La realidad de los Estados Unidos Mexicanos no es esperanzadora. A pesar de las buenas intenciones de muchos de sus ciudadanos, la pobreza y la ignorancia siguen campeando. A raiz del cambio de estatutos del PRI por los del liberalismo social de Salinas de Gortari, el crecimiento económico y el desarrollo social son simplemente mediocres. Por una parte somos el único lugar en Latinoamérica en donde la pobreza sigue creciendo:
México fue el único país de América Latina donde se elevó la pobreza tras la crisis del 2009 y se redujo la proporción de habitantes de la clase media, reconoció el economista del Banco Mundial (BM), Luis Felipe López Calva.
Y la explicación está en la contracción que registró la economía mexicana en el 2009, cercana a 7%, sin parangón en la región.
Tras presentar el estudio sobre la movilidad de la clase media en América Latina, el autor reconoció en conversación que la recesión facturó a los mexicanos el retorno a niveles de pobreza que tenía el país, en el 2005.
Por otra, nuestros políticos siguen confiando más en los santitos que en las instituciones de justicia:
El coordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal anunció que malandros pretendían atentar en su contra fueron detenidas por la Procuraduría General de la República.
A través de su cuenta de Twitter, el legislador zacatecano agradeció a Dios y al Santo Niño de Atocha “estar bien”.
Pero la ignorancia es el caldo de cultivo de la pobreza y las supersticiones. En el siglo XXI el motor del cambio es el conocimiento y la investigación. El problema en México es que insistimos en administrar la ignorancia. Insistimos en tratar de convencer a los niños que están en la escuela de interesarse por la ciencia, cuando a los que se tiene que convencer es a los empresarios y políticos mexicanos que no creen en la investigación y no confían en desarrollar conocimiento:
Enseñar que la ciencia es el motor de los desarrollos tecnológicos no sólo debe trasmitirse a los niños de primaria, esa misma educación tiene que dirigirse a los políticos, diputados y senadores para que entiendan que es necesario apoyar a la ciencia, aunque no entregue resultados en sus tiempos políticos, señala Luis Rafael Herrera Estrella, científico mexicano del Cinvestav y reconocido a nivel internacional por descifrar el genoma del maíz, aguacate criollo y oso polar. Asegura que la ciencia es tardada pero muy efectiva, ya que en un periodo de 10 años los investigadores pueden entregar resultados importantes, particularmente en su área: la biotecnología.
El director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) considera que si en México no hay una política de Estado para el desarrollo económico y social del país, tampoco existe una política de desarrollo científico y tecnológico y al no tener ambas, se carecen de programas a favor de la biotecnología. Comenta que a pesar de las deficiencias que tiene la política científica, México –junto con Brasil– es un referente en América Latina, específicamente en biotecnología y aunque a nivel mundial las investigaciones nacionales sí tienen impactos importantes, añade, no dejan ser aisladas. Hace notar que Corea tiene 25 mil investigadores en biotecnología y México cuenta con 27 mil para todas las áreas, y si a eso se suma que en el país existen 26 mil especies de plantas, de las cuales 14 mil son endémicas, es decir, hay un universo que deben atender 30 investigadores que trabajan en biotecnología.
“¿Cómo vamos a hacer competitivos?, si uno hace cuentas claras, en el ámbito de la biotecnología, nos damos cuenta que necesitamos a miles.
Por otra parte, México sigue creando cerebros para los países desarrollados. Se forman en México, se perfeccionan en los países desarrollados y cuando no encuentran trabajo en México se quedan en trabajos complejos en los países desarrollados:
Más de 11 mil mexicanos con doctorado radican en Estados Unidos, cifra que resulta alarmante si se considera que sólo 30 mil connacionales cuentan con ese grado académico, alertó Alma Maldonado, científica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.
La académica resaltó que ese cálculo no incluye a doctores que se encuentran desarrollando su profesión en otras regiones del mundo, como Europa o Asia. El Cinvestav dio a conocer que cada año alrededor de 11 mil estudiantes mexicanos salen rumbo a otras naciones como parte de los programas de movilidad social. Sin embargo, ante la falta de oportunidades en el país, muchos de ellos no regresan.
España (por la afinidad cultural y el idioma), Estados Unidos (por su importancia académica y por la cercanía), Francia, Canadá, Alemania, Argentina, Italia, Chile, Australia, China e Inglaterra son las naciones que prefieren los universitarios mexicanos para desarrollar sus estudios de posgrado.
La mayor proporción de estudiantes mexicanos que salen al extranjero corresponde a egresados de carreras de ingeniería y tecnología (33 por ciento), seguida por la proporción de alumnos en ciencias sociales (23 por ciento), humanidades (10 por ciento), ciencias médicas y de la salud (6 por ciento), ciencias naturales (2 por ciento) y agrícolas (uno por ciento).
Compárese la cantidad de doctores en matemáticas que se forman en los Estados Unidos de América y los Estados Unidos Mexicanos: EUA: 1400, EUM: 35 (con suerte):
Mientras que en Estados Unidos anualmente se gradúan alrededor de mil 400 doctores en matemáticas, en México en un buen año se forman 35. Incluso existen universidades mexicanas públicas sin facultades de matemáticas, donde los egresados de los pocos programas existentes no encuentran un lugar de trabajo, alertó Vladislav V. Kravchenko.
El investigador del Departamento de Matemáticas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), señaló que mientras en países como Rusia y Ucrania, para enseñar matemáticas en secundaria o preparatoria es necesario contar con una maestría en esta área, aquí en México, las matemáticas pueden ser impartidas por ingenieros, físicos, en algunos casos hasta químicos y biólogos.
Para Vladislav V. Kravchenko, la enseñanza de las matemáticas de calidad puede ser proporcionada sólo por matemáticos profesionales. De hacerlo así, poco a poco se verá el resultado: un impulso considerable al desarrollo de la ciencia en México.
Comentó que, aunque hay muy pocos matemáticos profesionales con posgrado enseñando en universidades e institutos nacionales, incluso los jóvenes doctores en matemáticas de la mayor excelencia pueden tener dificultades para encontrar empleo.
Esta situación se resume en una deficiente educación matemática en todos los niveles de enseñanza. En México, a menudo, los libros de texto no son escritos ni editados por matemáticos profesionales, a diferencia de otros tantos países donde con frecuencia las eminencias en el área participan en su desarrollo e incluso diseño. Desgraciadamente las matemáticas en las escuelas del país no se enseñan por matemáticos profesionales.
Es tal el terror de la aritmética y las matemáticas que los estudiantes mexicanos huyen de las licenciaturas que tienen que ver con las matemáticas:
En México algunos jóvenes optan por estudiar una carrera universitaria que no se relacione con las matemáticas. Desde 2003, Numeralia es una franquicia que se dedica a enseñar matemáticas a niños desde los tres años, hasta adultos.
Su objetivo es que niños y jóvenes mejoren el aprendizaje y conocimiento que adquieren en aulas y así desarrollar habilidades en esa materia.
De acuerdo con datos de las pruebas de Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) que realiza la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el país los resultados de 2012 reflejan que 75.5% de niños y jóvenes a nivel primaria y secundaria carecen de conocimientos en matemáticas. Anabel Riva Velázquez, directora de Numeralia, consideró que en las escuelas la enseñanza de las matemáticas es “correcta”, dijo que el problema radica en que “a los niños les cuesta mucho trabajo aprenderlas”.
Bajo el nombre de Experiencia Educativa Optimizada (EEO) nace la propuesta de la empresa. “Le dimos vida a nuestras instalaciones y materiales educativos para que los niños amen y disfruten las matemáticas a través de sus emociones”, expresó Riva Velázquez.
Especificó que su sistema se adapta a las necesidades de cada alumno, en lugar que los estudiantes se adapten a un sistema, imparten clases personalizadas de acuerdo con las necesidades de cada individuo en grupo de cinco estudiantes.
El problema no es el cerebro de los estudiantes mexicanos, es el diseño del sistema escolar que es un desastre:
Alumnos de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la Universidad Iberoamericana ganaron el segundo lugar en diseño y el quinto general en el SAE East Aerodesign, competencia de diseño y construcción de aviones patrocinada por la NASA, realizada en Fort Worth, Texas.
Asistieron representantes de 75 universidades de Estados Unidos, Brasil, Italia, India, Canadá, Polonia, Venezuela y México.
Los triunfadores del evento obtuvieron en la clase regular, abierta a alumnos de licenciatura hasta doctorado, el segundo sitio en diseño, observable en el avión y sustentado teóricamente en el documento donde dieron cuenta de toda la investigación y cálculos para el diseño aerodinámico de la aeronave, lo que a la postre es lo de mayor importancia en este concurso.
Hay más expectativas positivas en los Estados Unidos de América que en los Estados Unidos Mexicanos. Es más probable que la NASA forme a los astronautas mexicanos y no las instituciones nacionales:
La agencia espacial estadounidense capacitará a estudiantes universitarios mexicanos en temas vinculados al espacio para impulsar la ciencia y la tecnología en este campo.
La Agencia Espacial Mexicana (AEM) informó en un comunicado de la firma de su primer convenio de colaboración con la NASA "para impulsar el desarrollo de la ciencia, tecnología y competitividad en el sector".
El convenio ofrece a los estudiantes "la oportunidad de participar en el Programa Internacional de Pasantías de la NASA", para lo cual la AEM convocará a los mexicanos interesados que cubran los requisitos para que participen en el programa.
"Los mexicanos ganadores realizarán en la NASA estudios teóricos y en laboratorio en materia espacial, en tres periodos durante el año (primavera, verano y otoño), junto con un amplio y diverso grupo de estudiantes de todo el mundo". La NASA está muy interesada en colaborar con México en el desarrollo de capital humano en el campo espacial, y "sobre todo, inspirar a los maestros para que usen el espacio como un motivador para las nuevas generaciones".
No debe sorprendernos que los políticos mexicanos le prendan una veladora al santo niño de Atocha para que la NASA lleve a los cielos (reales) la bandera mexicana.
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