Llegó el bicentenario, tan de repente, como una lluvia no esperada. La situación actual no invita a un reventón, salvo para algunos mexicanos millonarios. Más bien nos obliga a repensar lo que significa construir una sociedad independiente, un país basado en la democracia, la igualdad y oportunidades para todos. Mientras el gobierno federal sigue dando empleo a empresarios australianos para celebrar la independencia y revolución mexicana, los jóvenes y los ciudadanos con pasaporte local viven precariamente. Quizá para olvidar la realidad, los organizadores de los festejos nacionales ofrecen un tema ¿musical? para las masas de alfabetos infuncionales.
Parece que el compositor Alex Syntec tenía una deuda muy grande con el pago de impuestos para haber aceptado realizar tan poco creativa canción, y qué pensar de Jaime López conocido por dar vida a la canción de La Chilanga Banda.
Al mismo tiempo, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) dio a conocer el fallo definitivo del Concurso de Tema Musical 2010. Los miembros del jurado hacen la observación de bajo nivel educativo del país y que la inversión en los festejos no contibuye a cambiar la realidad. Hacen falta más becas y espacios para aprender:
El ganador del certamen es José Miguel Delgado Azorín, por su composición orquestal Canto nuevo a México. Integrantes del jurado coincidieron en manifestar su preocupación por la calidad de las obras participantes, el nivel educativo del país y consideraron insultante ver a dónde son destinados los recursos millonarios en la organización de los festejos del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución. Ganó porque es una obra directa, muy bien orquestada y cumplió con los requisitos de la convocatoria; tiene un tono alegre y festivo, afirma Gabriela Ortiz, una de los cinco jurados que dictaminó entre 77 obras originales. Lo triste es que el gobierno esté gastando tanto en un derroche de dinero en los festejos con las carencias que tiene el país. Lo insultante es ver a dónde se destinan los apoyos. Con lo que se gastan en la celebración se podrían hacer cantidad de cosas, como apoyar a las orquestas, a la difusión de la cultura mexicana, en comisionar artistas, dar becas para estudiar en el extranjero, lamenta la compositora. En opinión de otro de los jurados, Jorge Torres Sáenz, las propuestas en general no fueron lo que esperábamos. No hubo una participación tan entusiasta. Lo que refleja esta convocatoria es que un tema que exalte el patriotismo no es algo en lo que los jóvenes creen, es más bien arcaico y de los años 50. Respecto de la canción que presentó hace una semana el titular de la SEP, Alonso Lujambio, opinó que le parece algo obsceno, pues se tenía entendido que el tema oficial de los festejos sería el ganador del concurso, el cual designaron expertos. ¿Desde cuándo el funcionario estudió música y tiene autoridad crítica para decidir? Por eso hay un concurso y es un proceso democrático.
En vista de que falta creatividad para la música, mejor veamos una interpretación de la 5a de Beethoven a ritmo de salsa, y que se puede ver en You Tube sin grandes costos.
Shalalá, shalalá, llegó el festejo nacional de los 200 y 100 años.
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