundo que más etanol produjo, después de Estados Unidos, fue Brasil.

Los académicos, en sus aulas de cristal, afirman que todo se debe a que el gobierno no invierte. Sin embargo, no se ha realizado ninguna tarea para cambiar las creencias en lo sobrenatural y pensamiento mágico del mexicano:

Académicos y expertos concluyen que la reducida formación de científicos en México, así como la cada vez menor producción científica y registro de patentes, se explica porque no hay una política de Estado y al gobierno federal no le interesa invertir. Refirieron que desde hace dos décadas el país invierte menos de 1 por ciento del PIB, recomendado para investigación.

El conocimiento que cambiará el futuro y el desarrollo económico global no está en México está en otros lugares:

La diabetes frena la producción de una molécula, llamada Ácido Graso Sintasa (FAS, por sus siglas en inglés), indispensable para proteger la delgada capa que cubre el interior de las arterias, vasos y venas. Esta deficiencia causa daños paulatinos al aparato circulatorio y desemboca en amputaciones, ceguera, accidentes cerebro vasculares e infartos, de acuerdo con una investigación publicada por la Universidad Washington, de San Luis Mossouri, Estados Unidos.

En Tailandia, la cadena de restaurantes MK está comenzando a probar las capacidades de unos robots-camareros que son capaces de tomar nota al cliente y servir su comida en la mesa. Se mueven siguiendo las líneas del suelo pero también disponen de un sensor de ultrasonido para no chocarse con los objetos.

Invertimos en seguridad importando toda clase de tecnología.... gastaremos en spots televisivos para los candidatos de los partidos políticos importando a toda clase de profesionales de la imagen y propaganda. Seguimos en el tercermundismo.




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