El mundo del siglo XXI apuesta por la digitalización de toda la información y conocimiento humano. Pero la sociedad del siglo XVI que vive en México insiste en permanecer administrando la ignorancia y la pobreza. Seguimos en el cabuz. México ocupó otra vez el último lugar entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en cuanto al acceso de banda ancha móvil que registra entre la población.
El número de mexicanos con este servicio llegó a 9.8 por cada centenar de habitantes cuando el promedio del organismo es de 56.6 usuarios y hay países como Corea y Suecia donde hay más suscripciones de banda ancha que habitantes. Pero, se insiste en gastar en armamento y formación militar en un país que lleva unos 150 años sin ningún tipo de guerra contra ninguna nación del mundo. El titular de la secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda anunció que en amplia coordinación con las fuerzas armadas del país, se modernizará el Ejército mexicano. Quizá por ello, muchos mexicanos nunca han tenido acceso a los libros elaborados por nuestros pueblos originarios:
El Códice Florentino se puede consultar por internet. La historia general de las cosas de la Nueva España, así titulado por fray Bernardino de Sahagún en 1577, está disponible en línea en el portal de la
Biblioteca Digital Mundial, gracias a la promoción y financiamiento de la prestigiosa Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en colaboración con la Biblioteca Medicea Laurenziana, de Florencia.
La Biblioteca Digital Mundial propone reunir las versiones digitales de las fuentes más importantes relativas a la historia de México dispersas en bibliotecas y museos del mundo. Por ahora, nueve instituciones en cinco países –México, Estados Unidos, Italia, España y Suecia– han contribuido a este esfuerzo.
El Códice Florentino requirió una labor de Sahagún de casi 30 años, en colaboración con la comunidad indígena que aportó no sólo la fuente oral, donde los ancianos respondieron a una serie de cuestionarios preparados por el fraile, sino además aquella propiamente ejecutiva, en la cual los vástagos de la nobleza reunidos en el colegio franciscano de la Santa Cruz, en Tlatelolco, lo transcribieron y decoraron.
En mil 200 páginas, el códice trata temas religiosos, culturales y naturalistas del México central, así como los sucesos de la conquista española, dividido en 12 libros, cada uno de los cuales aborda una temática diferente, encuadernados en tres tomos. El texto corre en dos columnas: en la parte derecha está el original en náhuatl y en la izquierda la posterior traducción al castellano a cargo del mismo Sahagún, que al ser ligeramente abreviada permitió la inserción de la increíble cantidad de 2 mil 468 imágenes.
Los links para acceder de manera directa al Códice Florentino son:
de laWDL y de la
Laurenziana.
En otro esfuerzo, la Revista de la Universidad de México digitaliza todo su acervo:
La
Revista de la Universidad de México pondrá en línea las más de 43 mil 700 páginas que conforman su acervo, iniciado en 1930. Textos como el que Gabo publicó en 1960, las críticas de cine y las caricaturas hechas por Carlos Fuentes en sus inicios como escritor, la famosa riña intelectual sostenida entre Carlos Monsiváis y Jorge Ibargüengoitia, y prácticamente todo el espectro intelectual mexicano del siglo XX, estará disponible este año en su versión original para ser descargado de manera gratuita. El proyecto de 2013 busca ampliar el acervo disponible y compartir 82 años de vida de la revista universitaria. Como parte del programa Toda la UNAM en línea. La Revista de la Universidad de México es la publicación universitaria en circulación más antigua del país, señala Guillermo Vega. La publicación “nace en 1930 como un boletín de información de las actividades de la Universidad, después de la autonomía universitaria empieza como un órgano informativo y va teniendo diferentes nombres a lo largo de su historia”.
Mientras que la inversión en armas y formación de militares lleva al corto y largo plazo tener más y más muertos, huérfanos y viudas. El acceso a internet y la digitalización de bibliotecas crea la posibilidad de educar y formar a los ciudadanos del siglo XXI.
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