miércoles, junio 15, 2011

la violencia incrementa la exclusión y rezago educativo en México

Mientras Maná trata de mostrar el lado amable de la situación en México y la líder sindical de los maestros de educación básica afirma que son la garantía de la tranquilidad social:

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha garantizado “la paz y la tranquilidad social” en México, afirmó la presidenta de esa organización, Elba Esther Gordillo.

La cruda realidad, del olvido de más de 40 años en invertir en infraestructura, servicios educativos y de salud, y en seguir en el tobogán del centralismo y el autoritarismo, muestra que la átavica exclusión y el rezago educativo ha escalado a niveles no pensados en muchos lugares de la república mexicana:

En Tamaulipas, al menos ocho municipios de la zona norte, se han quedado sin 300 maestros, ante la situación de inseguridad que priva en la entidad prefirieron abandonar sus plazas laborales. Esto lo confirmó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en el estado, que señala ciudades como San Fernando, Méndez, Burgos, Cruillas, Camargo, Guerrero, Mier y Miguel Alemán, donde más han resentido la ausencia de docentes. En otras localidades como Díaz Ordaz y Matamoros se confirmó desde las ultimas semanas de 2010, que los maestros optaron por solicitar su cambio a la capital, Ciudad Victoria u otros municipios con mayor tranquilidad. Ante la urgencia de los docentes por dejar ciudades conflictivas, se presentaron casos en los que tuvieron que renunciar a algunas horas y así poder llevar a cabo el movimiento a otras localidades.

176 ex-estudiantes desean guardar silencio. El semestre pasado, 176 alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) abandonaron el campus regio de la universidad donde algún día pensaron titularse, lo que constituyó el desplazamiento estudiantil más grande que hasta ahora hayan admitido las universidades privadas del país. Aún sin registro y sin motivos expresos, la movilidad estudiantil es uno de los indicadores que mantiene en alerta a las universidades privadas de México. El otro foco rojo es la cantidad de estudiantes que han muerto a consecuencia de la violencia desatada desde el inicio de la guerra contra el crimen organizado, iniciada a finales de 2006. Ellos no integran un registro puntual. Nadie los ha contado. Pero una revision hemerográfica arroja que decenas de alumnos, tanto de instituciones públicas como privadas, han sido víctimas mortales. Los ejemplos se desgranan. Sólo en Ciudad Juárez, Chihuahua, la policía ministerial admite más de 60 estudiantes abatidos por balas perdidas en enfrentamientos entre sicarios y miembros del Ejército. En Sinaloa, la rectoría de la Universidad Autónoma de Sinaloa reconoce que 40 alumnos han sido asesinados en diferentes acciones violentas. En Nuevo León, además de los del Tecnológico de Monterrey, hay otras cuatro víctimas. O los ocho que cayeron abatidos en un bar en Torreón, Coahuila. Pese a todo, funcionarios de universidades privadas coincidieron en que se mantendrán de pie, reforzarán sus sistemas de seguridad y se apegarán a la instrucción de la ética en las aulas de educación superior como una coraza.

En los municipios de la frontera norte de México es necesario impulsar programas para los jóvenes en edad de cursar el nivel preparatoria, pues existen casos en los cuales hasta 80 por ciento de esa población no tiene posibilidades de continuar con su educación, y se convierten en candidatos para las filas del crimen organizado, señalaron alcaldes de ayuntamientos como Matamoros, Nuevo Laredo y Valle Hermoso, Tamaulipas; Mexicali y Tijuana, Baja California, y de San Luis Río Colorado, Sonora, entre otros. “Hay lugares que reportan hasta 80 por ciento de jóvenes que egresan de la secundaria y no tienen ingreso ni posibilidad de estudiar en el siguiente nivel. “En mi caso, los jóvenes que egresan de la secundaria y que no tienen posibilidad de ingresar a la preparatoria andan entre 30 a 35 por ciento, y tengo en lista de espera a alrededor de 500 alumnos, y eso que somos uno de los municipios más chicos de la frontera.

La violencia no se haya solamente en las calles, dentro de los centros escolares también ha aumentado:

En Reynosa, Tamaulipas, las denuncias por hostigamiento, discriminación y hasta golpes en contra de alumnos de los diferentes niveles educativos se ha incrementado en esta frontera, superando las denuncias en contra de agentes policiales y de Tránsito. El delegado regional de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Luis Fernando Martínez Castro, mencionó que de enero a la fecha, el organismo defensor de los derechos humanos ha recibido al menos unas 40 quejas en contra de maestros, directivos y mesas directivas. Dijo que las denuncias más recurrentes son por hostigamiento, discriminación e incluso golpes en contra de los alumnos, propinados por maestros o directivos. Estimó que será mayor el número de denuncias contra de planteles educativos, luego de que se acerca la conclusión de ciclo lectivo 2010-2011 y en algunas escuelas “acostumbran retener la documentación a los alumnos, cuyos padres enfrentan retraso en el pago de cuotas escolares”.

Un ejemplo, del olvido y la persistencia de prácticas culturales, sociales y políticas que han generado los problemas del presente:

La colonia Independencia luce apacible y armoniosa desde el extremo sur de la Macroplaza, en el centro de Monterrey, a un par de kilómetros de distancia. Por primera vez en un siglo, el puñado de viviendas apiñadas en el cerro está uniformado con el mismo color. La fachada de 4 mil 500 casas fue pintada de blanco por el gobierno estatal, que aspira, junto con empresarios, organizaciones civiles y universidades, a rescatarla de un abandono tan largo como su historia misma. Sin embargo, esa tranquilidad es aparente. “Sabemos que hay por lo menos unas 100 personas armadas, vigilando la colonia con miralejos de los que usan los militares, y que hay casas de seguridad en donde guardan a sus enemigos o secuestrados”, dice Édgar Oláiz, subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobierno. En este barrio se construye un complejo deportivo y cultural que a decir de las autoridades locales será el más ambicioso del país, referencia para, en unos años, replicarlo en otras 69 colonias cuya marginación e índices de violencia se desparramaron por los nueve municipios que componen la zona metropolitana de Monterrey. La Independencia no fue seleccionada para este plan por ser la colonia más insegura, si bien se encuentra entre las cinco más peligrosas. El criterio parece más un sentimiento de culpa ancestral de la clase dominante regiomontana. A finales del siglo XIX se le conoció como San Luisito. Ahí anidaron los primeros inmigrantes provenientes de San Luis Potosí. Se trataba de albañiles que sabían trabajar la cantera, cuyos bloques rosados fueron empleados para construir el Palacio de Gobierno. Sus actuales pobladores son ya una cuarta y quinta generación, fanáticos del equipo de futbol Rayados de Monterrey, con una identidad absoluta con su tierra pero sintiéndose excluidos del resto de la ciudad. “Tenemos la esperanza de rectificar todo ese pasado”, dice Oláiz. “Y la palabra clave para que ello suceda es dignificar”. Tenemos un problema coyuntural, que es el trabajo y la educación”, dice Patricia Cerda, la investigadora de la UANL cuyo trabajo de campo fue determinante para ubicar los 70 sectores en donde urge llevar programas de regeneración. “Y el problema es que nadie parece estar dispuesto a fomentar los trabajos de oficio, por ejemplo, ni a meterle recursos suficientes a la educación. Este programa que se realiza en la Independencia representa un gran esfuerzo, pero con 40 pesos al día no se puede hacer mucho. Falta que se involucren más los empresarios y que la misma sociedad cambie, porque todavía hoy se le sigue haciendo a un lado al que es moreno y pobre”. Cerda lleva una década investigando el comportamiento y entorno de los pandilleros. Cuando ha ido a campo en las partes altas de estas colonias lo hace en taxi. Suele abordarlos en los límites bajos, luego los taxistas se comunican por radio con los pandilleros de arriba y les avisan que van a subir, diciéndoles quiénes y a qué van. “Honestamente, es lo que hago, porque esas zonas tienen dueño y nadie entra sin permiso”, cuenta. El complejo que se construye sobre el terreno del tanque quedará terminado en agosto o septiembre. Desde ahora se tienen calendarizados eventos cívicos, culturales, educativos y torneos deportivos. “No se trata de nomás entregar la construcción para que luego se adueñen de ella los malos”, dice Édgar Oláiz, subsecretario de Desarrollo Político. “Para eso tenemos ya previstos varios actos oficiales y culturales, como, por ejemplo, que aquí se dé el grito de Independencia”.

Incluso en ciudad de México:

Elementos de la policía del D.F. detuvieron a 11 jóvenes por arrojar 'petardos' en contra de un plantel del Colegio de Bachilleres ubicado en la delegación Venustiano Carranza. El director del plantel número 10 del mencionado colegio, tenía conocimiento de que los jóvenes, provenientes de otras escuelas podrían acudir para agredir las instalaciones, por lo que solicitó el apoyo de los uniformados. Fueron enviadas al lugar tres patrullas, que durante un momento se vieron superados por los jóvenes. Al término del ataque, los uniformados lograron aprehender a 11 jóvenes, entre los que se encuentran ocho mujeres, de quienes sólo tres son mayores de edad. Por este motivo, Andrea López Villegas, Karla Irasema Quintana y Andrea Romero Méndez, todas de 18 años de edad, fueron remitidas ante el Ministerio Público de la Agencia 67.

No hay otra salida que apostar por la democracia e invertir en educación, educación y más educación. Cambiar esta situación tomará muchos años y no depende como muchos sueñan con tener un presidente que ahora si sabe, que ahora si trabaja... sus esperanzas se esfumarán minutos después de que reciba el documento que dice que obtuvo el puesto. Pues será el país real y no el país prometido el que tendrá que enfrentar.



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