la policía mexicana no favorece los estudios ni el desarrollo profesional

La sociedad actual depende del conocimiento. Por ello, una sociedad con niveles altos en educación tiene más oportunidades de riqueza y bienestar. Sin embargo, los niveles altos en educación deben observarse en las actividades que en el siglo XX se consideraban como de "bajo nivel intelectual". Una de estas actividades es la policía, en países subdesarrollados la policía no requiere de personas con altos niveles de educación, pues se utiliza como mecanismo de represión y control. En el territorio mexicano siguen existiendo los bajos niveles educativos en sus cuerpos policiacos. Mientras no se impulse una reforma laboral y educativa en la formación de la policía, seguirán las limitaciones de ser un país exportador de materia prima:

Las consecuencias para México de no tener una policía bien capacitada la padecen sus habitantes todos los días, al estar expuestos a cualquier tipo de abusos, lo que a la larga va creando desconfianza en las instituciones muy difícil de subsanar, advierten especialistas en temas de seguridad. José Luis Piñeiro, profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Azcapotzalco, afirmó que tres de los errores más frecuentes de los policías por esta causa son las aprehensiones arbitrarias, los actos de hostigamiento verbal y físico a los detenidos y el uso desproporcionado de la violencia. Por su parte, Fernando Ventura, catedrático del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), señaló que el mayor nivel de estudios no garantiza tener mejores oportunidades ni ganar más, lo que desalienta a muchos oficiales. La policía te recibe con secundaria terminada, pero a partir de ese momento debe fortalecer el crecimiento de sus agentes, porque muchas veces ni siquiera conocen su manual de procedimientos. Nadie le dice qué puede o no hacer, y por tanto cada quien hace lo que se le pega la gana, dijo. En este círculo vicioso de incapacidad, lo más común es que los jefes no entiendan la importancia de la profesionalización de sus cuadros, y si tiene miedo a que los demás sepan más que él, los bloquea.

Sobran ejemplos de la situación. Para subir de puestos no se requiere de niveles altos de educación. Para el Estado Mexicano, es suficiente contar con la educación básica para ser policía:

Aquel que cuida la esquina de Eje Central y Madero, con su uniforme de policía, es un aspirante al doctorado en ciencias penales. El lugar es un dato ficticio –para cuidar su identidad–, pero su grado académico no lo es. Se trata de R., uno de los escasos agentes de policía que, a contracorriente de un sistema que no promueve la capacitación del personal –e incluso en ocasiones la obstaculiza–, decidió continuar con su preparación académica, lo cual en vez de convertirse en un elemento en su favor, más de una vez ha despertado recelos y sospechas entre sus superiores. De los 200 que somos en mi sector, unos 10 han de tener la prepa; a lo mucho dos o tres tienen licenciatura, y con maestría, yo soy el único, porque ni el jefe la tiene. ¿Estudiando el doctorado?, ¡menos! Por eso algunos me dicen que me pasé de estudios, que exageré, cuenta en entrevista con La Jornada el oficial, quien pidió omitir su nombre por temor a represalias. Con 12 años en la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, y un currículo que en el papel debería facilitarle acceder a puestos más altos, R. tiene bien claro que los ascensos se logran –nada más– mediante compadrazgo y palancas, “porque, ¿cuántos jefes no han hecho ni la preparatoria y tienen unos puestazos y sueldazos?’’.


Es difícil comprender e interpretar la Constitución, las garantías individuales, los derechos humanos y las legislaciones sin acceder a educación superior. El Estado Mexicano aspira a ser democrático y respetuoso de los derechos humanos, sin embargo, no ha emprendido una guerra contra la ignorancia de sus propios sistemas de policía. Basten las filtraciones de wikileaks para confirmar lo obvio.