Llega otro 16 de septiembre, fecha que da inicio al movimiento político que culmina con la independencia de los Estados Unidos Mexicanos. En su origen esta república se consideró como multicultural, pero la realidad es otra. Todavía persiste el pensamiento virreynal que segregó a los pueblos indígenas de territorio mexicano. 200 años después nuestros pueblos originarios siguen con las mismas demandas de siempre:
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, integrantes de nuestros pueblos originarios demandaron apoyos para infraestructura en sus comunidades, así como servicios de educación y salud en los estados de Querétaro y Sonora. En Nayarit, nativos de distintas etnias manifestaron diversas inconformidades. En Querétaro, 70 personas de origen ñañú bloquearon el acceso al palacio de gobierno del estado, en demanda de que el gobernador priísta José Eduardo Calzada Rovirosa cumpla lo prometido desde hace dos años: otorgar apoyos para infraestructura vial y servicios básicos en sus comunidades, demandaron la ampliación de la red de energía eléctrica, empedrado de caminos y vivienda. En tanto, la Universidad Autónoma de Querétaro editó más de 3 mil ejemplares de un diccionario otomí-español, que reúne alrededor de 40 mil palabras de ñañú en tres tomos. El académico Ewald Hekking Sloof explicó que el vocabulario contó con el apoyo del Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas para preservar el ñhañhu.
Permanece la cultura integracionista en el sistema educativo que no respeta los derechos humanos:
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) manifestó que es necesario fomentar entre niños y jóvenes integrantes de las comunidades indígenas del país, la educación bilingüe en todos los niveles de instrucción, para poder conservar su lengua materna.
Estableció que es un derecho fundamental de las etnias de México la preservación de su lengua materna. Es uno de los elementos más valiosos con que cuentan 15 millones de personas que se reconocen indígenas, para mantener vivas sus costumbres, conocimientos y patrimonio cultural.
De acuerdo con el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales, en México existen 68 agrupaciones lingüísticas con 364 variantes, algunas en peligro de extinción por factores como la migración, la marginación y la adopción del idioma español.
Cifras oficiales indican que en México sólo 1.5 millones de niños, cuya edad va de los tres a los 14 años, hablan una lengua indígena, lo cual es muestra de la pérdida de esta tradición entre las nuevas generaciones.
La justicia y el derecho a la información son todavía elementos pendientes:
Con la finalidad de acercar el derecho de acceso a la información y la protección de datos personales a integrantes de los pueblos indígenas del país, el Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai) y el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) firmaron un convenio de colaboración. El convenio trata de beneficiar a 6.9 millones de personas que hablan alguna de las 68 lenguas indígenas en México, y de las cuales pueden existir 364 variantes. Uno de los retos más urgentes en México es lograr que los integrantes de los pueblos indígenas tengan acceso a la justicia y el derecho a la información pública es clave para extender esa garantía. Apenas hace 10 años, se reglamentó el derecho de acceso a la información para que los indígenas empiezan a tramitar sus peticiones de información ante instancias gubernamentales.
Los gobiernos federales y estatales siguen las viejas políticas de la Nueva España. Tratan de imponer el "desarrollo moderno" a fuerzas:
Amnistía Internacional (AI) sostiene que el gobierno mexicano, al incumplir con la obligación de consultar a los pueblos indígenas los proyectos de desarrollo –carreteras, ductos, centrales hidroeléctricas y explotaciones mineras, entre otros– que realizan en sus tierras, crea un clima de mala fe, desconfianza y polarización que puede desembocar en un malestar social y conflictos.
El gobierno mexicano y los latinoamericanos continúan negándoles el derecho a participar en decisiones que pueden tener consecuencias devastadoras para su supervivencia cultural. Los gobiernos deben dejar de imponer proyectos de desarrollo en los territorios de los pueblos indígenas. El derecho a ser consultados, recogido en diversas normas internacionales de derechos humanos, es clave para los pueblos indígenas, que mantienen una especial relación con su territorio y su medio ambiente.
A manera de ejemplo, destacó el caso de los wixárikas (huicholes) quienes piden al gobierno que cancele las concesiones mineras para realizar actividades de exploración y explotación en Wirikuta –mejor conocido como Real de Catorce–, en San Luis Potosí, por ser fundamental para su herencia cultural, las tradiciones y las formas de vida.
La comunidad indígena ha advertido que sus peregrinaciones y ceremonias tradicionales que realizan cada año en Wirikuta peligran con los proyectos mineros desarrollados en su territorio.
Amnistía Internacional destacó que los wixárikas no han sido consultados sobre esos proyectos. Aunque el gobierno anunció recientemente la cancelación de algunas concesiones mineras en una pequeña zona de Wirikuta, muchas otras siguen en vigor, y la mayor parte del territorio continúa abierto a las actividades extractivas.
Les seguimos negando su lengua y su literatura:
Oaxaca estuvo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes; esa sala tuvo rostro zapoteco; mientras el poeta y traductor zapoteco Víctor de la Cruz daba su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua. Echó a volar con la lectura en zapoteco de su poema “¿Quiénes somos?, ¿cuál es nuestro nombre?” que todos quienes lo acompañaron, leyeron traducido al español.
En su discurso, Víctor de la Cruz señaló que las literaturas indígenas no son aceptadas todavía como parte de la literatura y la cultura mexicana, pues dijo que a excepción de los tres Carlos: Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Carlos Motemayor, la mayoría de los escritores hispanohablantes mexicanos no toman en cuenta a los escritores en lenguas indígenas.
El autor preguntó a los presentes “¿cómo entonces insertar las literaturas indígenas dentro de la historia hegemónica de la literatura mexicana en español?, ¿cómo injertar estos brotes de los troncos mesoamericanos cercenados por la colonización en el tronco de la literatura mexicana contemporánea?”.
Para Víctor de la Cruz hay una salida: si la colonización es la causa para que las culturas y las lenguas indígenas estén en el estado de abandono en que se encuentran, entonces “los colonizados tenemos derecho a que nuestras literaturas aparezcan no sólo como eran en el pasado, sino tal como son en la actualidad, al lado de los logros de la cultura occidental”.
No se fomenta la literatura porque tampoco hay libros infantiles en lenguas de nuestros pueblos originarios:
A pesar de que 10.5 por ciento de la población de México es indígena y de que la mayoría de los mexicanos tiene raíces biológicas o culturales indígenas, menos de 3 por ciento de los libros infantiles del país tratan temas relacionados con las poblaciones originarias.
Ante ello, la poeta y editora Ámbar Past anunció que el Taller Leñateros se propone escribir, diseñar e imprimir cuatro libros infantiles con temas indígenas, además de abrir la convocatoria de un concurso de cuentos infantiles bilingües, destinada a escritores indígenas mexicanos.
Aparte, recordó que se tienen tres libros más en lista de espera, uno de ellos, un antiguo cuento maya, cuyas raíces aparecen en el Popol Vuh, sobre el Sol cuando era niño. Otro libro más es sobre el calendario maya y pretende hacerse en por lo menos cuatro idiomas. Y un recetario tzotzil, que incluiría fotografías impresas de manera artesanal.
Quizá el siglo XXI tenga una posible solución:
Los medios de comunicación pueden ser una herramienta esencial para la revitalización de las lenguas indígenas, especialmente en la educación de los niños. El derecho de los pueblos indígenas a establecer sus propios medios de comunicación, en sus propios idiomas, es fundamental en la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y los medios de comunicación indígenas pueden reducir la marginación y la mala interpretación de las voces indígenas, que ha sido perjudicial para sus intentos de lograr un entendimiento y el respeto de sus derechos dentro de las sociedades amplias en las que viven.
Y en pocos años, las empresas globales de internet están creando más herramientas para salvar la diversidad lingüística que los propios gobiernos federales y estatales mexicanos:
Los gigantes de internet Google, Mozillla y la Fundación Wikimedia encabezan importantes campañas para difundir las lenguas autóctonas de México. Acuartelados en un hotel de Mérida, Yucatán, más de 30 voluntarios lingüistas y una veintena de hablantes de maya, nativos de ese estado, se reunieron para traducir a esa lengua 500 artículos de la Wikipedia, diez del Proyecto por los Lenguajes Amenazados, de Google, y se tradujo al maya toda la plataforma del navegador Mozilla Firefox.
Para el director de Wikimedia México, Iván Martínez, en los pueblos indígenas hay muchas personas bilingües que ya son nativos digitales, que nacieron en un entorno computacional y que afortunadamente tienen acceso a las herramientas y están deseosos de recuperar su identidad y su patrimonio cultural a través de estas herramientas.
Respecto a los 500 artículos traducidos para la Wikipedia afirmó que se trata de aspectos básicos del país, ciencias naturales, ciencias sociales, astronomía, “tópicos muy generales con los que se debe hacer una enciclopedia para avanzar con el paso de los años hacia temáticas más específicas”. Mozilla, fundación creadora del navegador Firefox, agregó el idioma maya a sus búsquedas, para sumarlo así a las que ya tiene en náhuatl, náhuatl de la Sierra Norte, tzeltal, chol,
tarahumara y zapoteco. Mozilla ha realizado proyectos en zapoteco, purépecha y wirrárika y antes de que termine el año podría haber otro Translatón específicamente diseñado para incorporar el náhuatl que se habla en el Distrito Federal.
La justicia es todavía un problema, especialmente para las mujeres de nuestros pueblos originarios:
Las hablantes de lengua indígena residentes en México registran un promedio de hijos nacidos vivos significativamente mayor al resto de dicho sector, y se aprecia que existe una relación entre el promedio de descendientes con los grados aprobados en el sistema educativo nacional por mexicanas entre 15 y 49 años de edad.
Según el censo de 2010, el promedio de hijos nacidos vivos de las mujeres de ese rango de edad que hablan lengua indígena es de 2.5; en tanto el demás sector es de 1.7 descendientes.
Hay una disminución conforme se incrementa la escolaridad de las hablantes de lengua indígena: desde 4.1 hijos nacidos vivos entre las que no tienen ningún grado aprobado, hasta 0.8 entre las que cuentan con al menos un grado de educación media, asienta la publicación. También, el 29.6 por ciento de la población indígena femenina de 15 años y más no tiene instrucción escolar.
En el caso de los varones, el porcentaje es de 17.4.
Hace siete años Eva llegó a la ciudad con la ilusión de conseguir trabajo y apoyar a su familia, pero se le dificultaba comunicarse, sólo hablaba mazateco, lengua nativa de su pueblo, en Oaxaca. Con lo poco que entendía del español, esta joven de 19 años. Trabajó como empleada doméstica hasta que un hombre le ofreció alojamiento y 300 pesos semanales por cuidar a sus dos hijas, el mismo que después la violó repetidas veces. La corrió cuando ella quedó embarazada. Las amenazas sobre una denuncia, el desconocimiento de las autoridades a que debía recurrir y las dificultades para comunicarse llevaron a Eva a no hablar sobre el tema y volver a buscar trabajo para sobrevivir. Las propietarias del último negocio donde trabajó le ayudaron con su pequeño, pero cuando éste ya tenía año y medio el padre se apareció, le pidió dinero y le quitó a su hijo. Eva se enteró que lo había vendido a una familia en Chiapas, pero no supo qué hacer, hasta hace unos meses, cuando un vecino le sugirió acudir a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), de donde fue canalizada a la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec). Ahora Eva tiene 26 años de edad y con apoyo de abogados y traductores mazatectos, ha interpuesto dos denuncias, una por abuso sexual y otra por la sustracción de su hijo. El niño fue recuperado por las autoridades y se encuentra temporalmente a cargo de la Fiscalía Especializada del Menor, de la Procuraduría General de Justicia del DF, hasta que se determine si ella es su madre.
Se reconoce el esfuerzo realizado en Veracruz:
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hizo un reconocimiento a Veracruz por preservar las lenguas indígenas. El Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo (Mevit) Indígena Bilingüe que aplica el Instituto Veracruzano para la Educación de los Adultos (IVEA) recibió el premio Unesco Rey por sus excelentes resultados. El director del IVEA, Álvaro Capetillo Hernández, explica que la tarea es enseñar el español con estricto respeto a los derechos de los pueblos indígenas, pues el objetivo principal es hacer que conozcan más su lengua de origen.
Por utilidad, los indígenas aprenden a leer y escribir español, pero en Veracruz se aplica el Mevit Indígena Bilingüe para que primero conozcan más su lengua de origen. El Mevit es un sistema no escolarizado dirigido a adultos y se aplica en dos líneas: el hispano y el indígena (población con lengua materna diferente al español); en este último caso, se editan materiales especiales en su propio idioma.
Otro 16 de septiembre con un largo camino para considerarnos un país libre y soberano. Un país que se preocupa por todos sus ciudadanos, sean hombres o mujeres, niños o niñas, jóvenes o de la tercera edad. Un país que respeta y protege los derechos humanos y las garantías individuales.
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