La obesidad también alcanza a los maestros de educación física en México y requieren de un programa para bajar de peso:
La Federación Internacional de Educación Física admitió que algunas escuelas particulares del país empezaron a limitar la contratación de maestros de educación física con problemas de obesidad.
El vicepresidente mundial de la Federación Internacional de Educación Física para América del Norte México, Estados Unidos y Canadá, Manuel Guerrero Zainos dijo que en San Luis Potosí 70 por ciento de los maestros del ramo requieren atención urgente en ese tema.
Refirió que de acuerdo con un estudio reciente, entre los profesores de educación física del sistema federalizado, se encontró que 70 por ciento requiere atención urgente, "porque se encuentran en un sobrepeso, obesidad 1, obesidad 2 y algunos casos en obesidad 3. Guerrero Zainos explicó que en esa entidad se contrató a empresas privadas, las cuales aplican un examen muy sencillo sobre capacidades físicas para detectar a los aspirantes con sobrepeso u obesidad.
Comentó que hay una empresa japonesa que no rechaza a los maestros, sino que contrata a las personas con sobrepeso a las que somete a un programa de ejercicios.
"Tienen en su proyecto un gimnasio y personal calificado para que el trabajador disponga de una hora y media de ejercicio tres veces a la semana, pagado por la misma compañía, pero él puede ampliar el programa a toda la semana haciendo ejercicio durante el horario de labores".
Y es que la comida chatarra sigue instalada en las escuelas mexicanas. La pobreza y la ignorancia hacen el caldo gordo a las empresas que se dedican a vender alimentos con gran cantidad de azúcar y de grasas y sin ninguna proteína:
A casi tres años de expedirse la Ley Antiobesidad, que busca evitar la venta de dulces, pasteles, frituras y otras golosinas en las cooperativas escolares, el consumo de éstas continúa en los planteles y en mayores cantidades, porque los niños no se llenan, reconocieron maestros.
La reducción de los empaques, explicó el investigador del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Abelardo Ávila, ha provocado que en lugar de comer una bolsa de 60 gramos de frituras, compren dos de 40 gramos, lo que aumenta 50 por ciento el consumo de sodio, carbohidratos y grasas, todos dañinos para su salud.
Las botanas y refrescos son una delicia para el paladar de los niños, pero son una bomba de tiempo para su salud, pues su ingesta en grandes cantidades ha derivado en un incremento en los casos de obesidad y sobrepeso infantil, donde el Distrito Federal se ubica en el primer lugar mundial, señaló.
La obligatoriedad del Estado de dotar a las escuelas públicas de bebederos, como se planteó en la ley, por ejemplo, no se ha cumplido y con la incorporación de empresas como Coca Cola al Consejo de Prevención de la Obesidad, se busca dotar a los planteles de éstos, lo cual es contradictorio.
Opiniones divididas
La necesidad de las madres de familia de trabajar ha provocado que el refrigerio del niño se forme de yogurt, un sandwich, refresco o jugo y una golosina, cuyo contenido de azúcar es altísimo, contra un bajo contenido de proteínas, pero ellas piensan que es al revés, comentaron maestros.
A ello, precisó el presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la ciudad de México, Gerardo López, se suma la venta indiscriminada de productos chatarra y fritangas afuera de las escuelas, donde no se aplica ninguna regulación, atentando contra la salud de los niños.
Mientras las empresas siguen en jauja a costa de la salud de los niños y las niñas, el país sigue en su lenta permanencia en el tercermundismo. ¿No piensas hacer algo para mejorar la salud de tus hij@s, sobrin@s o niet@s?
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