Al menos seis integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) instalaron una huelga de hambre en el zócalo de la ciudad, para exigir el cese a lo que llamaron hostigamiento contra líderes y simpatizantes del movimiento.
El vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento alemán, Holger Haibach, se reunió con integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y ofreció elaborar un informe sobre las violaciones a las garantías individuales en esta entidad mexicana para presentarlo ante el pleno del Parlamento Europeo y al de Alemania. “Las causas del conflicto datan de muchos años atrás y no se solucionarán rápidamente si no hay una política de Estado para que Oaxaca alcance el desarrollo, principalmente en educación, economía y justicia”, señaló el diputado.
La sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) prepara una nueva jornada de protestas en la ciudad de México, como medida de presión para que el Comité Ejecutivo Nacional expida la convocatoria para elegir a la dirigencia estatal
La asamblea estatal del magisterio en Oaxaca definió la segunda parte de la ofensiva contra la dirigente nacional, Elba Esther Gordillo, y contempla realizar marchas regionales y un paro cívico de 48 horas. El secretario de Organización del magisterio adelantó que la lucha se desarrollará en varios frentes con marchas y protestas callejeras a celebrarse en la capital oaxaqueña y en la Ciudad de México. Dijo que en la lucha tendrán aliados y resaltó la adhesión que ha tenido su movimiento por parte de grupos de la sociedad civil, organizaciones campesinas y sindicales independientes.
En Oaxaca las asambleas comunitarias de por lo menos 418 de 570 ayuntamientos, la mayoría regidos bajo el sistema de usos y costumbres y donde tiene presencia política el magisterio y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), determinaron por unanimidad no acatar el horario de verano, como parte de su rebeldía y rechazo a las políticas del gobierno de Federal. 13 mil escuelas, donde acuden un millón 126 mil alumnos, se sumaron a la medida adoptada, al considerar como un éxito más de la lucha popular de los pueblos oaxaqueños. Los poblados inconformes, —que congregan poco más de 70 por ciento de la población indígena—, admiten que sólo harán respetar el horario de Dios; los alcaldes piden al gobierno respeto al tiempo que le fue legado por sus ancestros.
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