martes, septiembre 04, 2007

Sobre el rendimiento académico

Los medios continuan presentando notas y reportajes sobre los resultados de las pruebas ENLACE con detalles más interesantes y más reflexivos.

Los resultados de ENLACE dejaron a Jalisco con notas relativas, reflejan de manera sintomática la desigualdad e inequidad del país. Si bien hubo un leve avance en los resultados generales de la entidad, arriba de 70 por ciento de los alumnos tuvo calificaciones reprobatorias o de nivel “elemental”, y se hizo manifiesto el problema en matemáticas, que fue reprobado, por ejemplo, por 57 por ciento de los de secundaria.

En el caso del D.F. se puede observar que las escuelas privadas pequeñas, con un par de decenas de alumnos, tuvieron mejores resultados que los colegios privados con las cuotas más altas del país. En el Distrito Federal, los dos primeros lugares en la Evaluación Nacional del Logro Educativo en Centros Escolares (ENLACE), están en colonias clasemediereas de las delegaciones Venustiano Carranza y Xochimilco. Por otra parte, la creencia de muchos padres y madres de familia de que enviar a sus hijos e hijas a escuelas con instalaciones amplias, una currícula que se enriquece con idiomas y actividades extras, no simpre el sinónimo de alto rendimiento escolar. El mejor lugar para este tipo de planteles fue el 39 logrado por los alumnos de Olinca.

La Jornada presenta una relación interesante sobre los estudiantes que "hacen trampa". En las primeras 100 secundarias con puntajes por arriba de la media y ninguno de los estudiantes copió, no hay una sola escuela privada. Las escuelas que tiene alumnos que no copiaron son planteles públicos.

Con base a estos resultados comienzan a presentarse reacciones en distintos ámbitos:

La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció que más de 12 mil profesores de educación básica del país iniciaron ayer cursos de matemáticas y español, áreas en las que tienen que fortalecer la calidad de la enseñanza, al ser identificadas con bajo desempeño en la prueba ENLACE. A partir del próximo año, la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) se extenderá a otras materias –ciencias naturales y ciencias– y en un futuro cercano se dará a conocer el ranking de las mejores escuelas del país no sólo de educación básica sino de la media superior. La Secretaría de Educación de Querétaro informó que 400 escuelas públicas de nivel básico serán asesoradas por funcionarios de la SEP para que incrementen su nivel educativo, tras no obtener muy buenos resultados con el programa de evaluación ENLACE. Estas pruebas en realidad son, el “retrato de la escuela banal y conservadora que todos aborrecimos”. La prueba confunde “la comprensión de lectura con la ortografía”, critica un ex secretario de educación pública.

El Gobierno del Distrito Federal, presentó el programa “Niños Talento”, que entregará un estímulo económico de 3 mil pesos para que los menores con promedios de 9 y 10 realicen actividades extraescolares.

Todo este interés público sobre la escuela y sus posibles efectos en la vida de las personas, ¿tiene en realidad un fundamento sólido? La vida cotidiana nos presenta frecuentemente casos en donde las creencias sobre la educación formal y de cierto tipo se ven seriamente desacreditadas, veamos tres ejemplos, en la niñez, la juventud y la madurez.

1. Recientemente murió el reconocido creador Francisco Umbral. Como periodista, colaboró con los más importantes diarios de España. En su vida, sólo pisó la escuela cuando tenía entre 10 y 11 años. Nunca volvió.

2. El niño Andrew Almazán Anaya, de 12 años, quiere ser un muy buen cardiólogo y representar a México en esa especialidad, después de terminar su licenciatura de médico cirujano y sicología en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Sólo cursó hasta el cuarto año de la escuela primaria antes de que lo echaran por ser insoportablemente inteligente.

3. Uno de los mejores estudiantes del mundo es mexicano. Ha cursado toda su enseñanza en escuelas públicas. Desde su formación básica, en la delegación Iztapalapa, hasta una maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su trayectoria académica ha sido de éxito, aunque, insiste, “nunca fui el alumno del 10 perfecto ni tampoco me siento un ratón de biblioteca”.

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