Problema estructural de México: sus jóvenes

Como ocurre cada crisis social, como en 1968, como en 1971, como en 1987, como en 2000, un gran problema estructural de México es su juventud. Han sido los jóvenes la semilla que desencadena las temidas crisis financieras y sociales del país. Simplemente, las generaciones de mayores no hemos podido construir los cambios estructurales para aprovechar a la juventud mexicana. Con cada crisis financiera se cierran las familias, rehuyen los gobiernos federal y estatales. Al aumentar los problemas causados por las guerras del narcotráfico y la crisis financiera de 2009, aparecen las notas sobre la peligrosa juventud, delincuentes, adictos, narcotraficantes y sicarios. Nada ha cambiado desde al menos 40 años:

En México, los alumnos de bachillerato son el sector que corre el mayor riesgo de cometer actos delictivos, como la venta de droga o la posesión de armas de fuego. Además, los bachilleres del norte del país son los que más peligro tienen de infringir la ley, lo cual revela que los jóvenes de estas entidades son un blanco más fácil para el crimen organizado. De acuerdo con una encuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en Baja California cuatro de cada diez alumnos de bachillerato dijeron que sus compañeros llevan un arma a la escuela; le sigue Sonora, donde tres de cada diez señalaron que los estudiantes traen consigo un arma de fuego. En tercer lugar está el Distrito Federal, donde 30 por ciento de los alumnos manifestó que sus compañeros llevan armas al plantel. La Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior reveló que en los estados con mayor número de ejecuciones y actos violentos ligados al narcotráfico, es más frecuente que los estudiantes lleven un arma a la escuela.

Las adicciones en escuelas de nivel medio y medio superior de Tamaulipas mostraron una prevalencia del el alcohol, con 48.6 %, sobre el tabaco, con 43%, y otras drogas, con 9.3%, según la coordinadora del programa Estatal para la Atención a la Salud Mental, Laura Elena Gaither Jiménez. Sobre las edades más tempranas de consumo, explicó que han detectado niños de 12 años que se inician en algunas sustancias prohibidas, principalmente solventes, y luego prueban la mariguana. “En una encuesta se detectó que la edad mínima que nos reportan para el inicio en las adicciones entre niños y adolescentes, es de 12 años, pero no podemos descartar que haya infantes más pequeños que engrosan las estadísticas”, expresó.

A partir del próximo ciclo escolar, los estudiantes de secundaria de Sonora podrán ser sometidos a exámenes antidopaje, de acuerdo con la Ley de Prevención, Tratamiento y Control de Adicciones, aprobada por el Congreso local para disminuir el incremento en el número de consumidores de drogas, que se incrementó en los últimos años. La legislación confrontó a diputados que la impulsaron y representantes de derechos humanos, especialistas, padres de familia y líderes magisteriales, que criticaron esta “medida extrema” que, advirtieron, incluso puede estigmatizar a los estudiantes por falta de discreción en los resultados y se pronunciaron en favor de programas preventivos. Cifras de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, señalan que en el último sexenio los adictos en Sonora aumentaron en 50%, y más de 90% de quienes acuden a los centros de rehabilitación confiesan haber usado drogas antes de los 19 años. El estudio considera drogas de inicio al alcohol y el tabaco, y de las personas que fueron atendidas en dichos centros el año pasado, 36% dice haber iniciado con tabaco, 24.7% con alcohol y 24.4% con mariguana.

A pesar de las medidas concretas adoptadas por el Gobierno, el abuso de drogas sigue siendo alto en México, especialmente entre los niños en edad escolar y los jóvenes. El cultivo ilícito de adormidera y de planta de cannabis sigue siendo considerable y el narcotráfico sigue planteando graves problemas". Tras reconocer los esfuerzos del Gobierno, la JIFE expresó su confianza en que México "siga adoptando medidas contra los cultivos ilícitos para la producción y el tráfico de drogas, la desviación de sustancias fiscalizadas y el consumo indebido de drogas en el país".

Grupos del narcotráfico han reclutado a jóvenes en situación de calle o “egresados” de los consejos tutelares para que, mediante pagos de entre 5 mil y 10 mil pesos, realicen manifestaciones con supuestas pretensiones de mejores políticas sociales y en rechazo a la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico, como recientemente ocurrió en Monterrey, Nuevo León. Fuentes de alto nivel del gobierno mexicano revelaron que se han detectado al menos10 células de ese tipo que ya empezaron a operar en Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Baja California, Sinaloa, Morelos, estado de México, Guerrero y Quintana Roo. Indicaron que los cárteles incluso han llegado a pagar las multas o fianzas de los jóvenes que pueden servir a sus intereses y que en sus comunidades han sobresalido por sus niveles de violencia o inteligencia a la hora de delinquir y si manejan armas.