sábado, junio 11, 2011

de mujeres, competencias y robots

Un par de estudiantes mexicanas competirán en la Robocup:

Tania y Elisa cursan la carrera de ingeniería en mecatrónica en la UVM y el próximo mes de julio participarán en la competencia internacional del Robocup en Estambul. México tiene un déficit de ingenieros y donde las mujeres tienen una escasa participación, las estudiantes competirán ya sea para hacerse del primer lugar, para romper estereotipos y para demostrar que la robótica no es sólo un juego para niños. Las estudiantes obtuvieron el derecho de viajar a Turquía después de ganar el concurso Lady Robotino durante el Séptimo Concurso Institucional de Minirobótica celebrado en la Universidad del Valle de México, campus Saltillo. Las jóvenes ahora se preparan para la competencia —que además incluye una capacitación en la empresa robótica Festo— que se llevará a cabo del 5 al 11 de julio y donde se enfrentarán a equipos de hombres y mixtos de países como Japón, Alemania y EU, entre otros.

Hace un rato los robots son una cosa seria en la industria. Actualmente se les ve actuando en situaciones cada vez más comunes y cotidianas. Poco a poco, aparecen en salas de concierto:

Se ha visto a robots desarmar bombas, ayudar a descontaminar usinas nucleares e incluso aspirar el polvo en la sala sin chocar con los muebles ni derribar jarrones. En cambio, no se los había visto tocar música en una orquesta junto a seres humanos. Salvo en el Instituto de California de las Artes, donde MahaDeviBot, GlockenBot, BreakBot y sus ciberamigos tocan música con los estudiantes de las clases de música y teatro de esta pequeña institución privada. Durante meses, una decena de músicos humanos e igual número de robots ensayaron para un concierto que debían brindar en el Teatro Modular Walt Disney del instituto. "Es como una relación simbiótica entre seres humanos y máquinas", dijo Ajay Kapur, un músico con doctorado en ingeniería eléctrica que dirige el programa de tecnología musical en la escuela, uno de cuyos fundadores fue Walt Disney". Mientras hablaba, estudiantes y robots se preparaban frenéticamente para el concierto. Tammy, un robot que toca la marimba, agitaba con fuerza sus campanas al ritmo veloz impuesto por dos percusionistas, NotomotoN y BreakBot. Las piezas eran una fusión melódica de jazz, hip hop, electrónica y música global compuesta por Kapur y los estudiantes. El concierto fue producto de cuatro años de trabajo, a partir del día que Kapur, que toca jazz con el sitar, llegó a la escuela situada en las pintorescas lomas al norte de Los Angeles. Venía con una misión: crear una orquesta en regla integrada por seres humanos y robots en igual número, en la que músicos profesionales manipularían y entrenarían a las máquinas.

Y ya están aprendiendo a hablar entre sí:

Un equipo de investigadores de la australiana Universidad de Queensland han presentado una pareja de robots llamados Ligodroides (Lingodroids), que poseen la particularidad de haber desarrollado su propio lenguaje para describir el terreno sobre el que se encuentran. Usando este “lenguaje” son capaces de navegar por el entorno y asignar nombres a cada sitio, términos que luego pueden usar para comunicar su posición o el lugar a donde se dirigen. Se trata de un muy buen avance que algún día permitirá a los robots “entenderse” mejor entre si, y con nosotros.

En ciudad de México, se crean robots con desechos reciclados:

Su materia prima son los desechos de computadoras, celulares y aparatos electrónicos; su herramienta, cautines con la mira de fomentar el cuidado del medio ambiente y poner de manifiesto la importancia del reciclaje cibernético. Su nombre es Ricardo Perea, un capitalino de 39 años, vecino de la colonia Guerrero quien hace robots y los vende en la esquina de Balderas y Morelos, en la colonia Centro. A ello añade impartir talleres de mecánica “experimental” a niños capitalinos. “Una de mis propuestas es el reciclaje cibernético. Todo lo que es el desperdicio electrónico lo recupero y lo transformo en alguna tecnología o robot; para que haya menos contaminación”. Motores, leds, circuitos, memorias y cables son algunos productos que recupera de impresoras, fotocopiadoras, equipos electrónicos en desuso que encuentra en la calle y basureros. Incluso empleados de tiendas que reparan equipos y empresas de desperdicio industrial le donan piezas. “Como vivo cerca de Tepito, ahí hay mucho desperdicio electrónico porque se dedican a vender estos aparatos”. Actualmente, Ricardo trabaja en un proyecto para que en el Barrio Bravo reciclen estos productos.

¿Estás preparado para cuando un robot realice tu trabajo? ¿Estás preparando a tu hij@, sobrin@, o niet@, para evitar que un robot lo sustituya? Las tareas repetitivas, peligrosas, de bajo nivel intelectual, son poco a poco, realizadas por computadoras y robots.


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