Las condiciones locales y globales de la economía, la política y el cambio climático, no son benignas para fomentar el gusto de la lectura en México:
En México, la venta de ejemplares a librerías y tiendas de autoservicio y departamentales ha disminuido drásticamente durante el último lustro.
Tras dos meses de permanecer cerrada debido a las inundaciones que afectaron gran parte de Tabasco a finales de octubre pasado, fue reabierta la Biblioteca Pública José María Pino Suárez, de Villahermosa. Se estima se perdieron 15 mil volúmenes.
Anotación por la lectura es el nombre del programa, cuya estrategia se funda en las 17 bibliotecas públicas y 30 salas de lectura asentadas en la capital del estado, donde se les hace entrega de tarjetas de puntos acumulables: los participantes solicitan ahí los libros y al regresarlos relatan su contenido en forma escrita, con lo cual acumulan puntos según la cantidad de páginas leídas, explica la coordinadora. Este esfuerzo es impulsado por el Instituto Sonorense de Cultura (ISC), el club de beisbol Naranjeros de Hermosillo y Molina Editores.
La escritora mexicana Silvia Molina expresó su confianza en que este 2008 sea promulgada la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, vetada en 2006 por el entonces presidente de la República, Vicente Fox.
La demanda voraz de libros y las sanciones gubernamentales contra muchas fábricas, pequeñas y contaminantes, han causado una escasez de papel en China, elevando su precio hasta 10% en lo que va del año. Ello ha obligado a que las imprentas retrasen la entrega de libros y a que las editoriales aumenten los precios. Hasta ahora, los problemas se han limitado en buena medida a China, pero los expertos consideran que si no se revierte la tendencia, las editoriales de todo el mundo podrían enfrentar mayores costos --y los lectores tendrían que pagar más--.
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