Uno de los problemas que persisten en nuestro sistema de justicia es que se sigue pensando que las policías no requieren de niveles altos de estudios. Nuestra herencia virreynal nos obliga a seguir manteniendo agentes de policía que no cuestionan las decisiones de la autoridad y por lo tanto no se respetan los derechos humanos:
Los cerca de 60 mil elementos de seguridad del estado de México –entre policías estatales y municipales, además de agentes ministeriales– deberán tener estudios de bachillerato y acreditar exámenes de control de confianza antes de 2013, como lo estipula el Sistema Nacional de Seguridad. De los 125 municipios del estado de México que enfrentan el reto, hay casos como el de Atizapán, donde al menos 600 de sus casi mil policías cursan la secundaria y continuarán el bachillerato para no ser despedidos. Pedro González Mendoza, director de seguridad pública municipal, expuso que el trabajo de llegar al bachillerato es arduo si se considera que hace 15 o 20 años un oficial podía ingresar a la corporación con primaria. En Atizapán, 40 por ciento se incorporó con ese nivel escolar, dijo. Para evadir la nueva exigencia, al menos 20 policías renunciaron este año y otros gestionan sus jubilaciones. Por ello, seguridad pública iniciará en breve contratación de personal que ya tenga estudios de bachillerato.
No se puede tener un país respetuoso de los derechos humanos y garantías individuales, mientras los agentes de policía no puedan leer correctamente e interpretar la Constitución Mexicana, ni la Carta de Derechos Humanos. Sin crítica no hay libertad.
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